viernes, 30 de enero de 2015

Jack Kerouac -Corriendo a través_ Poema - canción chino

Jack Kerouac, Massachusetts, 12 de marzo 1922 - Florida, 21 de octubre 1969
Versión Esteban Moore



Corriendo a través_
Poema - canción chino


            Oh, sí
                      Yo
                en el día de hoy
    triste como Chu Yuan
 me dirigí a los tumbos al mercado
   en la ardiente mañana de octubre
        en la Florida
puteando por mi vino, transpirando
lluvias de sudor, y llegué a mi silla
  débil y temblequeante
preguntándome si finalmente no sería ésta la locura
__Oh Chuan
             ¡No!
Suicidio  ¡No!  ¡Vino por favor!
  Qué haremos todos nosotros
      que sabemos que estamos muriendo
  qué haremos sin la guía del vino
  cómo le haremos guiños a la muerte
       y a la vida también__
Mi corazón les pertenece
a los poetas chinos
y a sus pergaminos
No podemos  morirnos simplemente
   __Los hombres necesitan
         por lo menos
            poesía y vino
      O Mao, el poeta Mao,
             no el jefe Mao
       aquí en América
       se ríen del vino
       y la poesía es un chiste
__La muerte es un recordatorio  sombrío
para todos aquellos que ya están muertos
    aquellos que chocan sus autos a nuestro alrededor
                       aquí___
        Aquí los hombres y las mujeres
   fruncen el ceño fríamente
   ante la triste intención del poeta
que desea transformar todo lo que acontece
    en algo mucho menos importante__
    Yo un poeta
          sufro incluso
     cuando encuentro un insecto
        patas arriba en el pasto__
Por lo tanto bebo vino
           en soledad__
Tiemblo cuando pienso
    que los astronautas
           muertos
   viajan hacia una  luna muerta
        sin vino
En esta tierra de pesadillas se ríen
  de nuestros mejores hombres
 y los periódicos exaltan la virtud propia__
    En todo el mundo
           La izquierda y la derecha
  El Este y el Oeste, muestran sus vicios__
El gran bebedor de vino
        el feliz bebedor
                ha desaparecido__
     Quiero que reaparezca__
Si la China moderna  también
      hace gala de sus virtudes
    sus razones
        no son mejores
   que las de América__
Nadie tiene respeto  por el gato
  que duerme, yo soy un hombre
     desesperadamente inadecuado
   en este poema
__Nadie tiene respeto
        por el irresponsable ególatra
          inválido de vino
         __Todos desean estar atados
      dentro de un inútil traje espacial
  que no les permite moverse
   __Te intimo a vos, China,
      regresá a Li Po
                              y
               Tao Yuan Ming
¿De qué estoy hablando?
No lo sé,
    hoy estoy enfermo__
      No dormí en toda la noche
Caminé tambaleante en el parque
  para conseguir vino, ahora lo estoy bebiendo,
    me siento mejor y peor__
Tengo algo que decirle a Mao
   Y a los poetas de China
algo que no quiere salir__
Se trata del modo en que América
     ignora la poesía y el vino
   como  lo hace China,
        y yo soy un tonto
        sin río y sin bote
           y sin un traje floreado__
Sin vinerías en el amanecer__
___no tengo respeto por mi propio ser___
__No poseo la verdad__
Pero soy un mejor hombre
  que todos ustedes__
            Eso es
                Lo que
                  yo
            Quería decir



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miércoles, 28 de enero de 2015

Malcom Lowry -sin el dragón de la noche

Malcom Lowry, Reino Unido, 28 de julio 1909-Reino Unido, 26 de junio 1957
Versión Gerardo Gambolini


sin el dragón de la noche

las ideas de libertad están atadas a la bebida.
nuestra vida ideal incluye una taberna
donde un hombre pueda sentarse y hablar o sólo pensar,
sin miedo al dragón de la noche;
u otra taberna aun donde no haya
ningún letrero de no se fía y donde,
aparte de las cervezas ilimitadas,
nos sentemos tranquilos, borrachos y locos a redactar
folletos de una tierra en verdad mejor en que el hombre
pueda tomar un vino más delicado, ah, sin destilar,
que embriague sutilmente sin dolor,
tejiendo la visión de una taberna incomparable
donde podamos beber eternamente sin pagar
con la puerta abierta, y el viento soplando.



