miércoles, 2 de diciembre de 2020

Emily Jane Brontë - 17 de Mayo de 1837

Emily Jane Brontë, Thorton, 30 de Julio 1818- Haworth, 1848.
Versión María Eugenia Fernández.

 

17 DE MAYO DE 1837

 


Yo soy la única condenada.
Ninguna lengua preguntará, ningún ojo me llorará;
nunca causé un pensamiento luminoso,
una sonrisa de regocijo, desde que nací.


En secreto placer, secretas lágrimas,
esta vida cambiante se me ha ido de las manos.
Tan vacía de amigos como hace 18 años,
tan sola como el día de mi nacimiento.



Ha habido tiempos que no he podido esconder.
Ha habido tiempos cuando esto era oscuro,
cuando mi alma acongojada olvidó su orgullo
y esperó por el amor de alguien en esta tierra.


Pero eso fue en el brillo inicial
de sentimientos propiciados por el deseo de querer,
y han muerto hace tanto tiempo,
que casi no puedo creer que hayan existido.


Primero fui endulzada por la esperanza
que da la juventud.
Luego, los vanos arcoíris desaparecieron
y la experiencia me dijo que la verdad
nunca crece en el pecho de los mortales.


Fue dolor suficiente el pensar
que el modo de ser de los hombres.
Es siempre horroroso, servil, insincero.


Pero peor aún, a decir verdad, fue comparecer
ante mi propia mente
y encontrar
la misma corrupción allí.







jueves, 12 de noviembre de 2020

Marcelo Luis Dughetti -

 

Marcelo Luis Dughetti nació en Villa María, Córdoba, en 1970.



Cuando muera
mi padre
haré un agujerito en la tela que tapa su cabeza
y lo dejare respirar
exhalará todo
el silencio
las hormigas entraran por ese túnel
continuo
hasta el vacío
entonces lo habitaran
cosas buenas
no tendrá frío
quedaremos a mano
















miércoles, 4 de noviembre de 2020

Teresa Calderón - Celos que matan pero no tanto-

​Teresa Calderón, La Serena, Chile. 30 de marzo de 1955


CELOS QUE MATAN PERO NO TANTO


Hombres de mala ley, animales de mierda
que nos son capaces de hacer nada que no sean desgracias.
García Márquez


1


Ya había visto sus ojos en los tuyos
que no me miran que se mueren por verla.


2


Era un desliz definitivo.
Desde un bolsillo de secretos
un nombre de mujer
tu letra un número
la prueba final en la estructura mítica del héroe
-consultar Villegas, Juan- ¬desde el bolsillo
esa mujer
ese cuerpo de tus delitos.


3


Mañana marcaré ese número.
Repetiré la operación hasta dar con esa palomita.
Pienso decirle menos cosas de las que pienso.
Pero a ti, te lo advierto
nos encontraremos los tres y sean cuales fueren los resultados
te lo prometo
aquí va a haber un muerto
habrás un muerto en la familia
querido mío.


4


Como ves
o co​mo no ves
estoy pendiente de ti.
Estoy el colmo de ti.


5


He aguzado el olfato
para husmearla mejor en tus camisas
en los jardines de tu pecho.
Si captaras la sutileza de mi oído
qué magnífico espectáculo
pegado a las puertas
el ojo a las cerraduras
como el náufrago a su tabla
y todo el océano para él solo.


6


Todos mis sentidos alerta pueden reconocerte
a una distancia de metros
bajo una niebla de película
en pleno centro de Santiago
a las doce del día en medio de la gente, animal.
Todos mis sentidos alerta.
Dije todos menos el sentido del humor.


7


Cuídate de mí, maldito, porque te amo.


8


Más vale que te cuides.
Tú sabes una caída en la ducha
esas son caídas fatales me entiendes
un remedio de más o equivocado te fijas
un accidente casero cualquiera tiene en la vida
arreglabas un enchufe y ¡oh, sorpresa, Fiat Lux! me comprendes
o el cuchillo de cocina guardado adentro de la cama
o el gas lento pero seguro no olvidemos.
Por eso, cuídate mejor que te encuentre confesado
oleado sacramentado y todo si te descubro amadísimo héroe.

