Carlo Bordini, Roma, 2 de septiembre 1938
Traducción Martha Canfield
Polvo
Siempre seré un poco menos de lo que soy,
mejor dicho, mucho menos. Polvo. He perdido mucho.
Lo que se pierde es irrecuperable, y si se recupera
ya está disperso, no vuelve a entrar en el orden establecido
de las cosas. Me alegro si de mí
no queda nada más que un ligero
envoltorio. He perdido
mucho. En esta levedad,
lo que más importa es la ausencia de agudos,
que todo sea redondo y recogido. Y con eso
basta. Todo lo que se ha destruido puede volverse redondo,
y más redondo. Como un jarrón. Todavía es posible.
El polvo se puede recuperar. El polvo una vez era
detritos. Y ahora no es detritos,
es lento, friable. El polvo
es algo menos, pero puede
juntarse. Las heridas
pueden volverse polvo, recogido
y concluido. Me alegro
por no entender las cosas. Sus
razones. Hay cosas que ignoro, y me
alegro. Aparecen como misterios,
tranquilas. Por ejemplo,
la chica que veo siempre, ¿me ama
o no? No lo sé. Me alegra
no saberlo. Me alegra no saber
si la quiero, o más bien, sé que no la quiero, que podría
quererla; me alegra
no saber si hubiese podido amarla. Este misterio
me tranquiliza más que su amor.
Es lindo no saber. No saber, por ejemplo,
cuanto viviré,
o cuanto vivirá la tierra.
Esta suspensión
substituye a la eternidad.
Anduvimos recorriendo la geografía
este verano. Buscando solamente
el descanso. Detrás del descanso estaba
la esperanza de tiempos nuevos,
o tal vez tan solo, recuperar las fuerzas.
No había rumor de mar.
No había vuelos de pájaros, experiencias,
no había rostros de mujer. Solamente
descanso. Mucho descanso. Muchas
esperanzas. Esperanzas posibles,
quietas.
(La locura a veces podría
ser
enfermedad infecciosa).
(una vez escribí
un poema que decía
“estoy invadido por una
breve taquicardia
no seré un gran poeta pero
en cambio
soy un gran fumador”.)
en el sentido de que
no soy capaz
de expresar
pero soy capaz
de destruirme (y en el fondo, para un poeta,
expresar y destruirse
¿no es lo mismo?
Alcanzar lo absoluto, ¿no es
despojarse del cuerpo?
Así odiamos a nuestros enemigos
sobre todo
porque pueden enloquecernos. Y a ti te amo porque tu vacío
no me deja que me sacuda.
Porque tú permites que los demás
se propaguen.
Yo puedo entrar en ti
y salir
cuando me da la gana.
El polvo podría ser
difundido por el viento. Es necesario
que esté recogido, en estado de quietud,
como el polvo de los muertos de Pompeya. Sólo así
puede ser eterno. Eternamente detenido. Ausencia de movimiento.
Mi sistema nervioso deshecho,
implora sólo esto. Que el polvo se quede quieto.
Ausencia de estímulos. Nieve. Sólo así las heridas y los detritos,
tienen paz, y de estas grietas
nace una nueva forma de vida. Femeninamente
quieta. El polvo puede ser
extraordinariamente compacto. Volverse de nuevo
ilusión de piedra. En esta
disminución,
está mi casa tranquila,
su fijeza devastada.
Piedra sobre piedra se construye y
se disminuye
como el mar,
estalla la vida en fijeza
en agua fangosa
y es dulzona
y primigenia,
rica de pólipos.
En esta disminución,
radica mi paciencia.
Los pequeños dolores sirven
para evitar los grandes.
Del mismo modo la fluidez del agua y también de la tierra,
los cambios sin pausa del día y de la noche.
De modo que así fue como pasó:
Así, de la imagen de una primitiva unidad
se hicieron los detritos, y esta unidad no nació,
y los detritos se hicieron polvo. Y de ese polvo volvió a nacer
la vida, una segunda vida artificial, como son artificiales
las casas, los vestidos, las bellas mujeres, los tacones altos, las pantis,
la brillantina para hombres. Vida que nace de la
fragilidad. Como una posesión. Los sentidos estaban muertos.
Vida disminuida. Reducida.
Como una pesadilla inmóvil. Se refleja
en un lago.
Vida artificial; ¿cómo puede ser artificial
una nueva vida? Si la piedra no existe más, o nunca existió,
¿no está bien ser de yeso, como los muertos de Pompeya?
