Mario Benedetti, Udine, Italia, 9 de noviembre 1955
Versión Jorge Aulicino
Voy a abril del dos mil diez...
Voy a abril del dos mil diez
cuando era nuestra la casa, y el asfalto,
los hilos de la luz, las montañas, el sol.
Nadie nos veía y veíamos todo.
Era el secreto de cada uno para vivir.
Cae aquella primavera sobre las suelas de nieve,
con el peso de todos mis años:
un blanco pisoteado en una amarga sal gris
la única imagen, mi cuerpo de ahora.
Versión Jorge Aulicino
Voy a abril del dos mil diez...
Voy a abril del dos mil diez
cuando era nuestra la casa, y el asfalto,
los hilos de la luz, las montañas, el sol.
Nadie nos veía y veíamos todo.
Era el secreto de cada uno para vivir.
Cae aquella primavera sobre las suelas de nieve,
con el peso de todos mis años:
un blanco pisoteado en una amarga sal gris
la única imagen, mi cuerpo de ahora.
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