9


Te acaricio te araño con táctica felina
porque estás mintiéndome
porque te juro lo sé todo
aunque no digas ni pío.


10


Tardaría la noche entera enumerando
los espantos que te haría
si se confirman mis según tu miserable opinión–
infundadas sospechas.
No tienes idea la de horrores que soy capaz
mi vida
la infinidad de maleficios que prepararía en la cocina
hasta dar con esa pócima
que te pusiera fuera de combate.

11


En esta guerra sangrienta
las matemáticas están claramente de tu parte
yo soy una y una no es ninguna.
Ante una ventaja así no cabría más
que deponer esas armas con las que no cuento
y saludarlos con mis mejores deseos:
que sean tremendamente infelices que se pudran.
Quiero que reciban periódicamente
a la cigüeña cargada de imbunches
que no falten al himeneo las reinas de la muerte,
las parcas de infalibles tijeras
¡Oh, Mnémesis
diosa fantástica de la venganza!  

 

sábado, 8 de agosto de 2020

Jorge Rivelli - Último poema- La clave del cangrejo en la trama lunar



Jorge Rivelli, Vicente López, 8 de agosto de 1954  Buenos Aires, 14 de junio de 2020
Jorge Rivelli, Vicente López, 8 de agosto de 1954
Buenos Aires, 14 de junio de 2020

La clave del cangrejo en la trama lunar


la colección en la mesa
mientras ata las finas formas
esas nubes el pasado las monedas y cartas
el trabajo la odisea de la construcción y
las manchas en las hojas
una larga ruta.

jueves, 14 de mayo de 2020

Anna Francisca Rodas Iglesias -Debí escoger otro oficio

Anna Francisca Rodas Iglesias, Colombia, 3 de mayo 1968

Debí escoger otro oficio

el círculo incompleto reclama su forma sin quemarse
-condición ominosa ante una plaza sin templo-

Cuán blanca se conjetura la condena.
Debiera cercar rutinas
ahuyentar el paso,
salvar
—si aún queda-
al prestidigitador que absuelve golpes quedos
magnificando el templo.

Algunos no entienden por qué marchita la rosa.
Niegan la imposición de la carne
no admiten el lenguaje, prolongado lenguaje
de una mujer desnuda ante la gloria.
Interpelan voluntad al abandono
… Nada se fortalece.
Llevo un cadáver trashumante de alboradas

debiera convidarte a oprimir el gatillo

todo puede escribirse tras los muros del silencio

Debí escoger otro oficio
donde liberar mis muertos.

sábado, 9 de mayo de 2020

Elena Anníbali -curva de remanso

Elena Anníbali, Oncativo, Córdobe, 19 de abril 1978 


curva de remanso

haber abandonado qué?
haber conseguido qué?
la belleza la costumbre el trapo

yo esperé largo pero no vino
nadie a verme en mi silencio yo esperé pero
no vino nadie a verme en toda muerte

estuve ausente yo o todos los que amé estuvieron
                                                               ausentes
o estuve ciega yo y no vi nada más que el
                          mendrugo en la mesa el hijo
en la cama, helado, el hombre a mi lado frío, el
                                                 ladrillo de mi casa
cayéndose, quebrado, el perro que guardé rabioso

estuve ausente yo o el infierno estuvo             
en el ojo que vio caer la tarde, porque el infierno
                                                                   no está
arriba o abajo, sino a nivel de las cosas
                                                            elementales
grano negro abierto en la lluvia o sapo, o entero
cadáver desmigajándose por el verano, como una
                                                      hogaza yéndose
hacia lo invisible

estuve como ausente yo o me llené de ceguera y no pude
ver cómo de a poquito se fue el padre y los amigos,
                                                      el verano altísimo
y duro en que perdí todo lo que había para perder y
                                                       me llené la boca
de esta arena caliente en que hube de construir
                                                   todo lo ido, lo seco
lo difícil

vine y no estuve, o nadie
estuvo, o desaparecimos de a poco, borrándonos
como se borra el campo en la mansa precipitación
de la noche


domingo, 3 de mayo de 2020

Jean Richepin -Amores locos

Jean Richepin, Argelia, 4 de febrero 1849 - París, 12 de diciembre 1926
Traducción María Renata Segura