¿Eternamente? Tal vez…
Un arqueólogo astuto vació el yeso en las envolturas
dejadas por la lava y los pedruscos, donde se habían
consumido los cuerpos de los fugitivos de Pompeya. El yeso
retomó las formas originales, aproximadamente, en toda
su ternura. Parece que durmieran, inmóviles, un poco
descoloridos. Un poco desabridos. ¿Mi vida artificial no es, acaso –
desabrida – lo que hubiera podido ser? ¿No es tal vez inmóvil,
informe, lo que hubiera podido ser en su
juventud, en su estado natural? ¿Acaso no ha sido todo
recuperado? Lo esencial, ¿no quedó acaso
allí? ¿No puedo acaso hacer, de yeso,
lo que no hice antes?
¿No es acaso bello todo esto? ¿Hay algo que no sea
legítimo? ¿El yeso no es,
acaso,
creación humana?
Humilde, yeso, hecho de polvo compacto. ¿Somos acaso
monumentos de nosotros mismos?
Frágil monumento, en los jardines públicos, que alguien
puede ir a ver. ¿No es acaso ésta la vida? En su humildad,
¿no es acaso grandilocuente? En Villa Borghese
se ven los bustos de los nuestros del siglo XIX, crepusculares,
no exentos de una cierta dignidad.
Y tú, ¿quieres estar a mi lado?
Estoy hecho de buen yeso;
me hice yo solo.
Tú que has cortado a tus hijos,
amas a las mujeres – con un amor
estéril.
.....................
Una cosa rosada, muy rosada,
como un alba,
tenue y dorada, translúcida,
transparente, como una cortina rosada
y transparente, como un nuevo
comienzo, como una nebulosa dorada
que trasluce de su debilidad,
y delicadeza, tenue, alba, primeras horas
de la mañana, como las alas de la mariposa,
como una sábana, una mañana
feliz.
(La forma blanda natural del cono de la esfera
que gira en sí misma
la elasticidad del cuerpo
el arco natural
todo regresa en sí, nada escapa
excepto la acción del hacha que planta agudas astillas
el calor como propulsor de energía
la pasividad de lo que se cumple cíclicamente
están despedazados cortados. Cortados tus hijos.)
Todo se puede recuperar pero tú no
Puedes ser solamente flexible como yeso como polvo
monumento de ti mismo
No he tenido suerte con las
mujeres, porque he atraído a mujeres que no tenían
nada para dar, y con las cuales he tenido
amores solteros. Mujeres heridas de muerte, que tenían
que defenderse, que protegerse,
y no tenían para dar más que una frustrada veleidad.
Éstas son las mujeres que he tenido.
Yo las atraía porque soy
una mujer. Eran todas lesbianas.
Cierto, no eran muy mujeres, pero yo
no las ayudé a ser
mujeres, ahora que lo pienso.
Piensen en esto, por favor.
Recuperarse a fuerza de yeso
y polvo (y uno solo)
no es fácil.
Es un trabajo humilde, lento,
y que no da mucho. Le falta la
fecundidad que puede dar la mujer. Por ejemplo,
cuando sea viejo,
¿quién me va a ayudar? Seguro no mis amigos, mis amigos hombres.
Son demasiado hombres para hacerlo. Y esto no es por hablar mal
de ellos,
simplemente son demasiado hombres. No saben
organizarse. Cada uno de ellos tiene necesidad
de una mujer. Esto le da un duro golpe a la imagen de nuestra
amistad masculina. Sin mujeres no sabemos hacer
nada. Esto lo sabemos, y es así.
O bien, otra interpretación de las mujeres, pero es siempre la misma,
mujeres que no querían ser mujeres, pero que querían jugar con chiquillos,
chiquillas ellas también. Oh nuestras núbiles, temblorosas, y agudas compañeras,
esto es lo que pasó, nada más. El imperio de los chiquillos se ha roto,
y ustedes no pueden jugar con nosotros. El imperio de los chiquillos varones,
en el que ustedes querían participar. Ahora tienen que volver a
jugar a ser señoras, y ocuparse de sus enfermos decrépitos, que somos nosotros.
El vibrante, enardecido bovarismo de ustedes ha fracasado. No pueden jugar
en el recinto de los varones.
No pueden ser sus mujercitas y jugar con ellos.
El mundo de los niños ha fracasado, y quedamos sólo nosotros los viejos
decrépitos. Ustedes pueden ocuparse de nosotros, si quieren.
No les queda otra cosa que nosotros.
