lunes, 30 de marzo de 2015

Lucio Madariaga -El horizonte es ficción

Lucio Madariaga, CABA, 15 de agosto 1985



El horizonte es ficción

en la meseta donde se acurrucan
los meridianos 74 y 25
hay un oso polar que me espera
en la cueva de hielo negro

no lo conozco no sé por qué llama
es intenso el goce su soledad
residente en la tierra lejana
atrapa especies con los ojos

quiero creer en el gesto suave
la sabiduría de frío y ausencia

qué es la desconfianza
sino el temor a ejercitar la trama
eso que intenta frenar el alud
no se pueden borrar las huellas
algo se congela en el rastro

es diáfano el dispositivo
cuando resbala la ficción

el oso es una bestia
que araña las llamas y juega
con el fuego entre las uñas

sábado, 28 de marzo de 2015

María Ester Chapp -Vuelvo al mar

María Ester Chapp, Buenos Aires, 6 de abril 1950


Vuelvo al mar

                                                                                          a los silenciados de mi generación

I
dos monjas adormecidas
sus pechos estallados
          en amarga placenta
puérperas de lacios cabellos
por atroces columpios 
arrojadas al más hondo
grito yugular que nadie escucha
        tajeados vientres
               ciego luto umbilical 
gigantes hormigas reptan
por el brazo desnudo de la noche
cada ola se extingue inevitable
huellas de abandono
brotan del yodo sediento    
el horizonte viene a mí
con memorias de cuerpos
         roídos por albatros
vandálicas piedras
           asedian conciencias
perforan la historia
             con blancos pañuelos

II
irradio calor
la espuma trepa a mi verbo
se me calcinan los pies
               en esta arena
llevo más azul al cuadro
más sol      más guijarros quemantes
abro sus puertas
               entrego rugidos
es hora de partir
            entrar en el aire
con otros cuerpos
en esta gaviota
           me dejo mecer
hasta el incendio
ellas beben gotitas de almizcle
dispuestas en las frentes
cada temblor abraza
                    desamparos
escribo con las yemas abiertas
amamanto en sueños
(los sueños amamantan)
cada reino provee su alimento
no iré al muelle
persisto en la comisura
 el ojo incierto va
por hilos de luz
          a velados confines
vidas de navegación
            recuerdo
acantilados        bahías
mis brazos remos
                de intemperies
las quillas acunan libros
               por nacer
fuego sobre agua pintaba Turner
poesía a babor
                      a estribor

III
día gris      arden las bocas
       salitrosos vapores
el animal rodea la playa
relampaguean  ellos
en danza con Alfonsina
         llanto del océano
una tonina muerta 
            en la costa
a la vista de los ciegos
el costado sangra
tal vez nylon
         en su adentro
corchos de tu vino
protección de tu placer
y el  fútbol 
               no se detiene
me ahondo con criaturas marinas
tonadas de amor de los delfines
el aullido final      inagotable
y  en las ballenas
    
                    el ojo de Dios


jueves, 26 de marzo de 2015

Gerardo Lewin -Diálogo informal en el andén con mi amiga, la bella suicida

Gerardo Lewin, CABA, 20 de diciembre 1955


Diálogo informal en el andén con mi amiga, la bella suicida
                                                                               a DP

Mira, querida amiga, – dije –
ya ves que la locomotora avanza.
Enfrentas decisiones cruciales e inmediatas
y no hemos podido hablar aún
del dolor ni del sentido de la vida.

Es verdad – replicó
mientras un aire rubio la obligaba a guiñar –
pero, ¿cómo fue que llegamos aquí?
¿es cierto que este tren nos llevaría
a antípodas ciudades, ignorantes
de la moderna tristeza que adoptamos,
donde es posible contraer sacras nupcias con árboles
y envejecer petrificados
hasta que las pupilas se nos llenen de astillas?

No creo que todo eso exista
sino como un ejemplo otro
de la desilusión del yo,
de la disolución del yo,
de la desolación del yo.
– suspiré –
¿Por qué no vamos a bailar,
a comer algo, a tomar un café?

Nada me queda claro de lo dicho.
Todo se me ha borrado
como una certidumbre despeñada.
¿Es que hubo una vez amor entre nosotros
– dijo –
o éramos personajes
de una aplaudida telenovela vespertina,
en la que yo vestía un trajecito gris
y caía la lluvia?