Amores locos

¡Amantes, estréchense con un abrazo feroz!
¡Apriétense los pechos hasta estrujárselos!
Como una pareja atada con serpientes etíopes,
¡péguense piel contra piel! ¡Muérdanse boca con boca!

¡Intenten comerse el corazón! Toca que toca.
¡Que sus sacudidas de amor sean tañidos de alarma!
¡Que sus ojos, ardientes de deseos asesinos,
hagan del hueco de su lecho un caliente crisol!

¡Amantes, échense a perder el uno al otro! ¡Mezclen
sus miradas perdidas, su pelo enmarañado,
su saliva, sus llantos, sus sudores! ¡Imposible!

¿Quieren, de dos seres, hacer un solo yo?
Ustedes quieren atravesarse sin encontrar el blanco.
Ustedes se consumirán sin fundirse… ¿Y qué?



miércoles, 29 de abril de 2020

Cecil Day Lewis -Bombarderos

Cecil Day Lewis, Irlanda, 27 de abril 1904-Reino Unido, 22 de mayo 1972
Versión Alberto Girri y William Shand


Bombarderos

A través de la vaga mañana, el corazón preocupado,
Un grano de sonido enterrado en el aire
Comienza y crece sin advertir todavía—
La temblorosa red del pescador.

Se distiende la semilla, y ahora apretados pimpollos de sonidos
Vibran, manteniendo sus flores triunfantes
Al sol. Hay abejas zumbando entre campánulas,
En el corazón se despliegan llamas escarlatas.

Niños miran hacia arriba, y los olmos ornados de primavera
Sacudiendo sus cabezas y marcados por el hacha.
Valerosos o angustiados, pero sin suerte—
Abajo, la tierra se estremece: imaginamos la pérdida.

Negros como sabandijas, arrastrándose escalonados
Bajo el piso de nubes, vienen los bombarderos:
Los pesados ángeles, llevando daño
En sus vientres desesperados por vaciarse de la muerte.

Esta es la semilla que crece para la ruina,
El embrión de hierro concebido en miedo.
Tarde o temprano su necesidad debe ser contestada—
En miedo parido y fuego crepitante.

Elige entre tu niño y este embrión fatal.
¡Llevará tu culpa armas, y los hijos que deseas
Serán condenados a morir por los poderes que pagaste
Y rondarán las casas que nunca construiste!

lunes, 27 de abril de 2020

Vicente Zito Lema -Anuncio del colibrí

Vicente Zito Lema, 25 de julio 1939


Anuncio del colibrí

Son tiempos en que también los asesinos
hablan de paz
Elevan sus copas
Y hasta brindan con una lágrima en la cara
El sol sigue girando
Y las hormigas y los perros devorando los árboles
la carne
y lento lento las puertas de la ciudad
En tanto crece el jadeo en la noche del hospicio
Y el aire se cristaliza como un puerto de invierno
Señal del naufragio: un colibrí dorado que cae
sobre la arena
STOP
Aquí en el supermercado hay alegría en paquetes
rosas para todo presupuesto
Con largas colas
Donde no faltan los matones sindicales
puesta la sonrisa que Dios manda
Indignación se borró de esta carrera
Kohutek el cometa se acerca sin mayor misterio
El científico que lo descubrió viaja a Chile
Dice que allí los cielos son más limpios
15mil asesinados no empañan la claridad
de la bóveda ciega
Cuando llega el alba todavía se descuartiza
a los caballos