Tal vez el mundo será salvado por las mujeres, decrépito…
Las mujeres le van a limpiar el culo al mundo…
¿Y los hombres? Y los hombres
que no vuelvan a ser padres.
Querían ser todos hermanitos, y jugaban.
Hoy experimenté las nuevas
sensaciones:
caminar
mirar,
sentir el cuerpo separado
del resto del mundo
como castaña asada
así
Tomar del derroche
de las construcciones romanas, tan enormes,
que han dejado pedazos, detritos por todas partes,
como los residuos de nuestra civilización tecnológica,
y con estos detritos construir las iglesias románicas.
Las iglesias paleocristianas. Como efectivamente ocurrió.
Con toda su humildad.
tomar lo que yo había querido hacer y está muerto y extraértelo como
se saca una cosa blanca de un viejo lugar muerto, de una nariz, la
punta de un ovillo, un viejo ectoplasma, un árbol que se
planta, que siempre parte de otro árbol vivo o también
parcialmente muerto o del recuerdo de un árbol,
¡y todo puede REVIVIR! ¡Todo puede RENACER!
(por tanto el sentido es éste: tú no puedes revivir de una manera natural,
(el pedazo del hacha) sino vivir como si no fueras tú y es aquí que
se regresa al asunto de que lo que se pierde es irrecuperable porque
no entra en el orden preestablecido de las cosas. puedes resucitar
un monumento a ti mismo o de todos modos los ganglios medio muertos los ladrillos
dispersos
un tratado de historia natural
puedes fingir que no ha pasado nada
(todo con “tú”)
(una lista de cosas que se pueden hacer, luego probablemente se
termina).
puedes recompactar tus detritos, que se han vuelto polvo: ahora ya
no dan fastidio. puedes moldear
tus debilidades y hacer lo que quieras. serás un hombre de yeso y te
casarás.
puedes hacer únicamente hijos de yeso.
Hoy experimenté las nuevas
sensaciones:
caminar
mirar
sentir el cuerpo separado
del resto del mundo
como un adolescente que crece,
una extraña felicidad
sin justificación
es difícil que la carne
no se corrompa
en este calor de julio
esta llanura ondulada donde el agua restaña,
donde el agua confluye,
se divide en varias corrientes menores
que se mezclan
en prados y en álamos,
esta llanura que desciende en aguas que se mezclan.
Esta llanura que desciende en líneas
curvas, donde las aguas mezclan
sus aguas
es blanda repetición, repetición al infinito
de motivos y cipreses. Paisaje ya visto.
Bajar al valle.
Repetir el infinito.
Es demasiado tarde
para
retomar.
Las cosas son naturaleza,
paradójicamente
los objetos modernos están más cerca de la naturaleza
que los objetos antiguos: están hechos para perecer y
ser acosados por sus hijos, como los asnos,
los perros, los animales. Los objetos modernos son naturaleza: en el cosmos ya existe
una arqueología, la de las naves espaciales abandonadas.
Fueron creadas por puro orgullo y luego abandonadas.
Por lo tanto abandonadas después de una semana, de un mes, y ya vueltas despojos,
restos arqueológicos,
que voltean sin cesar. Las cosas son naturaleza, producen
turba, carbón fósil que componen el paisaje,
que se acumulan. Los objetos de uso
son como cosas que se comen:
por tanto son naturaleza. (por ej.: una máquina).
Se usan, se comen, se consumen,
luego se expulsan. Una vez expulsados
dejan de ser alimento (en sentido literal) y se vuelven naturaleza, se sedimentan.
Se vuelven humus, a lo mejor humus ferroso, abono y restos fósiles,
sedimentándose, como la piedra. Como la hierba que nace con los hilos
blancos, tendiendo hacia lo alto,
y lo logra. Pero no es importante
cuánta nace. O no, más bien,
¿que haya nacido? Como un indicio:
que la vida tiene fuerza.
algo redondo,
que da vueltas
como una espiral transparente
como una espiral transparente,
que da vueltas,
que da vueltas como en un cielo
transparente
que da vueltas
que da vueltas con fuerza.
Algo redondo
No nace, ya nació
en un cielo
transparente
y da vueltas
tranquilamente,
como ya nacido y
redondo en espiral
como ya nacido
que da vueltas
Con fuerza
algo redondo
que gira
como una espiral transparente
como una espiral transparente,
que da vueltas,
que da vueltas como en un cielo
transparente
o como caprichosos
rulos transparentes
dando vueltas con fuerza.