lunes, 26 de enero de 2015

Adrienne Rich -Helado milagroso

Adrienne Rich, Baltimore, 16 de mayo 1929 – California, 27 de marzo 2012
Versión Santiago Espel



Helado milagroso

El camión de los milagros baja por la callecita.
El ragtime de Scott Joplin cae a su paso como perlas,
y es cierto, te podés llegar a sentir feliz,
con sólo un pedazo de tu corazón.

No rechaces lo que aún está a mano:
las tetas bamboleantes de una mujer
mientras se inclina sobre vos
en la penumbra oscura de una habitación.

De a poco, la perla del crepúsculo se desvanece:
Entonces, te preparás para digerir las noticias de la noche
los milagros de la comida chatarra
las revoluciones espectrales
en fin, lo que queda de tu corazón.




sábado, 24 de enero de 2015

Mark Strand -Comiendo poesía

Mark Strand, Canadá, 11 de abril 1934 – Nueva York, 29 de noviembre 2014
Versión Silvia Camerotto



Comiendo poesía

La tinta se escapa por la comisura de mis labios.
No hay felicidad como la mía.
Estuve comiendo poesía.

La bibliotecaria no puede creer lo que ve.
Sus ojos están tristes
y camina con las manos sobre el vestido.

Los poemas se han ido.
La luz es débil.
Los perros están en la escalera del sótano y suben.

Revolean los ojos,
refriegan sus patas rubias.
La pobre bibliotecaria comienza a patalear y a llorar.

Ella no comprende.
Cuando me pongo de rodillas y lamo su mano
ella grita.

Soy un hombre nuevo.
Le gruño y le ladro,
Muero de alegría en la oscuridad libresca.




jueves, 22 de enero de 2015

Miklós Radnóti -No puedo saber

Miklós Radnóti, Budapest, Hungría, 5 de mayo 1909 - Hungría, 10 de noviembre 1944
Traducción Carlos Morales


No puedo saber
(17 de enero 1944)

No puedo saber qué significa para otros este paisaje,
mi patria, este pequeño país abrazado al fuego,
el mundo de mi niñez que lejana se mece.
Crecí de él, como una tierna rama del tronco de un árbol,
y espero ver mi cuerpo hundirse en él un día.
Estoy aquí, en casa. Y si alguna vez a mis pies se arrodilla
un arbusto, conozco su flor y hasta su nombre,
sé adónde van y quiénes van por el camino,
y sé qué significa en la madrugada del verano
ese dolor rojo que nace en el muro de la casa.
Para el piloto que lo sobrevuela, este paisaje es tan sólo un mapa
y no sabe en qué lugar vivió Mihäly Vörösmarty,
¿qué esconde para él esta región? fábricas y áridos cuarteles.
Yo veo un saltamontes, un buey, la torre, una granja apacible,
pero él ve fábricas con los prismáticos y campos de labranza;
yo veo trabajadores que tiemblan por lo suyo,
temporeros que silban, bosques, viñedos y tumbas,
y entre las tumbas madres que lloran en silencio.
Y lo que desde arriba son raíles y fábricas indemnes que hay que destruir
es el guardagujas y el ferroviario dando la señal
rodeado de niños y con una bandera roja en la manos,
y en el patio de la fábrica se revuelca un perro pastor,
y allí está el parque, la huella de los viejos amores,
y el sabor a miel y arándano de los besos en mi boca,
y aquí la piedra que puse al borde de la acera
para que el maestro no me preguntara,
la piedra que ahora piso y nadie pude ver desde lo alto,
Es verdad, somos culpables, pero no más que el resto de los pueblos,
y sabemos bien cuándo hemos pecado, dónde y de qué modo,
pero aquí vive gente que trabaja, y poetas sin culpa,
y niños de pecho en los que la razón madura,
la misma que ahora los alumbra y protege en los sótanos oscuros
hasta que el delo de la paz dibuje de nuevo una señal en nuestra tierra
y con su fresca voz responda a las palabras nuestras tan ahogadas.
Cúbrenos ya con tus extensas alas, nube del amanecer.

