miércoles, 26 de noviembre de 2014

Liliana Díaz Mindurry Juanito Laguna aprende a leer de Antonio Berni -

Liliana Díaz Mindurry, Buenos Aires, 28 de junio 1953


 
Juanito Laguna aprende a leer  de Antonio Berni  
             
   
                  A la memoria de mi primo el doctor  Guillermo Díaz Lestrem, víctima de  la  dictadura

                Hay un país simulado
un nombre simulado    un tiempo simulado
un viejo  país detenido en agujeros negros
    el país simulado al fondo
    (como un pozo)
                oscuro
                fabricado en el pozo de los sueños
(ese fondo del fondo)
En un mundo asimétrico lo que está por suceder no termina de suceder porque es posible que no haya suceso
en un mundo asimétrico donde hay carceleros
el carcelero no permite la entrada
aunque dice que la permite y hasta guarda una sonrisa en la pantalla
(Y hay un hombre de negro que mira desde lejos en un hueco del tiempo)
 el carcelero dice: el país está cerrado      dice: el país es puntual en decir que está cerrado
    dice: no
    no dice
    o está y dice con su presencia
    o no está pero es fácil imaginarlo
            algo que no termina de suceder

aquí hay marcas y preguntas y zumbidos y ultrajes y perfumes antiguos y hay cosas que llaman el país y el país no se sabe si existe fuera de la palabra  fuera del ruido    fuera de los signos

fuera del país con  pantallas vacías y  celulares rotos
fuera del país  donde las niñas cibernéticas saltan a la soga
no contestarán las máquinas del sueño
    ni los que escriben al departamento de tejido literario
    ni los que leen
ni los que escriben a los que leen ni los que leen a los que escriben
y después eso: la repetición de marcas y preguntas y ultrajes y zumbidos y perfumes antiguos y cosas que llaman el país que no se sabe qué es o si existe fuera del movimiento de lengua o de los signos

Un país  en blanco y negro donde el futuro parece una mala copia del pasado, un revival
extraño
no hay Ley que una estos sangrientos pedazos
                             un pedazo y otro
                                                             sueltos
                                                             vacíos
y sin embargo unidos perfectamente en una pantalla
 con  virtuales páginas de seda
que siguen después de "todavía estamos en la Argentina"
    y nunca terminan   
            hacer entonces como si hubiera mundo   
como si el viajero de las sábanas fuera inmortal
como si hubiera un hombre de negro
un resplandor
dentro del pozo de las cosas
como si el pozo de las cosas
no fuera el pozo de las cosas
como si las cosas no fueran un pozo
como si el pozo contuviera cosas
como si hubiera cosas
como si hubiera pozo
como si la palabra por sí misma
diera existencia al pozo de las cosas
a la Ley que ordena las cosas dentro del pozo
o el pozo dentro de las cosas

entonces como si hubiera país
en la noche del país
 la Ley abre la boca y dice en la boca de las pantallas
dice
no lo que está bien
sino que está bien lo que ella dice
porque lo que dice está bien porque lo dice
porque el decir es belleza
porque es la posibilidad de seguir viviendo
 de llevar el traje de los recuerdos
como si existieran los recuerdos

    hace frío aquí
    aunque  los  Poderosos  no quieran
    hace pánico
el país  hace creer que es
hace creer la fe   
hace creer que la palabra es
        hace creer algo atrás de un ruido
        hace creer en un ruido
simula caminos de buena hierba
un país hace creer en un orden
que desgarra la noche

        como si hubiera caminos
        como si hubiera algo que simulara caminos

y no parece
y hasta se ve la silueta de un carcelero atrás del carcelero
y hasta parece que se inclina y habla
y hasta parece que habla de otros carceleros    uno en cada puerta    otros carceleros que dicen que no dicen que simulan decir que ni siquiera nombran  o que nombran la escritura

 para desintegrarla en balbuceos sílabas letras    desunidas letras que ya no forman ninguna palabra    marcas en el papel    rumores en la selva del silencio
y hasta parece que es una infinidad de mundos de simulación de mundos cada uno con una puerta y un carcelero como una infinidad de espejos de simulación de espejos cada uno con una puerta y un carcelero
y  en los sueños
hay épica y sufrimiento
 hasta que llega dulcemente
            la gratuidad
            el sinsentido

hasta que algunos borrados se levanten de la inexistencia
son como si no hubieran sido nunca   
una brisa olvidada    
una brisa entre dos intentos de brisa

hace pánico
digo

pienso  en los que borraron en pantallas blancas
la mandíbula que guarda mi lengua

                        tiembla
                        se cierra
                               se cae

hace pobreza   
hace  dolor  aquí    adentro de esta pantalla donde vivo
los Poderosos no me guardan del frío ni del miedo
de mala hierba los caminos de la muerte
hasta la tentación de decir injusticia     iniquidad
una vez desaparecidos los carceleros
 me acuesto
sueño
las posibles palabras que contie­nen otras puertas posibles               
             sueño un país       
          donde  la  rabia
                me devuelva los muertos)

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