El suelo tiembla – comprobé turbado –
Mira: la muerte ya está sobre nosotros.
¿Qué palabras debo decirte ahora
en esta nueva noche que se cierne?

Sólo di: ¡resucita!

martes, 24 de marzo de 2015

Joao Cabral de Melo Neto - Homenaje a Marianne Moore

Joao Cabral de Melo Neto, Brasil, 9 de enero 1920 – Brasil, 9 de octubre 1999
Versión Santiago Espel



Homenaje a Marianne Moore

Atravesando desiertos de frío
en los que la poesía austera no se atreve
llegó al extremo mismo de la poesía
quien caminó por el verso, en prosa.
Y entonces mostró, sin estridencia,
con el peso de su breve obra,
que la poesía no se encierra,
sino que es como una casa, hacia afuera,
y que aunque se viva adentro
se ha de construir, y que es una cosa
que quien la hace, tiene un motivo:
Una muleta para la pierna renga.




domingo, 22 de marzo de 2015

Eduardo Torassa - Bestia nocturna

 Eduardo Torassa, Buenos Aires, 19 de mayo 1955 


 Bestia nocturna

Perro blanco que ingresas por los segmentos impávidos del tiempo olvidado.
Aùlla tus vocales a los tímpanos de mis poros, saborea la humedad de mis vellos.
Penetra mis moléculas con los pelos de tu coraza de sebo.
Llora tus inquietudes sobre mi corazón rasgado y seco, tritúralo hasta sangrarlo de
desconsuelo.
Rodajas de mi cerebro saborearás en tu rincón escondido.
Arandelas de quimeras te cederé a condecoración por tu fidelidad chocarrera, alegre
jadearás cuando la bulla del riachuelo de mis instintos armonicen con los tuyos y juntos
bailaremos hasta mordernos la cola.
Somete mi lógica a tus visiones no compartidas.
Roza tu cuello de tronco perfumado sobre mis caderas, comparando nuestras alturas al
ras del horizonte donde se apoyan nuestras patas, pateando el sol del amanecer hasta los
confines del añorado infinito, útero de los misterios, parangón de nuestras pretensiones.
Observa lo no traducido y coméntame lo mirado, descríbelo en escala de grises...yo
lo colorearé y juntos firmaremos al borde, en la esquina del abismo.
Acompáñame los días que restan, aventurémonos en las ansiedades de la existencia a la
que nos sometieron sin preguntar ni consultar.
Acoplemos nuestras proporciones armando el rompecabezas del animal y del que ya dejó
de serlo...o no!
Conversemos con tus misterios, yo te escucharé hasta la medianoche, cuando la luna
llena se incorpore en mi sangre y pueda mirarte fijamente a tus ojos con mi mirada de lobo.
                                                                                                                                                   


viernes, 20 de marzo de 2015

Francisco Madariaga -Celestes ojos italianos

Francisco Madariaga, Corrientes, 9 de septiembre 1927 – Bs. As., 24 de septiembre 2000


Celestes ojos italianos
1
Margarita, ¡qué lejanos están el celeste,
el colorado, el verde, el amarillo!
Y vos, mi madre, en una tumba sin colores,
en medio de una provincia joyante:
vecina, en el cementerio, del viento que
se pudre en el corazón seco y negro de
ciertas familias.
¿Estarás cantando la canción que cantaban
tus celestes ojos italianos?
¿O estarás escuchando cómo canta mi corazón,
que fue la única maravilla en tu fracaso,
y en tu terror a los viejos gauchos
bandoleros?

2
Llueve para tus ojos el color de unas invisibles
esmeraldas,
y estoy, por segunda vez, cantando para vos,
junto a un mar salvaje y aldeano.

3
El resplandor de dos Países Natales encendió el color
-a veces verde- de mis ojos,
y deambulé,condenando a los impostores de la poesía
con los sueños y poderes de las aguas,
brillando, desesperado, en mi amistad con los gauchos
más arcaicos.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Eugenia Cabral -La voz herrumbrosa

Eugenia Cabral, Córdoba, Argentina, el 29 de noviembre 1954


La voz herrumbrosa

Sobre la tierra del patio,
mañanas como países condensados en racimos:
pequeñas naciones verdes y floridas,
minúsculas pampas de tréboles
y –en la habitación trasera-
el jardín zoológico de mis gatos,
jilgueros nerviosos y perros adoptivos.
Todo el mundo de la infancia converge
hasta que la sed nos doblega la espalda
y el sueño (boxeador experto) nos cubre la boca
con una toalla deshilachada,
que apaga un tanto la sed de estar solos.


