Daniel Freidemberg, Resistencia, Chaco, 27 de septiembre 1945
Al caer el alba, entre la luz ceniza...
Al caer el alba, entre la luz ceniza,
entre ese modo obtuso que tienen las cosasde volver en sí,
no es viento lo que sopla, es como un agua opaca
que por detrás de la materia tiembla
como hecha de ecos de una vieja explosión
y, en lo que con la luz se extiende, el alma
intenta, opaca ella también, posarse.
No sé si por la guerra o el amor (ecos
de guerra o amor pesando),
algo retiene el alma tras los ojos.
Los que pasaron hace un minuto gritando
obscenidades, los que dejaron latas de cerveza,
esa mujer que arrastra un perro gordo,
no son ajenos, aunque tampoco la hacen, a la escena.
Miro abstracciones que dejó la resaca:
el mundo, una playa sorprendida por el amanecer.
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