martes, 20 de enero de 2015

Robert Lowell -Recuerdos de la calle Oeste y de Lepke

Robert Lowell, Boston, 1 de marzo 1917 - Nueva York, 12 de septiembre 1977
Versiones Esteban Moore – Vanesa Malrossa



Recuerdos de la calle Oeste y de Lepke

Sólo doy clases los martes y leo, soy un ratón de biblioteca
en piyamas recién salidos cada mañana del secarropa,
y ocupo toda una casa en la “casi nunca apasionada
calle Marlborough de la ciudad de Boston”,
donde incluso el hombre
que revuelve la basura en los contenedores
del callejón trasero, tiene dos hijos, posee
una camioneta , un ayudante
y vota por “los republicanos”.
Yo tengo una hija de nueve meses de edad,
suficientemente joven para ser mi nieta.
Al igual que el sol ella amanece en su piyamita
rosa flamenco intenso.

Estos son los tranquilizados cincuenta, y yo ya he cumplido
los cuarenta. ¿Debería arrepentirme de mi tiempo de siembra?
Fui un católico O.C. en llamas e hice mi maníaca proclama,
acusando al estado y al presidente, luego
esperé en un calabozo mi sentencia, sentado al lado
de un muchacho negro con ensortijadas hebras de marihuana
/en su cabello.

Condenado a un año,
caminé sobre los techos de la cárcel de la calle Oeste, un
espacio no más largo que la cancha de fútbol de mi escuela,
y vi el río Hudson una vez al día a través de la ropa agitada
por los vientos, tendida en las azoteas y de los amarronados
edificios de departamentos, blanqueándose a la intemperie.
En mis caminatas discutí afiebradamente temas metafísicos
con Abramowitz, un tipo cetrino, amarillento (“en realidad bronceado”)
un pacifista peso mosca,
muy vegetariano,
usaba sandalias de soga y suela de yute
y prefería la fruta caída.
Él intentó convencer a Bioff y Brown,
los proxenetas de Hollywood para que adoptaran su dieta.
Ellos, peludos, musculares, suburbanos,
vestidos en trajes color chocolate con sacos cruzados
se hartaron y le dieron una paliza que lo dejó azul -negro.

Yo estaba tan alejado del mundo que nunca
había escuchado hablar de los Testigos de Jehová.
“¿Sos un O.C.? Le pregunté a otro preso, un pájaro de cuenta.
“No,” me contesto, “Soy T.J.”
Él me enseño a tender la cama como lo hacen en los hospitales,
me señaló al Zar Lepke, miembro del Sindicato del crimen,
quien de espaldas y en camiseta hacía tiempo
en la lavandería, doblando y apilando toallas
o caminando lentamente hacia una celda aislada
llena de objetos prohibidos al preso común:
una radio portátil, una cómoda, dos banderitas americanas
entrelazadas con una palma pascual.
Fláccido, calvo, lobotomizado,
flotaba tímidamente, tranquilo,
en ese territorio donde ninguna reconsideración
por agonizante que fuera
lograba estremecer sus pensamientos, concentrados en la silla eléctrica,
que pendía como un oasis en su atmósfera
de conexiones perdidas…   


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domingo, 18 de enero de 2015

Hart Crane -Proemio al Puente de Brooklyn


Hart Crane, Ohio, 21 de julio 1899 - Golfo de México, 27 de abril 1932
Traducción A. Bioy Casares y J. L. Borges 



Proemio al Puente de Brooklyn

Cuántos amaneceres, fríos de sus descansos en las aguas
Las alas de la gaviota lo sumergirán y lo dirigirán
Desparramando blancos anillos de tumulto, erigiendo alta
Sobre las encadenadas aguas de la bahía la Libertad.

