domingo, 29 de junio de 2014

Carlos Liendro -Lacan en los suburbios

Carlos Liendro, CABA, 26 de octubre 1957


Lacan en los suburbios

Debajo de los puentes de las autopistas
sigue durmiendo gente,
entre hedores, cartones y frío;
mientras busca libros por los barrios.
Sale del subte a una plaza
pero ese no era el rumbo
era la periferia del suburbio
un mundo dentro de otro mundo
a pocas cuadras
de las avenidas y los shoppings.

Analiza amantes, analiza locos,
Analiza futuros suicidas.
Dicen: `se hace el muerto,
como todo el mundo´.
Lo real no era lo ontológico.
Para algunos está enmudecido,
Para otros interpretando el silencio.
Al planeta borromeo
lo ha habitado
un viaje a China imaginario
que nunca se realiza.

viernes, 27 de junio de 2014

Juan Calzadilla -Las palabras

Juan Calzadilla, Altagracia de Orituco, Venezuela, 16 de mayo 1931


Las palabras

No sé si las palabras reconocen
tan bien como el pan su sitio en la mesa.
Si poseen instinto para diferenciar a su dueño
con la precisión con que lo hace
el olfato del perro.
Si como el pan y el vino ocupan
un lugar exacto en la mesa
comunicando calor a las manos seguras
de alguien que sabe en este momento
lo que quiere. Si viven en su fuero a merced
de  lo que se espera de ellas tercamente
prestas a confiarnos,
cuando lo solicitemos,
el poema. O si, menos dadivosas que el pan,
sólo renuentemente y con rabia
sabias por fin entregan sus vidas oscuras y turgentes
a quienes, poniéndoles cerco,
obstinadamente ensayan descifrar sus misterios.

miércoles, 25 de junio de 2014

Alicia B. Pastore -la escritura de mi madre

Alicia B. Pastore, CABA, 29 de noviembre 1949


la escritura de mi madre

no sé si escribía
en una fuente
de promesas
al costado
de su asombro

o si un mago
había soplado
sus palabras
hasta el sueño
de mis días

no sé,

pero la leo
en el iris
de sus ojos

abandonó mi vientre
por codicia,
dice

arrastró mi
líquido amniótico
por un mundo hambriento
que acechaba
a unos pasos,

se fue en él,

también unos lobos
mecieron su útero,
y aullidos mediante
le parieron hijos,

no sé,
pero la leo circular,

tendiendo la alfombra
que amortigüe
mi caída,,,

lunes, 23 de junio de 2014

Luis Pereira Severo -de Poemas para mi novia extranjera


Luis Pereira Severo, Paso de los Toros, Uruguay, 9 de diciembre 1956


de Poemas para mi novia extranjera

frío
con los ojos cerrados puede ser cualquiera
cualquier ciudad el rumor de los motores
la ventanilla del asiento treinta y siete
la carretera a Tandil
el trayecto a Buenos Aires a las tres de la mañana
los monoblocks de la avenida Batlle y Ordóñez en la película de Rodrigo Plá
afuera es igual
y siempre es afuera
la piel del viajero
del que no pertenece
no se sabe los rumores locales
las formas del gemido las guaridas los murmullos los embrujos
los olores a inventariar
el frío
es eso

sábado, 21 de junio de 2014

Daniel Fara -El secreto


Daniel Fara, CABA, 6 de agosto 1953


El secreto

Nos encontraríamos en mi pullover
a una hora desusada,
con el alcohol suficiente
para mentir con los ojos abiertos.
Yo vendría de un espejo cóncavo
sin otro almuerzo
que algún arbóreo expediente.
Y así subí al tren
y otros agitaron primeras planas,
tremebundas faldas
y uno que otro parecido
con mi sobresalto.
Luego todo fue pendiente
de meteóricas luces
hasta que,
al ras de mi apogeo,
un safari de pocillos
me condujo hacia la verdad...

Pero,
por qué liberar este secreto,
por qué justamente ahora
que mi tero tañe su alarma en el jardín.
Antes sí
pude haber confesado
como quien se ríe de su nariz de tiburón.
Hoy
ni mis bolsillos
son dignos de confianza.
Además,
siempre habrá paisajes
para arruinarlos con palabras,
siempre alguna especie
para extinguirla criticando,
sólo
que ya no sé
como hacer
para colgar en su maldita espalda
aquel palidísimo lunes.

jueves, 19 de junio de 2014

Philip Larkin -Ventanas altas

Philip Larkin, Inglaterra, 9 de agosto 1922 - Inglaterra, 2 de diciembre 1985
Versión Santiago Espel


Ventanas altas

Cuando veo una parejita
y me imagino que él se la coge
y ella toma píldoras
o tiene un diafragma
pienso que ése es el paraíso

que todo viejo soñó alcanzar:
sin prejuicios ni historias
dándole como una vieja segadora
y los jóvenes también
dándole hacia la felicidad total.

¿Qué hubieran pensado de mí
si me veían hace cuarenta años?
Eso es vida, muchacho,
nada de Dios ni de tormentos nocturnos,
nada de infierno ni de reprimir
lo que pensás del pastor.
Él y su pandilla caen siempre bien parados.

Y entonces más que en palabras
pienso en ventanas altas:
el cristal donde rebota el sol,
y más allá, el profundo e intangible aire azul,
que no está, pero que es infinito. 




martes, 17 de junio de 2014

Carolina Zamudio -Descansa el amor

Carolina Zamudio, Corrientes, 18 de marzo 1973


Descansa el amor 

Baja una silueta las escaleras
no son las sobras del día quienes la mantienen en vilo
el futuro le sostiene los párpados
esos sueños a los que no les siente el aliento
le deben las caricias.

