Myra Jara, Lima, Perú, 12 de junio 1987
Para Fabian Wigand
Fabian es un hombre suave en Alemania
Que me bañaba y lavaba mi rostro,
Me cuidaba
Y me llevaba cada semana adormecida al hospital
En taxis largos que avanzaban con los árboles
Mientras el olor de las plantas frías
Llegaba a mí, nublada y soñante
Cuando estaba con él, a veces escondía un pedazo de pan
Para después comerlo y vomitarlo
Me limpiaba sola en su baño, haciendo poco ruido
Y me miraba en el espejo
Fabian era un ángel que caminaba en sandalias por las habitaciones
Alto pálido delgado,
El hombre más bueno,
Bebía cervezas mientras preparaba las frutas
Las fresas, el agua
Yo caminaba por el corredor del departamento de sus padres
Mientras en la terraza él cuidaba las plantas,
Veía siempre el pequeño cuadro de Beuys
La foto de su madre joven y desnuda
Las máscaras africanas
Pensaba en la sofisticación de su familia
En la feminidad de su hermano menor
Ellos cuidaban las cosas frágiles
Miraban con pureza mi rostro
En la tarde paseaba en piyama entre las paredes blancas
Me sentaba en los sillones, frente a los libros
Pensaba ligeramente en mi mamá
Sus ojos
El olor de su cama
Pero nada recordaba de ella después en el tren
Quería ir a perder algo en un bar
Beber agua
Besar a algún hombre
Dejaba a Fabian preocupado en su casa
Él era incapaz de masturbarse
Lo dejaba pensando en mí,
Mientras las horas pasaban
Él miraba mi cama
Mi silla al lado de las plantas
Tenía miedo
Por eso regresaba a recostarme en sus brazos
Y él me acariciaba delicadamente
Me perdonaba las cosas con los otros hombres
Juntos, en medio de la noche, mirábamos el cielo en Hamburgo
Susurrábamos
Él me amaba y yo no
Pero mirábamos el cielo frío, precioso
Recuerdo a Fabian dormido entre mis brazos
Mientras yo miraba sus pestañas largas y rubias,
Dentro de él corría un viento iluminado
Flotaba entre su tímida infancia
Su rostro
La transparencia de sus manos
La intensidad con la que me miraba Fabian
Tenía una complicación en mi vida
Sus largas manos
Sus piernas recostadas
Recuerdo sus manos blancas acariciando mi pelo
Y en la distancia, la desahuciada sensación
De verlo recostado al lado de mi ropa
Le dije una noche, una de las últimas
Mientras él lloraba sentado en un rincón
Que no me curaría jamás por completo
Que siempre tendría dentro de mí
Una estrella roja y punzante
La vida sin Fabian es rápida y cambiante
Algunos veces en la noche
Pienso un poco en él
Recuerdo sus ojos con nostalgia
Su manera de salvarme
El dolor que le causé
Fabian es un hombre suave que duerme en Alemania
Y yo amo que duerma en su cama blanda, que observe el cielo y las plantas
Amo que cocine para él y coma algo en la mesa
Que lave tranquilamente su rostro
Hay pasión en su ausencia y su silencio
Es una pasión que he encontrado dentro de mí
Cubierta de frío y de pureza
Sé lo que hay en su mirada delicada
Él está en mi vida,
Moviéndose en mis recuerdos,
Y yo estoy en la suya
Como una niña limpia saliendo de la ducha
Callando para que él se tranquilice
Y me vea por horas,
Sollozando y durmiendo.
Para Fabian Wigand
Fabian es un hombre suave en Alemania
Que me bañaba y lavaba mi rostro,
Me cuidaba
Y me llevaba cada semana adormecida al hospital
En taxis largos que avanzaban con los árboles
Mientras el olor de las plantas frías
Llegaba a mí, nublada y soñante
Cuando estaba con él, a veces escondía un pedazo de pan
Para después comerlo y vomitarlo
Me limpiaba sola en su baño, haciendo poco ruido
Y me miraba en el espejo
Fabian era un ángel que caminaba en sandalias por las habitaciones
Alto pálido delgado,
El hombre más bueno,
Bebía cervezas mientras preparaba las frutas
Las fresas, el agua
Yo caminaba por el corredor del departamento de sus padres
Mientras en la terraza él cuidaba las plantas,
Veía siempre el pequeño cuadro de Beuys
La foto de su madre joven y desnuda
Las máscaras africanas
Pensaba en la sofisticación de su familia
En la feminidad de su hermano menor
Ellos cuidaban las cosas frágiles
Miraban con pureza mi rostro
En la tarde paseaba en piyama entre las paredes blancas
Me sentaba en los sillones, frente a los libros
Pensaba ligeramente en mi mamá
Sus ojos
El olor de su cama
Pero nada recordaba de ella después en el tren
Quería ir a perder algo en un bar
Beber agua
Besar a algún hombre
Dejaba a Fabian preocupado en su casa
Él era incapaz de masturbarse
Lo dejaba pensando en mí,
Mientras las horas pasaban
Él miraba mi cama
Mi silla al lado de las plantas
Tenía miedo
Por eso regresaba a recostarme en sus brazos
Y él me acariciaba delicadamente
Me perdonaba las cosas con los otros hombres
Juntos, en medio de la noche, mirábamos el cielo en Hamburgo
Susurrábamos
Él me amaba y yo no
Pero mirábamos el cielo frío, precioso
Recuerdo a Fabian dormido entre mis brazos
Mientras yo miraba sus pestañas largas y rubias,
Dentro de él corría un viento iluminado
Flotaba entre su tímida infancia
Su rostro
La transparencia de sus manos
La intensidad con la que me miraba Fabian
Tenía una complicación en mi vida
Sus largas manos
Sus piernas recostadas
Recuerdo sus manos blancas acariciando mi pelo
Y en la distancia, la desahuciada sensación
De verlo recostado al lado de mi ropa
Le dije una noche, una de las últimas
Mientras él lloraba sentado en un rincón
Que no me curaría jamás por completo
Que siempre tendría dentro de mí
Una estrella roja y punzante
La vida sin Fabian es rápida y cambiante
Algunos veces en la noche
Pienso un poco en él
Recuerdo sus ojos con nostalgia
Su manera de salvarme
El dolor que le causé
Fabian es un hombre suave que duerme en Alemania
Y yo amo que duerma en su cama blanda, que observe el cielo y las plantas
Amo que cocine para él y coma algo en la mesa
Que lave tranquilamente su rostro
Hay pasión en su ausencia y su silencio
Es una pasión que he encontrado dentro de mí
Cubierta de frío y de pureza
Sé lo que hay en su mirada delicada
Él está en mi vida,
Moviéndose en mis recuerdos,
Y yo estoy en la suya
Como una niña limpia saliendo de la ducha
Callando para que él se tranquilice
Y me vea por horas,
Sollozando y durmiendo.
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