Buenos Aires es una ciudad húmeda con 30 grados
de calor este viernes de verano
Nada asoma tras las nubes negras…
Es el último año que comemos debajo de los racimos
de uva y de las frescas hojas
La casa irá a remate
¿Qué pensará el abuelo Manuel el de los ojos celestes?
(Él la levantó con ladrillos de sueños vivos)
¿Alguien puede decirnos qué hacer con el pasado?
Las paredes ya no aguantan otra mano de pintura
Ni los techos la lluvia
Ni la familia las penas
Señores fantasmas señoras grietas basta de disfraces
Bajemos que Fiorentino es un buen chasonier
¿Tinta roja?
¿Un valscesito criollo?
¿Prefieren una danza de novios o de luto?
¿O mejor los muchachos peronistas?
En el portón han escrito con aerosol
LA SANGRE DERRAMADA NO SERÁ NEGOCIADA
Y en el frente de la casa de doña Josefa aún se lee
PERÓN VUELVE - LIBERTAD A LOS COMBATIENTES
Han pasado siete meses desde que los compañeros
salieron de la cárcel
Es decir 210 días o 210 lunas contadas las de mar
¿Recuerdan cómo fue aquello?
¿Recuerdan que desde muy temprano fuimos llegando
a Plaza de Mayo
que había sol y lo comparábamos con aquel
domingo de noviembre…?
-Entonces llovía los tanques nos cercaron
y la mayor parte de nosotros no pudo cruzar
el río Matanza
ni acercarse a Ezeiza-
Pero ese día de la patria en la plaza el sol
Era amarillo y suave y venturoso
En la pirámide se agitaba un retrato del último caído
Alto
Muy alto –un vigía implacable / desolado-
Y las columnas avanzaban con los rostros de
Perón y Evita
de los fusilados en Trelew
Los bombos sonaban fuertes
En los cánticos nacían pasiones inocentes
Y en los abrazos el reencuentro con otra primavera
la más esperada
Las paredes tenían de rojo y negro las siglas de
la guerra
Junto al nombre de los mártires
de la larga resistencia
Y Cámpora que saluda emocionado
A su lado Dorticós y Allende
Y la marina sin poder desfilar
Y el ejército sin poder desfilar
Expulsados
Despreciados
Mientras todo un pueblo les gritaba
SE VAN SE VAN Y NUNCA VOLVERÁN
Después se encendieron las antorchas
Y marchamos encolumnados hasta Villa Devoto
¿Cuántos éramos? ¿80… 100 mil…?
¿Cuántos salieron a las calles a vernos pasar?
a traernos sus corazones que se abrían
como un cáliz tenso y joven?
La noche se alzaba en desafío
Era el epílogo de años esenciales
¡Cómo iban a quedar cerradas las puertas del penal!
¡Quién puede detener el furor de una aurora…!

Pasado todo me senté en una plaza con mi mujer
La besé
Ella se apoyó sobre mi hombro
como un delicado pájaro de alturas
Había descendido en la ciudad una paz desconocida
Atrás quedaban tormentas…
Mares inhóspitos… El furor de unos dioses
y de unos hombres dormía…
¿Alguien ha guardadi un poquito de felicidad
de esas horas?
Cuando salían uno a uno los compañeros con sus
paquetes de ropas y de libros
Cuando el padre de María Angélica los apretaba
como si apretara otra vez a su hija
No al cajón cerrado enviado por la marina
Sino a esa muchacha de pelo negro
Que él había llevado a la escuela
Enseñado a cruzar la calle a tomar los cubiertos
A la que besaba los domingos tras las rejas de
ese mismo penal…
¿Por qué las cosas se pudren tan pronto?
No hablo de los cuerpos de los compañeros muertos
que también se han podrido
Ese es otro cantar
Porque ahora uno puede soñar que son la presurosa
agua
Que son el fuego que crepita y extiende
su corona de jaspe hacia la bóveda
Que son la tierra (el girar sin pausa de la
tierra)
Que son el aire que penetra y deja
el necesario dolor de la memoria
Pero con los demás con los que estamos vivos:
¿qué pasa?
¿Por qué seguimos en el camino que lleva
a peores desgracias? ¿Por qué no gritamos
antes que se nos pierda el alma?
¿Por qué no mandamos a la santa mierda
este silencio de cómplices que nos agota
como la lenta fiebre de un pantano?
He aquí a nosotros veteranos los de corazón exhausto
¿Perfumes de azahar un cuaderno para la buena
letra o una pared donde llorar nostalgias?
¡Vamos! Antes de reventar: ¿pronunciaremos
otra vez a solas
el lastima bandoneón de una curda feroz…?
¿En qué alcantarilla de sangre se ha escurrido
el dulce vino de cambiar el mundo
de construirnos a nosotros mismos
solidarios
críticos
románticos…?