TANTAS VECES HAS CREÍDO
que no volverías a ver la luz del día,
que no remontarías la punta de tu dedo
fuera del borde de la ventana
y, ahora, como si nadie te mirase,
encuentras –demorados en el patio-
la brevedad de la tarde, el cansancio
y la huella de salitre que ha calado las paredes.
Sin embargo, no es coherente,
¡si estás muy lejos del mar,
de los salitrales, de toda salina!
¿De qué manera el salobral
podría carcomer los revoques de tu casa,
las punteras de tus zapatos?

Mas, aunque dudes, ahí estás,
comprobando la improbable huella,
el salivazo despiadado
de una sal que no escogiste.

lunes, 16 de marzo de 2015

Miguel Angel Bustos -El cisne verbal

Miguel Angel Bustos, Bs. As., 31 de agosto 1932 - Bs. As., 30 de mayo 1976


El cisne verbal

Si no degüello
al cisne cuervo que me azota
con plomo de sus alas
seré culpable a la pálida blancura
sangre de sus vuelos
por selvas de ceniza
estéril grito en manual de ciegos.
Si no ahogo
el cisne palabra del verbo anciano
venerable en un salón solitario
me extraviaré en aullidos.
Si no salvo
la lengua poderío inicial
del verbo
el verbo que roe
antiguo quitará mi nacimiento
de su espacio en el tiempo.
No hallaré entonces piedra o ser para nombrar
mi boca será casa de muertos.

sábado, 14 de marzo de 2015

Alejandra Jalof -Sin nombre

Alejandra Jalof, Buenos Aires, 24 de abril 1957


Sin nombre

No contaba con las partes
Anheladas y sentidas,
recubiertas de olvidos irónicos
de farsas y camuflajes
de encerados brillos y
cercenados recuerdos
hoy recuperadas de no haber sido nunca
tan inéditas, tan torpes, tan miopes de la luz que enceguece
de cara al infernal cielo diurno,
abrazadas y destapadas en su feroz convalecencia.
Como contarlas.
Una y
Una y
Una y una más. O no.
Una y una menos, quizás,
despejada y errante.
Antes del primer bostezo.    
La noche las enhebrará  paciente y
las llamará por un nombre


jueves, 12 de marzo de 2015

Francis Ponge -Del agua

Francis Ponge, Francia, 27 de marzo 1899 – Francia, 6 de agosto 1988
Traducción Jorge Luis Borges



Del agua

Más abajo que yo, siempre más abajo que yo está el agua.
Siempre la miro con los ojos bajos.
Como el suelo, como una parte del suelo, como una modificación del suelo.

Es blanca y brillante, informe y fresca, pasiva y obstinada en su único vicio:el peso;
y dispone de medios excepcionales para satisfacer ese vicio:
contornea, atraviesa, corroe, se infiltra.

En su propio interior funciona también el vicio: se desfonda sin cesar,
renuncia a cada instante a toda forma, sólo tiende a humillarse,
se acuesta boca abajo en el suelo, casi cadáver,
como los monjes de ciertas órdenes.
Cada vez más abajo: tal parece ser su divisa: lo contrario de excelsior.

***

Casi se podría decir que el agua está loca,
por esa histérica necesidad de no obedecer más que a su peso,
que la posee como una idea fija.

Es verdad que todas las cosas del mundo conocen esa necesidad,
que siempre y en todas partes debe satisfacerse.
Este armario, por ejemplo, se muestra muy testarudo en su deseo
de adherirse al suelo, y si algún día llega a encontrarse en equilibrio inestable
preferirá deshacerse antes que oponérsele.
Pero, en fin, hasta cierto punto juega con el peso, lo desafía:
no se está desfondando en todas sus partes;
la cornisa, las molduras no se prestan a ello.
Hay en el armario una resistencia en beneficio de su personalidad y de su forma.

Líquido es, por definición, lo que prefiere obedecer al Peso para mantener su forma,
lo que rechaza toda forma para obedecer a su peso.
Y lo que pierde todo su aplomo por obra de esa idea fija, de ese escrúpulo enfermizo.
De ese vicio, que lo convierte en una cosa rápida, precipitada o estancada,
amorfa o feroz, amorfa y feroz, feroz taladro, por ejemplo,
astuto, filtrador, contorneador, a tal punto que se puede hacer de él lo que se quiera,
y llevar el agua en caños para después hacerla brotar verticalmente
y gozar por último de su modo de deshacerse en lluvia: una verdadera esclava.

