John Montague, Brooklyn, 28 de febrero 1929 - Niza, 10 de diciembre 2016
Versión Gerardo Gambolini
Como dólmenes alrededor de mi infancia, los mayores
Como dólmenes alrededor de mi infancia, los mayores
Jamie MacCrystaI cantaba para sí
una canción chapurreada, sin letra ni melodía;
me regalaba un penique cada vez que cobraba la pensión,
les daba migas de pan a los pájaros en invierno.
Cuando murió, saquearon su cabaña,
abrieron el colchón y buscaron la alcancía.
Lo unico que no dieron vuelta fue el cadáver.
Maggie Owens vivía rodeada de animales,
una perra mestiza y cachorros temblorosos;
en el mismo dormitorio berreaba una cabra.
Era una fuente de chismerío contaminado,
una incisiva cronista de todo un distrito,
con fama de bruja; lo único que yo veía
era su triste necesidad de escarnio.
Los Niall vivían sobre una senda de la montaña
donde florecían los brezos y se apiñaban las dedaleras.
Los dos eran ciegos, con pensión por invalidez y un radiotransmisor;
los ojos muertos destellaban como los ojos de las serpientes
cuando uno entraba, refugiándose de un aguacero.
Los grillos cantaban bajo la piedra suelta de la chimenea
hasta que el sol barroso volvía a brillar.
Mary Moore vivía en una casa a medio desmoronar
famosa como Pisa por su gablete inclinado.
Con delantal y botas, vagaba por los campos
llevando ganado flaco desde un establo fangoso.
Objeto de burla por su carácter arisco, se dormía
leyendo novelas de amor de Red Star y Red Circle 1, y soñaba con ritos de amor
gitanos;
sellados junto a la luz del fuego.
Billy Eagleson, el tosco, se casó con una criada católica
cuando toda su familia Leal falleció:
“¡Al diablo con el Rey Billy!”2, le gritábamos bailando a su alrededor
y esquivábamos su bastón de endrino.
Rechazado por ambos credos, mostró poca preocupación
hasta que los tambores naranja redoblaron al terminar el verano
y el hongo y la banda 3 brillaron provocativamente.
El cura y el doctor llegaban a asistirlos
marchando penosamente bajo la intensa nieve o el calor del verano
por el camino principal y las sendas cortadas
tragando el aire de la montaña con doloroso resuello.
A veces los encontraban vecinos,
guardianes silenciosos de un hogar sin humo,
súbitamente fundidos en el molde de la muerte.
¡La vieja Irlanda, por supuesto! Yo fui criado junto a su lecho,
la runa y el salmo, el mal de ojo y la cabeza apartada,
fiereza familiar fomoriana 4 y feudo local.
Macilentas figuras de miedo y de amistad
invadieron mis sueños durante años,
hasta que una vez, en un círculo levantado de piedras
sentí que sus sombras se convertían
en esa oscura permanencia de las formas antiguas.
1 Nombres de colecciones populares.
2 Se refiere a Guillermo de Orange, vencedor en la batalla del Boyne (1690) y
considerado como un héroe por los protestantes del Ulster.
3 El hongo y la banda son dos atributos del uniforme utilizado por los miembros
de la Orden de Orange.
4 Los fomorianos eran uno de los pueblos míticos que asolaban y saqueaban
Irlanda desde el mar, y que fueron derrotados por los Tuatha De Danann (la raza
divina que vino del Este) en la batalla de Mag Tured.
Versión Gerardo Gambolini
Como dólmenes alrededor de mi infancia, los mayores
Como dólmenes alrededor de mi infancia, los mayores
Jamie MacCrystaI cantaba para sí
una canción chapurreada, sin letra ni melodía;
me regalaba un penique cada vez que cobraba la pensión,
les daba migas de pan a los pájaros en invierno.
Cuando murió, saquearon su cabaña,
abrieron el colchón y buscaron la alcancía.
Lo unico que no dieron vuelta fue el cadáver.
Maggie Owens vivía rodeada de animales,
una perra mestiza y cachorros temblorosos;
en el mismo dormitorio berreaba una cabra.
Era una fuente de chismerío contaminado,
una incisiva cronista de todo un distrito,
con fama de bruja; lo único que yo veía
era su triste necesidad de escarnio.
Los Niall vivían sobre una senda de la montaña
donde florecían los brezos y se apiñaban las dedaleras.
Los dos eran ciegos, con pensión por invalidez y un radiotransmisor;
los ojos muertos destellaban como los ojos de las serpientes
cuando uno entraba, refugiándose de un aguacero.
Los grillos cantaban bajo la piedra suelta de la chimenea
hasta que el sol barroso volvía a brillar.
Mary Moore vivía en una casa a medio desmoronar
famosa como Pisa por su gablete inclinado.
Con delantal y botas, vagaba por los campos
llevando ganado flaco desde un establo fangoso.
Objeto de burla por su carácter arisco, se dormía
leyendo novelas de amor de Red Star y Red Circle 1, y soñaba con ritos de amor
gitanos;
sellados junto a la luz del fuego.
Billy Eagleson, el tosco, se casó con una criada católica
cuando toda su familia Leal falleció:
“¡Al diablo con el Rey Billy!”2, le gritábamos bailando a su alrededor
y esquivábamos su bastón de endrino.
Rechazado por ambos credos, mostró poca preocupación
hasta que los tambores naranja redoblaron al terminar el verano
y el hongo y la banda 3 brillaron provocativamente.
El cura y el doctor llegaban a asistirlos
marchando penosamente bajo la intensa nieve o el calor del verano
por el camino principal y las sendas cortadas
tragando el aire de la montaña con doloroso resuello.
A veces los encontraban vecinos,
guardianes silenciosos de un hogar sin humo,
súbitamente fundidos en el molde de la muerte.
¡La vieja Irlanda, por supuesto! Yo fui criado junto a su lecho,
la runa y el salmo, el mal de ojo y la cabeza apartada,
fiereza familiar fomoriana 4 y feudo local.
Macilentas figuras de miedo y de amistad
invadieron mis sueños durante años,
hasta que una vez, en un círculo levantado de piedras
sentí que sus sombras se convertían
en esa oscura permanencia de las formas antiguas.
1 Nombres de colecciones populares.
2 Se refiere a Guillermo de Orange, vencedor en la batalla del Boyne (1690) y
considerado como un héroe por los protestantes del Ulster.
3 El hongo y la banda son dos atributos del uniforme utilizado por los miembros
de la Orden de Orange.
4 Los fomorianos eran uno de los pueblos míticos que asolaban y saqueaban
Irlanda desde el mar, y que fueron derrotados por los Tuatha De Danann (la raza
divina que vino del Este) en la batalla de Mag Tured.
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