Eduardo Torassa, Buenos Aires, 19 de mayo 1955
Bestia nocturna
Perro blanco que ingresas por los segmentos impávidos del tiempo olvidado.
Aùlla tus vocales a los tímpanos de mis poros, saborea la humedad de mis vellos.
Penetra mis moléculas con los pelos de tu coraza de sebo.
Llora tus inquietudes sobre mi corazón rasgado y seco, tritúralo hasta sangrarlo de
desconsuelo.
Rodajas de mi cerebro saborearás en tu rincón escondido.
Arandelas de quimeras te cederé a condecoración por tu fidelidad chocarrera, alegre
jadearás cuando la bulla del riachuelo de mis instintos armonicen con los tuyos y juntos
bailaremos hasta mordernos la cola.
Somete mi lógica a tus visiones no compartidas.
Roza tu cuello de tronco perfumado sobre mis caderas, comparando nuestras alturas al
ras del horizonte donde se apoyan nuestras patas, pateando el sol del amanecer hasta los
confines del añorado infinito, útero de los misterios, parangón de nuestras pretensiones.
Observa lo no traducido y coméntame lo mirado, descríbelo en escala de grises...yo
lo colorearé y juntos firmaremos al borde, en la esquina del abismo.
Acompáñame los días que restan, aventurémonos en las ansiedades de la existencia a la
que nos sometieron sin preguntar ni consultar.
Acoplemos nuestras proporciones armando el rompecabezas del animal y del que ya dejó
de serlo...o no!
Conversemos con tus misterios, yo te escucharé hasta la medianoche, cuando la luna
llena se incorpore en mi sangre y pueda mirarte fijamente a tus ojos con mi mirada de lobo.
Bestia nocturna
Perro blanco que ingresas por los segmentos impávidos del tiempo olvidado.
Aùlla tus vocales a los tímpanos de mis poros, saborea la humedad de mis vellos.
Penetra mis moléculas con los pelos de tu coraza de sebo.
Llora tus inquietudes sobre mi corazón rasgado y seco, tritúralo hasta sangrarlo de
desconsuelo.
Rodajas de mi cerebro saborearás en tu rincón escondido.
Arandelas de quimeras te cederé a condecoración por tu fidelidad chocarrera, alegre
jadearás cuando la bulla del riachuelo de mis instintos armonicen con los tuyos y juntos
bailaremos hasta mordernos la cola.
Somete mi lógica a tus visiones no compartidas.
Roza tu cuello de tronco perfumado sobre mis caderas, comparando nuestras alturas al
ras del horizonte donde se apoyan nuestras patas, pateando el sol del amanecer hasta los
confines del añorado infinito, útero de los misterios, parangón de nuestras pretensiones.
Observa lo no traducido y coméntame lo mirado, descríbelo en escala de grises...yo
lo colorearé y juntos firmaremos al borde, en la esquina del abismo.
Acompáñame los días que restan, aventurémonos en las ansiedades de la existencia a la
que nos sometieron sin preguntar ni consultar.
Acoplemos nuestras proporciones armando el rompecabezas del animal y del que ya dejó
de serlo...o no!
Conversemos con tus misterios, yo te escucharé hasta la medianoche, cuando la luna
llena se incorpore en mi sangre y pueda mirarte fijamente a tus ojos con mi mirada de lobo.
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