martes, 22 de julio de 2014

Ignacio Di Tullio -El sudor de mi padre


Ignacio Di Tullio, Buenos Aires, 18 de agosto 1982


El sudor de mi padre

Cuando yo tenía siete años, todas las mañanas después del ejercicio, mi padre dejaba su remera colgando del perchero, secándose. Mientras se duchaba, yo entraba a su habitación y olfateaba con curiosidad biológica. Varias veces al día regresaba a comprobar cómo variaba el olor del líquido seco en su ropa. No tenía la violencia del uniforme de los desconocidos. Con el correr de las horas, la ropa de mi padre se transformaba en el sudor seco de sus respiraciones. Mismas ropas, vueltas a sudar, cada día, durante semanas. Otras veces, después del trabajo, en sus camisas, la calle: los lugares donde había estado. Cuando yo tenía doce años, en la intemperie seca en su ropa, la esencia densa y concentrada de quien él era. Mi padre, sus jugos: no recuerdo el día exacto en el que todo el proceso fisiológico se convirtió en un solo aliento. El día de la transpiración, cuando agua y palabras brotaron de una misma sangre. 

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