Entonces, con inviolada curva, abandona nuestros ojos
Tan espectacular como velas que cruzan
Alguna página de cifras que serán archivadas;
-Hasta los ascensores nos gotean de nuestro día...

Pienso en cinematógrafos, panorámicos ardides
Con muchedumbres asomadas a una deslumbrante escena
Nunca revelada, pero hacia la cual vuelven a apresurarse,
Predicha a otros ojos en la misma pantalla;

Y Tú, sobre el puerto, con pasos de plata
Como el sol te hubiera distanciado, pero dejando
Algún intacto movimiento en tu andar-
Deteniéndote, implícitamente te liberan!

Desde alguna prisa del subterráneo, celda o desván,
Corre un loco hacia tus parapetos,
Ladeándose momentáneamente, hinchada la aguda camisa,
Una mofa cae de la silenciosa caravana.

Murallón Abajo, desde la viga al medio de la calle gotea
Un diente arrancado del acetileno del cielo;
Toda la tarde las grúas embanderadas de nubes giran...
Tus cables respiran aún el Atlántico norte.

Y oscuro como aquel cielo de los judíos,
Tu galardón... Espaldarazo que confieres
De anonimidad que el tiempo no puede corregir:
Muestras vibrante indulto y perdón.

Oh arpa y altar de la furia conjugada
(¡Cómo podría un mero trabajo alinear tus cuerdas corales!)
Terrible umbral de la promesa del profeta
Plegaria de la parroquia, y el grito de los amantes-

De nuevo las luces del tráfico que rozan tu rápido,
Indiviso idioma, inmaculado signo de estrellas,
Manchando tu camino -condensan la eternidad:
Y hemos visto la noche levantada en tus brazos.

Bajo tu sombra, junto a los muelles aguardé;
Sólo en la oscuridad es clara tu sombra.
Los fogosos fragmentos de la ciudad están deshechos,
Ya la nieve inunda un año de hierro...

Oh insomne como el río que atraviesas,
Abovedando el mar, el sueño visionario de las praderas,
Desciende hasta nosotros, los humildes, alguna vez,
Y de tu curva ofrece un mito a Dios. 


viernes, 16 de enero de 2015

María Lyda Canoso -La soledad de las aguas

María Lyda Canoso, Casilda, Santa Fé, 9 de septiembre 1940


La soledad de las aguas

La soledad de las aguas en la noche y la
soledad de la noche en el universo sin fin
Milosz (citado por Bachelard)

alguien dice que alguien dice de las aguas en la noche de la noche en el universo del universo en

ella en la popa mira la estela que va dejando el barco donde comen delfines y tiburones y las aves carroñeras

un yo
que soy yo
pero no soy
oh

no pasa el tiempo sin embargo ha saltado

¿quién?
¿la joven?
no el tiempo
va de una era
a la otra

del zenith
al nadir

es y no es
no soy yo la que mira
la escena de la estela

es otro yo que ve lo mismo
pero cómo puede ser
que algo pueda haber sido mirado
escena vista

dejá vu

refleja la sartén al infinito la holandesita del puloil

escena tan pero tan vista
poco narrada sin embargo

quién
te pregunto
¿quién? decime vos

¿quién que haya viajado en un barco de vapor no se ha detenido a mirar la estela desde la popa?

miro esta escena ya pasada
de moda
de tiempo
de espacio
de otra vida

saludo a una pareja
que baila
en el salón multiuso
cada noche es otra noche
un bingo
una función de cine
gente conversando
islas
quién puede adivinar la tristeza
de una chica yo misma otra
quizá no yo
quizá quizá quizá

no yo sólo viajaba de buenos aires a londres sola en ese barco lleno de gente una experiencia extrema

estoy perdiendo el tiempo
me lo dice el bolero
pensando pensando

la soledad de cada cosa en el solo universo dice alguien que no le veo la cara


la sartén de la holandesita del tarro del puloil es una imagen más seria no está crucificada por cursi como el bolero

¿o sí?

