Decio Pignatari, Sao Paulo, 20 de agosto 1927 – Sao Paulo, Brasil, 2 de diciembre 2012
Traducción Antonio Cisneros
Rumbo a Nausicca
2
Llamar suave al tiempo, Lila,
es consentir que es tarde. Mi nuca
mi brazo derecho y el pulso de platina, nunca
las llamó así la tierra, como en diciembre -no
la tierra
que invade las entrañas indefensas, sino
aquella
cuyo destierro sobre es el flujo de la sangre
¡tan floja! allende los poros, en pos
de algún surco más férreo -vivos
por sortilegio de lo insensible, sin más
imperio que pasar los dedos
por ladrillos blancos, como
un hilo de barba o menguante de uña
disueltos en un vaso: alquimia del llanto.
El soplo y la sangre crean, no
resucitan. Los muertos
aborrecen los llamados de esperanza. Los niños
turban el ordeno Los poetas
conmueven el caos, afligen
el vientre de las mujeres. Y decir
suave al sueno, es consentir: Tarde tus senos, Lila,
son muy tarde, los senos con que ahora
Traducción Antonio Cisneros
Rumbo a Nausicca
2
Llamar suave al tiempo, Lila,
es consentir que es tarde. Mi nuca
mi brazo derecho y el pulso de platina, nunca
las llamó así la tierra, como en diciembre -no
la tierra
que invade las entrañas indefensas, sino
aquella
cuyo destierro sobre es el flujo de la sangre
¡tan floja! allende los poros, en pos
de algún surco más férreo -vivos
por sortilegio de lo insensible, sin más
imperio que pasar los dedos
por ladrillos blancos, como
un hilo de barba o menguante de uña
disueltos en un vaso: alquimia del llanto.
El soplo y la sangre crean, no
resucitan. Los muertos
aborrecen los llamados de esperanza. Los niños
turban el ordeno Los poetas
conmueven el caos, afligen
el vientre de las mujeres. Y decir
suave al sueno, es consentir: Tarde tus senos, Lila,
son muy tarde, los senos con que ahora
No hay comentarios.:
Publicar un comentario