Algo redondo
No nace, ya nació
en un cielo
transparente
y da vueltas
tranquilamente,
como ya nacido y
redondo en espiral
como ya nacido
que da vueltas
Con fuerza
Cuando desde la tempestad los hidrocarburos llegaron al
cenagal, que comunicaba con la tempestad, pero estaba separado,
en el cenagal caliente y soleado,
entonces allí nació la vida como polvo sumergido en el agua,
como algo infinitamente pequeño y débil, que
encontraba las condiciones favorables para florecer y hacía
de su debilidad la condición de su esencia.
Si no hubiera sido débil no habría podido nacer,
ni dejarse penetrar por el sol. Si la tempestad
no lo hubiera arrojado no se habría fragmentado y no habría
alcanzado poco a poco el cenagal, con sus semejantes fragmentados,
para dejarse penetrar por el sol.
Así nació la vida. Del polvo, de la
catástrofe. De la fragmentación y de los detritos
fragmentados. Así nació la fuerza. De la
debilidad, del argüir de la
debilidad. De haber aceptado hacerse
penetrar por el sol.
a
Así lo recuerdo.
Una noche, en el campo, un saltamontes
se materializó en mi dormitorio,
saltando de aquí para allá. La idea del horror
de ese saltamontes demente, de esos saltos dementes
me paralizaba y así tomé una taza
y se la puse encima al saltamontes, no atreviéndome a matarla.
La mañana siguiente el saltamontes estaba muerto, por falta de oxígeno, y
yo pensé
que la había matado para impedirle que saltara a ciegas
en el horror de mi dormitorio.
Horror que era para el, no sólo para mí, pero para detener
ese horror
la única alternativa era detener la vida en su fluir.
Y el horror de esa muerte
era poco inferior al horror
de aquel demente saltar de aquí para allá.
Eso recuerdo.
No sabemos
qué sucede
la fusión es la unión de dos núcleos
de átomos que destruyéndose en parte, esa parte destruida
de ellos se transforma en una enorme cantidad
de energía.
Pero se necesita mucha energía para empujar a los núcleos
a tocarse: tienen una carga del mismo signo,
y se rechazan
Cuando los deuterones están bien hacinados en el paladio
se pegan unos con otros
¿Cómo es posible, desde un punto de vista teórico,
que los núcleos del deuterio superen su repulsión
natural?
Deuterón + deuterón = helio 3 + neutrón
deuterón + deuterón = helio 4 + partícula alfa con
desarrollo de calor
Los físicos teóricos
están trabajando
Bob Dylan
atrás de la cruz
todos juntos para
suturar
esa terrible
cicatriz
invisible ser invisible
No ser
gris
¿por qué volverse
invisible?
¿por qué ser
transparentes?
¿Por qué ser transparentes como una sombra?
¿Por qué desear existir sin ser vistos, como
un velo?
¿Por qué parecerse
a un rascacielos gris?
¿Por qué envolver la ciudad
sin ser vistos?
como nieve gris
como nieve gris
¿Por qué envolver la ciudad
sin ser vistos?
¿Por qué parecerse
a un rascacielos gris?
¿Por qué desear existir sin ser vistos, como un
velo?
¿Por qué ser transparentes como una sombra?
¿por qué ser
transparentes?
¿por qué volverse
invisibles?
No ser
gris
invisible ser invisible
ser así es
ser así
uno no quisiera
terminar nunca
nunca
nunca
Una vez pensé que hubiera querido hacía calor, eran las seis de la mañana y hacía calor,
eran las seis pero hacía calor, un milagro. (era octubre).
…Fumado demasiado. Como un coito.
Naturalmente hay que apagar la luz. Y cerrar la puerta.
No estaría mal tener las medias. O poner los pies bajo las cobijas.
En efecto los pongo enseguida bajo las cobijas.
Es octubre, hace frío. Hacía calor, pero está frío.
Luz difusa. No es lógico que se me caiga la lapicera. Desde la ventana
se ven las nubes. (y qué nubes).
Los pulmones duelen, naturalmente.
Siempre la odié, y siempre le tuve
miedo. Y siempre fui amable con ella.
Me levanté y la vista, lavada por la lluvia,
era como los antiguos pintores italianos
El divino sarcasmo. Dios
es muy sarcástico, por ejemplo. Jamás conocí
uno más burlón que él. (Ahora es de mañana, se
oyen las voces. No tiene sentido continuar.)
porque
en efecto
hurgarán entre mis huesos