la holandesita bastante ridícula yo tuve un traje de holandesa para carnaval no en realidad era mi hermano quien tenía el traje de holandés con una pipa de mentira el indicio de vida era la estela del barco en el agua dice alguien a quien no le veo la cara
bueno la holandesa se mira en una sartén que la refleja a ella y al tarro de puloil que tiene en la mano que muestra la etiqueta del tarro de puloil mucho más chico pero tan real como el anterior el dibujo lo enrarece todo como si fueran las láminas de la enciclopedia son raras
decía que el dibujo enrarece por ejemplo una casa dibujada ya es rara atractiva y rara

alguien dice que alguien dice
pero sigo
hablaba de altamar
de una chica que estaba sentada en un banco de madera de popa viendo cómo los peces comían los desperdicios de cocina y venían a picotear las aves carroñeras
lo cuento casi con los ojos cerrados

escribí marily vos que podés hacelo
reaparece no le veo la cara

en realidad no pude haber visto en detalle los picos de los pájaros era de noche los reflectores apenas daban cuenta del barco que era visto por la sombra de barco que pasa en mi imaginación a mi costado
siempre sonando la sirena de vapor
seguro que fue así o parecido

escribir no es fotografiar
menos filmar

hablo de estas cosas
para congelar
un instante

eso




miércoles, 14 de enero de 2015

Jorge Luis Borges -El golem

Jorge Luis Borges, CABA, 24 de agosto 1899 - Ginebra, Suiza, 14 de junio 1986


El golem

Si (como el griego afirma en el Cratilo)
El nombre es arquetipo de la cosa,
En las letras de rosa está la rosa
Y todo el Nilo en la palabra Nilo.

Y, hecho de consonantes y vocales,
Habrá un terrible Nombre, que la esencia
Cifre de Dios y que la Omnipotencia
Guarde en letras y sílabas cabales.

Adán y las estrellas lo supieron
En el Jardín. La herrumbre del pecado
(Dicen los cabalistas) lo ha borrado
Y las generaciones lo perdieron.

Los artificios y el candor del hombre
No tienen fin. Sabemos que hubo un día
En que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
En las vigilias de la judería.

No a la manera de otras que una vaga
Sombra insinúan en la vaga historia,
Aún está verde y viva la memoria
De Judá León, que era rabino en Praga.

Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
Y al fin pronunció el Nombre que es la Clave.

La Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
Sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
De las Letras, del Tiempo y del Espacio.

El simulacro alzó los soñolientos
Párpados y vio formas y colores
Que no entendió, perdidos en rumores
Y ensayó temerosos movimientos.

Gradualmente se vio (como nosotros)
Aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.

(El cabalista que ofició de numen
A la vasta criatura apodó Golem;
Estas verdades las refiere Scholem
En un docto lugar de su volumen.)

El rabí le explicaba el universo
"Esto es mi pie; esto el tuyo; esto la soga."
Y logró, al cabo de años, que el perverso
Barriera bien o mal la sinagoga.

Tal vez hubo un error en la grafía
O en la articulación del Sacro Nombre;
A pesar de tan alta hechicería,
No aprendió a hablar el aprendiz de hombre,

Sus ojos, menos de hombre que de perro
Y harto menos de perro que de cosa,
Seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.

Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
Ya que a su paso el gato del rabino
Se escondía. (Ese gato no está en Scholem
Pero, a través del tiempo, lo adivino).

Elevando a su Dios manos filiales,
Las devociones de su Dios copiaba
O, estúpido y sonriente, se ahuecaba
En cóncavas zalemas orientales.

El rabí lo miraba con ternura
Y con algún horror. ¿Cómo (se dijo)
Pude engendrar este penoso hijo
Y la inacción dejé, que es la cordura?

¿Por qué di en agregar a la infinita
Serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
Madeja que en lo eterno se devana,
Di otra causa, otro efecto y otra cuita?

