Desarraigo
Estrías amputadas.
Tatuado de esperanza.
Mirada huérfana,
mueca cadavérica
enraizada en la tierra
colorada.
Paleto en la gran urbe
anda el Misionero,
arrasado de changa en
changa,
sudado en la pelambre
del yugo cicatero,
anudado en la orfandad
bajo el zumbido del
machete.
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