La inmensidad del silencio tiene gusto a leche templada
dos galletas de manteca le calman la vigilia
–dice su madre que con eso llame al descanso–
se adelanta un mañana que escribir de puño y letra
la casa ahora descansa el amor que se tienen.

Ella recuerda como siempre el futuro bañado de niebla
el cartero hace lo que el taxi no y llega
más tarde habrá un sol huidizo en Ginebra, ella no abrirá la carta,
las niñas no la verán desde su admiración defraudada
tampoco disimulará un tenue adiós en besos.

Con estas palabras mudas interrumpe la leche de la madre
con las galletas de las niñas se atempera la inquietud
y espera un auto que no llega
rumbo a un futuro al que ella
ya llegó hace mucho tiempo.

domingo, 15 de junio de 2014

Silvia Camerotto -Incommunicado

Silvia Camerotto, Lomas de Zamora, 12 de junio 1959


Incommunicado

Ni cuando las miserias
Ni cuando las cuerdas fuertemente atadas cedan
y el cielo esté claro y lo esté el suelo
Ni cuando convengamos que las culpas
nunca fueron dignas
y los sables y las explosiones alternen
la obstinación de mirarse a sí mismo
Ni los panini en la vereda
ni la manteca en el alféizar
Porque ya no recordás los nombres
Porque ya no recuerdo los nombres
Tampoco el mirador
el Sacre Coeur la plaza
las fotos artísticas
Solo vínculos como la calle que se pisa
la vereda que se pisa
la lástima que se pisa
La propia lástima. La ira
El ágora de una casa imaginada
sobra la costa. Los muebles. Las rocas
El mal agüero
La desnudez de una cama en la pantalla del televisor
Sobre todo las rocas
Y las culpas.

viernes, 13 de junio de 2014

María Ángeles Pérez López -Reclamo demorarme en cada gesto




María Ángeles Pérez López, Valladolid, 22 de junio 1967

Reclamo demorarme en cada gesto,
la lentitud feliz en las dos piernas
si tengo todo el sol sobre la nuca
y el tacto es una forma nutritiva
y exacta de sentir sobre la sangre
el viaje subterráneo de la dicha.

Reclamo malgastar cada minuto
en mover lentamente los dos pies
si el sol viene a incendiarme por las tardes
y el tiempo de la prisa es secundario,
si un momento viene en su eternidad,
su condición perenne y sin derrota.

Reclamo la imposible permanencia
de un brazo sobre el aire del verano,
el giro de una mano que se aleja
del cuerpo y se mantiene sin caer
hasta negar rotunda algunas normas
y leyes legisladas en invierno
como la de los cuerpos abatidos
contra el suelo, en el tiempo de la muerte.

Reclamo la bellísima ocasión
de estar al borde mismo de la tarde
en esta permanencia, en la fijeza
de la luz recortada contra el cuerpo
translúcido y tan lejos de su ruina.

Reclamo este minuto sin orillas.
A sabiendas de todo lo reclamo

miércoles, 11 de junio de 2014

Luis Benítez -La tarde del elefante



Luis Benítez, Buenos Aires, 10 de noviembre 1956


La tarde del elefante

A mi amigo, el poeta Nicholas Stix,
en donde sea que esté.

¿recuerdas, nick, la tarde del elefante?
tú estabas abrumado por el enésimo rechazo
que esa mujer casada madre ya de cuatro hijos
te había propinado por teléfono
lo único que te daba desde hacía
entonces once años
al menos
cuando era soltera te lo decía en la cara
y estabas irritado de veras enojado
porque llegué una hora tarde
y te dejé solo en la enorme nueva york
por otra hora más entregado a ti mismo
ni mi taxi ni mis disculpas calmaron
tu rabia anglosajona
decías sólo se está solo en las grandes ciudades
¿te acuerdas, nickie, de la tarde del elefante?
muchas lluvias y nieves y pisadas
de zapatos italianos y de zapatos deportivos
pasaron por esa esquina del village
pero ella no ha olvidado todavía la tarde del elefante
tú me sermoneabas en tu álgido inglés
sin darte cuenta de que yo también estaba derrumbado

y entonces esa enorme sombra

hablabas del tedio de las ciudades
del aburrimiento amarillo que se pone
al oeste del puente de tu brooklin
y de las mujeres jóvenes que cruzan solas
y en ómnibus los laberintos sedosos de central park
rumbo a esos cuartos donde la calefacción les falla

y entonces esas pisadas majestuosas

hablabas de que no te habían incluido en esa antología
y decías que el marido de ella era calvo
ceceoso y que dibujaba historietas
el tonto de los cómics repetías
el tonto de los tebeos repetías
mientras la gente
siempre está alerta la gente
dejaba corriendo la acera
tumbaba las sillas
y olvidaba a los niños en su loca carrera
decías que la rutina es una vieja ciega
que mendiga monedas por bond street y por harlem
y que cada persona la recibe en su casa

entonces ese gordo la mole
se quedó parado cerca de nuestra mesa
en la esquina desierta mientras el cajero
temblando llamaba a la policía

cinco mil kilogramos de pacífica selva
aplastando el asfalto una inmensa epifanía gris
de cuatro metros de alto y esa trompa curiosa
con un dedo en la punta
que probaba las frutas de las mesas caídas
y revoleaba jugando los manteles manchados

aplastó en su huida de algún circo o del zoo
a esa vieja mendiga que a la gente oprimida
acongoja en su casa
nos miraba sin miedo como todas las cosas
que sonriendo repiten soy amigo del hombre