En la hora de angustia y de luz vaga,
En su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?

lunes, 12 de enero de 2015

Joaquín Giannuzzi -Conocimiento de la mosca

Joaquín Giannuzzi, Buenos Aires, 29 de julio 1924 – Salta, 26 de enero 2004


Conocimiento de la mosca

La mosca explora el borde del vaso
en rápidos giros discontinuos.
Una pizca nerviosa de vida individual, aplicada
a este momento convencional de las cosas.
Pero en alguna parte
estalla una puerta y en súbita parálisis
la mosca se entrega a la sospecha
de un doloroso conocimiento:
sabe que estoy allí y que no puedo
apagar mi conciencia, su amenaza de caos.
Una vigilia de desesperados
que nada pueden compartir.
En dos cuerpos tensados, una astucia
de condenados. Ambos esperamos allí,
como si algo pudiera definirse todavía.
Y el salto en que se pierde
por el mundo ilegible
es una desierta aventura
hacia un orden ajeno a mi visión.



sábado, 10 de enero de 2015

Andrés Morales - Oráculo

Andrés Morales, Santiago de Chile, 26 de mayo 1962


 Oráculo

-No hay azar más claro que el iris de mi ojo,
pregunten a los hijos que van llorando tierra,
deténganse en el mar a respirar su vuelo
si el sol es transparente y gime y no aparece.

La adivina cierra sus ojos y crepitan
los dientes y su lengua, malhumorada, seca.

-La rueda vuelve siempre al centro de su cielo
y todo se detiene y habla y permanece.

-Desnuda en el desván irá tejiendo siempre,
tal vez nunca regrese su amante de la guerra
y bailarán los años y sin reconocer
los trozos de metal, la columnata, el mar.

-Después veo silencio y un grito despiadado.
La sangre descubrió su propio peso hueco.
Más allá un incendio y el caballo cónsul
y mártires que huelen a gloria antojadiza.
...Hay nubes en mis cejas y peces,
hay planetas...
Puedo ver la huella cómo se desfigura y cae.
La luna se avecina, el ángel se avecina.
Dos mil campanas hieren, se clavan en mi oído
y Jericó se rinde y el águila perece
mientras el toro huye detrás de los leones.

Penúltimas noticias, los heraldos corren:
Ha caído Roma, Tenochtitlán, el Cuzco.


-Otra vez el llanto recorre mis anillos.

-La policía aguarda detrás de las murallas,
no hay escapatoria, me arrastran con azufre,
me fuerzan, me condenan, me besan en la cara.

-¡Alejen los espejos, aviven ese fuego!

-El hambre me conmueve y siento como vuelan
los cuervos en mi boca, enloquecidos míos.

-¡Por qué jamás anuncio lo que se escribe ayer!

...Hay nubes en mis manos,
recuerdo sólo el mar...

                                                                (A Gonzalo Rojas)


jueves, 8 de enero de 2015

e e cummings -cuando las serpientes

e e cummings, EEUU, 14 de octubre 1894 - EEUU, 3 de septiembre 1962
Versión Jorge Perednik



cuando las serpientes regateen por el derecho a reptar
y el sol declare la huelga pidiendo un salario digno-
cuando las espinas observen sus rosas con alarma
y los arcoiris tengan seguros de vejez

cuando cada zorzal no pueda cantar en ninguna luna nueva
si todas las lechuzas chillonas no aprobaron antes su voz
-y cualquier ola ponga su firma sobre la línea de puntos
para que no se obligue a un océano a cerrar

cuando el roble pida autorización al abedul
para hacer una bellota-los valles acusen
a sus montañas de tener altura-y agosto
denuncie a septiembre por saboteador

entonces creeremos en esa increíble
humanidad inanimal (y no hasta)


 



martes, 6 de enero de 2015

Robert Creeley -Algo

Robert Creeley, Estados Unidos, 21 de mayo 1926 - Estados Unidos, 30 de marzo 2005
Versión Sandra Toro