...Sin embargo el sol y la luna le envidian esta influencia exclusiva,
y tratan de mortificarla cuando, por ocupar grandes extensiones,
les presenta un fácil blanco, o cuando se encuentra en estado de menor resistencia,
dispersa en delgados aguazales. El sol le arranca entonces mayor tributo.
La obliga a un perpetuo ciclismo, la trata como a una ardilla en su rueda.

***

El agua se me escapa... se me escurre entre los dedos.
¡Y no sólo eso! Ni siquiera resulta tan limpia (como un lagarto o una rana):
me deja huellas en las manos, manchas que tardan
relativamente mucho en desaparecer o que tengo que secar.
Se me escapa, y sin embargo me marca; y poca cosa puedo hacer en contra.

Ideológicamente es lo mismo: se me escapa, escapa de toda definición,
pero deja en mi espíritu, y en este papel, huellas, huellas informes.

***

Inquietud del agua: sensible al menor cambio de declive.
Que salta las escaleras con los dos pies al mismo tiempo.
Que, pueril de obediencia, abandona en seguida sus juegos
cuando la llaman cambiándole la dirección de la pendiente.

martes, 10 de marzo de 2015

Bruno Di Benedetto -Antimateria

Bruno Di Benedetto, Avellaneda, Pcia. de Buenos Aires, 18 de Enero 1955


Antimateria

La temperatura de fisión se alcanza en la superficie del espejo:
la espina dorsal del ojo se vuelve bífida, pero el dolor viene
de saber que lo igual es enemigo de sí mismo.  La cargazón
eléctrica  reparte puntual su discordia: a cada palabra le nace
una antipalabra; la infección de luz sube de átomo en átomo
y no hay antídoto para lo que no se puede decir. Los cuerpos
generan sus anticuerpos y estallan, de placer o de antiplacer,
da igual: en esa milésima de encuentro antes de la explosión
cada uno dice su nombre verdadero, el de morir y el de matar:
un secreto que queda cimbrando en la nada, que es sordomuda.



domingo, 8 de marzo de 2015

Robert Graves -Sala de cirugía

Robert Graves, Inglaterra, Wimbledon, 24 de julio 1895 – España, 7 de diciembre 1985
Versión Santiago Espel



Sala de cirugía

Algo pasó después de la operación
que preocupó a los cirujanos
-aunque no fue culpa de ellos-
y que no me engañaron con su disimulo.
Detrás de los tímidos gestos
y consternadas caras de las enfermeras
un ojo único blancuzco
y ardiente hasta el vientre.
Silbé, hice arcadas y canté.
Me aferré al borde de la cama
hasta casi romperlo:
demasiado orgulloso para aullar como un loco
y convocar a la enfermera
por el pasillo con una jeringa de morfina.
            -Señora Morfina:
su beso de escorpión
y oscuros sueños circulares
desconfiando de ella me atreví a desafiar
otros dos minutos más al dolor
que se hacía insoportable
ese dolor vago, incomparable,
más fuerte que el miedo o la pena
más fuerte que el amor.




viernes, 6 de marzo de 2015

Rogelio Ramos Signes -Cuando la vida no sea vida

Rogelio Ramos Signes, San Juan,14 de diciembre 1950 


Cuando la vida no sea vida

No soy rápido con las preguntas,
tampoco con las respuestas.
Soy rápido para hacer silencio,
para quedarme callado antes que los demás,
para hacer uso de mi derecho
a permanecer con la boca cerrada,
con las cuerdas vocales en reposo.
Soy rápido para no decir lo que otros dicen,
para callar en medio de la barahúnda.
Sólo sé decir “permiso” y “por favor” y “gracias”.
Eso me permite hacerme entender sin esfuerzo
en cualquier lugar donde me encuentre.
Eso me permite ignorar otras lenguas
por dominar la mía hasta el silencio.
Así voy preparándome sin apuro
para cuando la vida no sea vida,
y el ruido y todo este cacareo ya no tengan sentido.






miércoles, 4 de marzo de 2015

Raúl Orlando Artola -Cielo



Raúl Orlando Artola, Las Flores, Pcia. de Buenos Aires, 5 de diciembre 1947

Cielo

La poca luz de mediodía
parece presagiar un aguacero
casi no hay matices
en los verdes del jardín.
Las nubes han bajado tanto
que serpentean entre plantas y arbustos.
No se escuchan los pájaros
a cubierto del clima por el sueño
y una esporádica cuota de amistad
recuesta a gatos sobre perros.
La temperatura es muy baja
y no sería de extrañar
que el agua caiga en pocos minutos
con densidad creciente
hasta llegar al suelo
blanqueando el breve paisaje.

