Diego Rodriguez Duca, Bs As, 7 de agosto 1973
Buitres bañan venados
por qué?
Esa es su Perversión.
Con detergentes que no irritan
visten venados de pingüinos
los empetrolan
llaman a greenpeace
y los bañan,
con sumo cuidado,
con sumo placer.
Los buitres se regodean
se miran de reojo
susurran los 7 pecados capitales
y picotean a la vieja Elvira
(que los odia)
Eructan con desparpajo,
llaman a un chef para el banquete,
rezan mirando hacia abajo
y retornan en su regocijo,
asqueados.
Los bañan,
tanto como eso.
Luego, porque siempre hay un luego para el que espia, los secan y entalcan,
casi los rozan con las garras
en sus pellejos,
y con risas muchas risas y asomadas carcajadas,
los venados tienen cosquilas y buen humor y claro, serán ciervos con guantes blancos y
bandejas de plata y una vida prestada.
Y los buitres en otro “luego” se van volando
sin originalidad
sin explicaciones
sin titulares en el diario.
“Que asco” piensa Elvira llena de ira y de envidia.
En silencio, a las 3 de la mañana, cuando el cuarzo verde del reloj ya alumbra toda la
habitación, Elvira asoma de la cama, tímida y sigilosa, sin las pantuflas de satén, sin el camisón
y sin sus medias, casi sin nada.
Con carita de zorra y sonrojada, mira a los costados como si se estuviese escondiendo de su
propia soledad,
juega a caminar en puntitas de pie, (no lo logra, pesa 101 kg)
Abre suave el ropero sin que rechine o que reproche esa madera
(su intromisión)
y ya erotizadisima, con muchos pulsos y respiraciones,
y petit temblores,
toma ese baldecito
lleno
lleno
y se empetrola
toda
toda,
cada rinconcito de su grotesco cuerpo,
desnuda,
sucia,
hiriente,
y goza cerdamente pensando en esos buitres de pico erguido y siniestro,
y que sean muchos
y que hablen de ella,
y le tengan bronca,
mucha bronca.
Y es pingüino sobre ciervo sobre viejagordacalentona,
y esa no es la hora hipócrita,
esa es la condición real de su existencia, real como Judas
o el parkinson
o el mar.
Sin dudar acaba en la bañera mas húmeda
resbaladiza
enorme
y el universo entero es petróleo sobre piel y orgasmo,
es buitre flagelando un ciervo que parece pingüino siendo señora Elvira.
Es castigo sobre la fantasía de hule y peluca castaño claro, es agua que pelea con petróleo.
Jabones mercerizando vergüenzas póstumas
radios mudas o ausentes
amaneceres que a nadie importan.
Son solo buitres bañando venados.
Buitres bañan venados
por qué?
Esa es su Perversión.
Con detergentes que no irritan
visten venados de pingüinos
los empetrolan
llaman a greenpeace
y los bañan,
con sumo cuidado,
con sumo placer.
Los buitres se regodean
se miran de reojo
susurran los 7 pecados capitales
y picotean a la vieja Elvira
(que los odia)
Eructan con desparpajo,
llaman a un chef para el banquete,
rezan mirando hacia abajo
y retornan en su regocijo,
asqueados.
Los bañan,
tanto como eso.
Luego, porque siempre hay un luego para el que espia, los secan y entalcan,
casi los rozan con las garras
en sus pellejos,
y con risas muchas risas y asomadas carcajadas,
los venados tienen cosquilas y buen humor y claro, serán ciervos con guantes blancos y
bandejas de plata y una vida prestada.
Y los buitres en otro “luego” se van volando
sin originalidad
sin explicaciones
sin titulares en el diario.
“Que asco” piensa Elvira llena de ira y de envidia.
En silencio, a las 3 de la mañana, cuando el cuarzo verde del reloj ya alumbra toda la
habitación, Elvira asoma de la cama, tímida y sigilosa, sin las pantuflas de satén, sin el camisón
y sin sus medias, casi sin nada.
Con carita de zorra y sonrojada, mira a los costados como si se estuviese escondiendo de su
propia soledad,
juega a caminar en puntitas de pie, (no lo logra, pesa 101 kg)
Abre suave el ropero sin que rechine o que reproche esa madera
(su intromisión)
y ya erotizadisima, con muchos pulsos y respiraciones,
y petit temblores,
toma ese baldecito
lleno
lleno
y se empetrola
toda
toda,
cada rinconcito de su grotesco cuerpo,
desnuda,
sucia,
hiriente,
y goza cerdamente pensando en esos buitres de pico erguido y siniestro,
y que sean muchos
y que hablen de ella,
y le tengan bronca,
mucha bronca.
Y es pingüino sobre ciervo sobre viejagordacalentona,
y esa no es la hora hipócrita,
esa es la condición real de su existencia, real como Judas
o el parkinson
o el mar.
Sin dudar acaba en la bañera mas húmeda
resbaladiza
enorme
y el universo entero es petróleo sobre piel y orgasmo,
es buitre flagelando un ciervo que parece pingüino siendo señora Elvira.
Es castigo sobre la fantasía de hule y peluca castaño claro, es agua que pelea con petróleo.
Jabones mercerizando vergüenzas póstumas
radios mudas o ausentes
amaneceres que a nadie importan.
Son solo buitres bañando venados.
Impresionante poeta. Profundo, ácido, fuera de cualquier sitio común. Una joya!
ResponderBorrarMe gustó mucho . Suerte amigo
ResponderBorrarAgradecido!!
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