Algo

Me acerco con tal temblor
cauteloso, y siempre
siento la pregunta, tonta al final,

de cómo se supone
que se siente, después,
y por quién. Me acuerdo

de una vez en un cuarto alquilado
en la calle 27, la mujer que entonces
amaba, literalmente, después de

hacer el amor en la cama enorme
sentada frente a un lavatorio
con dos canillas, tenía

que hacer pis pero estaba nerviosa,
avergonzada, supongo,
de que la viera, a ella, que apenas

un momento atrás había estado
completamente abierta a mí, desnuda,
en la misma cama. En cuclillas,

con la cabeza reflejada en el espejo,
el pelo oscuro ahí, toda
su cara, los hombros,

se sentó abierta de piernas, abrió
una de las canillas y orinó con timidez. Lo que el amor
aprendería de una visión como esa. 

domingo, 4 de enero de 2015

David Antin -Privacidad en un lugar público

 
David Antin, Nueva York, 1 de febrero 1932
Versión Esteban Moore



Privacidad en un lugar público

me considero un poeta pero no voy a leer poesía     como podrán ver
           no traigo libros          a pesar de que he escrito libros          yo
tengo una extraña relación con la idea de leer    si no me pueden oír
  apreciaría   que se acerquen   pues esta no es una
situación en la que intentaré  amplificar  eso sucederá en  la segunda parte
     la que le corresponde a jackson maclow    el equipo que está detrás mío
   sobre el escenario  es otro equipo  yo sólo estoy usando este equipo
       mínimo    pues es el único equipo que puedo manejar
      en este momento particular   y la razón  es que en un tiempo
estuve involucrado con la ingeniería y ahora me estoy deshaciendo de las partes
      existió un tiempo en que yo hubiera concurrido con más     mucho
    más  y no hace mucho pero ahora en este momento no lo deseo   es
algo así  como mi actitud hacia  el libro                del que no intentaré
   leer       lo que quiero decir es que si  yo  viniera y les leyera  poemas
de un libro ustedes  lo considerarían un modo razonable de  comportamiento
       y es un modo razonable de comportamiento               generalmente
considerado    como una lectura de poemas     y sería  algo así  como
   extraer arvejas  congeladas de un contenedor de  comida          y eso
no me parece interesante porque entonces me  convertiría en un cocinero
   y realmente no deseo ser un cocinero           no  quiero ser un cocinero o
 recalentar la  comida por nada ni para nadie   he venido aquí para hacer un
        poema hablando    para hablar un poema           que será               siendo
las otras cosas iguales  porque yo quería hablar  acerca de
     algo   la situación que se presenta cuando un poeta viene a un sitio
           para construir  lo  que es un poema    digo ¿ que estoy haciendo
viniendo aquí a hablar poesía ?  eso   si  yo pensará que la poesía fuera
  una especie de iniciativa  romana  si  yo creyera  que  la poesía es una
iniciativa   romana  asumiría que hablar poesía es una  empresa razonable   y
  definida con claridad      llegaría al lugar y haría uso de  todo
   el magnífico  encanto de la retórica     del que me serviría y luego les
       ofrecería poesía     quiero decir mejoraría lo hablado   como verán
         hablar sería  sólo hablar      del modo en que lo hacen las personas y
  la poesía sería un discurso hablado que se supera  sería  charla que tiene finales graciosos
          podría rimar  digamos o producir una melodía o hace lo que hace o que tiene que
      de modos inusuales y exóticos no hay nada de malo en eso existen muchas personas que lo    hacen es divertido hacer equilibrio en un alambre tendido es divertido hablar mientras              
    bebemos agua es divertido hablar mientras hacemos la vertical invertida
propongo que no consideremos a la poesía como eso que se pone por encima de la  
                    conversación                        la considero                            en este caso
como algo que aparece en una ocasión particular en un lugar público            yo
  quiero decir están ustedes aquí y este es un sitio público y yo me dirijo  me enfrento
a una situación pública y estoy haciendo lo que los poetas han hecho durante mucho tiempo
   han hablado  de un mundo íntimo                algunas veces
