Jairo Rojas Rojas, Mérida, Venezuela, 27 de septiembre 1980
Inmersión
1) Lo primero que vi fue un gran río, abrí su puerta y entré.
2) El Rey del río tejía la raíz del agua para que no se fuera tras las nubes entendí.
3) Fui bienvenido siete veces ni cuatro ni dos.
4) ¡Estamos vivos! ¡estamos vivos! ─dijo─ y escribió nuestros nombres en el agua.
5) Lo reconocí porque en sus ojos vi un rayo que atravesó árboles oscuros.
6) Se le veía cansado, pero al verme con su dedo solar provocó ondulaciones en el
aire.
7) Escuché el latido del agua muy adentro.
8) Sacó su corazón y sobre la arena lo colocó, le cantó. No estaba solo.
9) No sabía si estaba frente a un niño o una madre, frente a un anciano o una
estrella.
10) El rey del río se fue quitando todos los rostros para asombro de los míos.
Cuando vi mis manos eran de agua, recordé los viejos manantiales andinos que corrían por mis venas.
Sentí mi lengua desanudada.
Mi voz fue creciendo al nombrar cada letra de mi familia
Comprendí entonces que el río era un camino o una casa, una invitación o una despedida.
Todos los ríos van al cielo entendí
¿quién eres?, dijo, ¿cuál es tu historia?, ¿dónde está tu casa? dijo.
imagina, dije
cuando aquellos que no pueden hablar
te señalen la intemperie
y una casa enterrada
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