lunes, 2 de marzo de 2015

Jorge Santiago Perednik -El ruiseñor de Onitsura

Jorge Santiago Perednik, Bs.As., 29 de enero 1952 – Bs.As., 23 de diciembre 2011


 El ruiseñor de Onitsura

El ruiseñor del poema de Onitsura
parado en una rama
hace caca en vez de cantar.
Recuerda que la naturaleza y el arte
se persiguen y se cruzan, precisan uno del otro:
las deyecciones buscan el piso para completar su caída
el piso necesita de la caída para poblarse.
La naturaleza no es un arte escondido
es un escenario; su disfraz, no disfrazarse
pasivamente quiere mostrar
que el arte más que realidad es elección:
el vuelo de las aves asumiendo que el poniente
es un lugar de reposo lleva a la máxima actividad
la insistencia del que talla
convencido que sin él el horror se desencadenaría
hace de sus esquirlas piedras preciosas.

El horror se disuelve en la risa
el cansancio de la risa devuelve el horror
Ella la mujer que no puedo amar
pasa bajo la rama leyendo un poema
y recibe el don del ave;
la pequeña mancha blanca cubre una letra;
donde decía "amor" dice "amo";
Señor Ruiz de Onitsura, grita el loro:
alguien pasa, alguien posa
alguien escucha un silbido y mira
es él

ahora
el ave metálica bombardea los huertos
es un ave
riega una lluvia que no moja lo sembrado
el que la ve no la avé
grita que sabe o que es ave
para que el piloto lave lave todo el tiempo
un polvo interminable
tras la risa y el horror está el colaboracionismo
los amantes deciden terminar
tercamente minar
todo posible aterrizaje
y donde se leía "un poblado" se lee "destrucción"
y donde se lee "destrucción" se leerá "limpieza"

[ahora]
el espacio traza el contorno de las aves
permite el vuelo, la lectura
ojos que bombardean manchas blancas que dicen
[ ]
el vacío soñará el sentido del sueño y
el sueño vaciará el sentido del vacío

O los adentros de una
o herida donde las aves picotean
(También las esquirlas tallan la forma del mundo
y donde había desesperación hay desesperación
y donde no se leía ahora se lee:)

la palabra sagrada:
primero no hay luz
después empieza la oscuridad
el gusano asoma la cabeza para cantar al ave
y mira hacia el horizonte:
dame muerte
suuuu, suuuu, ciii
el ave acude al llamado
esto es el arte
transformaciones en el etcétera
lo que vuelve al ave terrestre
al gusano un ave
y a lo que separa
piso de qué, techo de qué

borla, medronio
Las aves negras revolotean en la distancia
señalan
¿con qué?
(ala derecha, ala izquierda)
por aquí los errores del mundo
por allí
el cruce imposible de la naturaleza y la historia
el cruce posible mediado por el arte
esta cruz que perdió la e

un breve papel en la escena:
lo que toca sin ser deseado:
el loro y el ruiseñor abren el telón y desaparecen
Atención atención a los papeles breves
Un bebé que ve el futuro
quiere marchar a su encuentro
Atención atención a las imposibilidades
Se cierra el telón.

Vaticinen vaticanos
desde la platea
ustedes cuya voz es la voz del Autor
observen el vuelo de las aves
descifren sus vísceras
aplaudan
La vida querrá convencer al arte
sobre los beneficios del poema
para que el poema
y no

El telón baja
ellos abandonan el teatro
Onitsura, mi despedida:
tu ruiseñor hace caca y mancha
refuerza con sus arrojos la única ingenuidad, el azar;
su deyección cada vez que roza los ojos los despeja
pone en escena una obra
donde el arte es un detritus de la naturaleza
y la naturaleza una muestra colectiva de arte.
Mmira
el verso es cucha:
desde cierta rama las palabras del loro
son tan azarosas como las del mesías:
mmmira
el verso es criba:
poéticamente ninguna hez de ruiseñor
es más importante que su canto o viceversa:
una conducta guiada por los ojos ingenuos:
el ave que no voló de su rama escribe
que el mamífero que vuela
escribe sometido a su ley