Edimilson de Almeida Pereira, Minas Gerais, 18 de noviembre 1963
Traducción Renato Sandoval Bacigalupo
Baúl inglés
Casado, mi viaje empieza.
Dejo a la esposa y algún beneficio
para el recién nacido: pensaré
en él mientras el barco surca
el canal de la mancha. Entiende,
es para el bien de la familia la mudanza.
No amo Birmingham más que Faído,
pero el dinero se planta al otro
extremo del canal de la mancha.
Abriré un hotel distinto y cada
año volveré para saber de los hijos.
(¿Y la esposa? Aparte de lo casero
¿no pide otra merced?)
Entiende, la vida tiene sus suturas.
Conseguí un baúl macizo
donde caben las ansias de quien
se habituó a la montaña y a las
lides de la mañana. (La esposa, además del
delantal, ¿no querrá otro lazo?
¿El fuego que no se aparta y entre
un cariño y otro no se limita
al parto?). Entiende, Birmingham
no está lejos, y este baúl inglés
recibe los saldos que las castañas
de Faído no garantizan. (La esposa
no come, se descabella y las uñas
hieren el viento). Entiende, un hotel
no se abandona así: la lista
de clientes impide otra mudanza.
El amor que me ame entre Faído
y el canal de la mancha. (¿Sedujo la noche
a la esposa? Ella se entregó, qué importa).
Rentas sobran en el banco, clientes en el
hall. El idioma ajeno habla, si me callo.
Calienta la mesa de tanto fruto. Pero
el baúl, ¿por qué se vacía en el lucro?)
Traducción Renato Sandoval Bacigalupo
Baúl inglés
Casado, mi viaje empieza.
Dejo a la esposa y algún beneficio
para el recién nacido: pensaré
en él mientras el barco surca
el canal de la mancha. Entiende,
es para el bien de la familia la mudanza.
No amo Birmingham más que Faído,
pero el dinero se planta al otro
extremo del canal de la mancha.
Abriré un hotel distinto y cada
año volveré para saber de los hijos.
(¿Y la esposa? Aparte de lo casero
¿no pide otra merced?)
Entiende, la vida tiene sus suturas.
Conseguí un baúl macizo
donde caben las ansias de quien
se habituó a la montaña y a las
lides de la mañana. (La esposa, además del
delantal, ¿no querrá otro lazo?
¿El fuego que no se aparta y entre
un cariño y otro no se limita
al parto?). Entiende, Birmingham
no está lejos, y este baúl inglés
recibe los saldos que las castañas
de Faído no garantizan. (La esposa
no come, se descabella y las uñas
hieren el viento). Entiende, un hotel
no se abandona así: la lista
de clientes impide otra mudanza.
El amor que me ame entre Faído
y el canal de la mancha. (¿Sedujo la noche
a la esposa? Ella se entregó, qué importa).
Rentas sobran en el banco, clientes en el
hall. El idioma ajeno habla, si me callo.
Calienta la mesa de tanto fruto. Pero
el baúl, ¿por qué se vacía en el lucro?)
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