  de una necesidad íntima  pero siempre             lo han hecho en un contexto bastante peculiar               para que cualquiera pudiera compartir sus palabras lo que es muy extraño
es extraño que un hombre venga aquí a hablar con ustedes a quienes no conoce y ustedes no lo conocen a él y ustedes se interesaran por lo que tuviera que decirles    y es exótico
 siempre hay algo raro en ello sin embargo si podemos compartir algún aspecto de nuestra humanidad quizás sea menos exótico     eso es       es sabido     que las personas entran en un bar   se encuentran con otra persona a  la que no conocen  y comienzan una conversación    les cuentan la historia de su vida  y luego desaparecen para no verse nunca más          de hecho pienso que existen personas que se especializan en hechos de esta índole         los conductores de taxis  en diversas ciudades viven esta experiencia repetidamente     alguien llega les cuenta la historia de su vida  que puede ser verdadera   o no                         puede ser mítica o puede ser un poema          y nunca los vuelven a ver  yo creo que las grandes historias míticas son aquellas que están llevando a cabo en este momento los choferes de taxi    en este preciso instante del tiempo    si pueden recordar las historias           y en este contexto asumo  que estamos tratando de alguna manera la ocasión mítica ¿ qué es lo que les voy a contar?   ¿algo privado?  por supuesto que les voy a contar algo  privado   ¿me van a creer ?             ¿me creerían ustedes si yo quisiera que me crean?
quiero hablarles  de algo bastante más personal de lo que se acostumbra razonablemente y es recomendable en una ocasión pública   sólo       porque se trata de algo poco razonable
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les digo que pienso que de alguna manera  las personas contraen matrimonio para poder definir su yo    una especie de yo privado que es todavía un yo público                   digo
las personas como yo                 hacen eso  pero definir un yo es una cuestión de esperanza y deseos eso es  quiero decir               deseo ser alguien  digo  soy alguien     soy alguien
 jim harithas es alguien  jim harithas adoraba la ciudad de siracusa él tenía las esperanzas de amar a siracusa y ha logrado realizar grandes  cosas en la ciudad de siracusa    no te avergüences  jim lo que has logrado en siracusa es realmente algo considerable un hecho importante                vos querías amar a siracusa                yo quería amar a miriam
y amé a miriam  que es casi lo mismo y un buen día miriam y yo dejamos de amarnos
 y realmente no sé cómo manejar una situación como esa eso es quiero decir  ¿quién habla por mi cuando hablo?             ¿tengo una audiencia?      aquí en este lugar público hablando como si se tratara de una charla con viejos amigos algunos nuevos  y de algunas personas que se han acercado  queriendo saber quizás ¿ qué es un poeta? ¿me entienden?
 lo que hace o hará un poeta               de qué diablos va a hablar  y yo vengo aquí con mis cosas privadas  para decirlo de alguna manera y les digo que me hallo aquí para definir mi ser y les cuento quien soy y porque hago lo que hago y ustedes lo pueden creer como le pueden creer a cualquier poeta    o como le pueden creer a su esposa                       o a sus hijos o a ustedes mismos ----------
- 1976



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viernes, 2 de enero de 2015

César Fernández Moreno -Amores en Buenos Aires

César Fernández Moreno, Buenos Aires, 26 de noviembre 1919 – París, 14 de mayo 1985


Amores en Buenos Aires

estaba yo embozado tras una botella de cerveza
pero me descubriste a la luz del cigarrillo
conocerte me dio el golpe de gracia
desde entonces estoy como desde siempre

pongo sitio a tu cintura
escalo tu columna vertebral
trato de arrancarte como uvas los besos
ensayo recorridos a lo largo de tu brazo
la muñeca el antebrazo el codo su ruta hasta el hombro

parecés mentira
extraña mujer hendida
de la cintura para abajo
en dos piernas que cruzas inesperadamente

en fin yo no quisiera seguir mencionando partes de tu cuerpo
pero estamos en Buenos Aires la de insinuantes calles
a nosotros todos los taxis desocupados
en adelante mis trajes dependerán de vos
te hablaré de vos misma mejor que un horóscopo
serás mi último amor eterno
full time hasta que me aburra no importa
te lo juro por la avenida de los Incas