Es cierto: la furia pesa en muchos huesos
Sin embargo hoy por hoy nadie abandona el barco
¿Qué se gana entonces con ocultar
los vientos concretos que nos impulsan?
¿Maneras de la política nosotros que anhelábamos
razones esenciales
móviles no pervertidos?
Estamos hartos de danzas y contradanzas
De oportunismos
Del monstruo de dos caras que estamos pariendo
De eso se trata
Pregunto:
¿Es necesario comer en la misma mesa con los
asesinos?
¿Esperar que aclare cuando lo que se pervierte
es el propio sentido de la luz?
¿Confundirnos en la corte de los milagros con
canallas y bufones de dudosa alegría?
¿No es pagar con usura la realidad de lo posible?
Quejas del peor augurio más que desencanto
Las puertas se cierran ferozmente nuevas noticias
en los diarios
El hampón que es ministro de trabajo dice impúdico
que el Comandante Guevara era un renegado
Trabajadores despedidos persecución de militantes
atentados con granadas y bazokas
listas gigantes de condenados a muerte
Por un lado: la traición
Por otro: soberbia e infantilismo
el diario alejarse de las masas
¿Cuál será nuestra próxima historia?
¿Simple papel de cigarrillos para tantos sueños…?
Son tiempos en que los asesinos hablan de paz
Nosotros juramos ante las tumbas de los amigos
Desolados
Toda la noche se abre ante nuestos pasos
Nada asoma tras las nubes negras
Apenas un colibrí dorado deja de volar



miércoles, 22 de abril de 2020

Susana Cerdá -22

Susana Cerdá, Buenos Aires, 11 de abril 1948 - 7 de marzo 2010 


22
                                                              a Osvaldo Lamborghini

Qué me queda de ti
qué
qué me queda
agonizante amor
nobleza pasajera
fértil amanecer en mi escritura
(diadema de dolor, brillo incrustada en tus fulgores)
qué me queda de ti sino estos pocos
locos versos de lengua y de rasguido.

Qué sino anular los orificios
la segregación del silencio
arrimada al zumbido de tus escozores
idolatrar la determinación
la sobredeterminación
el destino
embadurnar tu contingencia de interminables ceremonias
amarte, quiero decir.

Aún resuena lo tácito rugiendo entre los dos
¿amarnos dije?
El problema es la puntuación.
Entre comillas
te tengo entre comillas
o a veces entre paréntesis te tengo
fiel frenesí.

Qué me queda sino
las maquinaciones de una transpiración:
la voracidad de una cantinela pervierte presagios
desprestigia al son augustas superficies
rasga
cae el sonsonete por declinación de onomatopeya
lo obvio carcome los vericuetos de la palabra,
reza.
Los ruidos de una siesta
son como una siesta.
La palabra “indebido” era
un a través cristalizado
una canción que rumoreaba a mis espaldas
ella les ponía música a mis actos.
Nunca cantó, decías, era el tono
en que mi madre me nombraba
nunca cantó
solamente cantaba.
El padre atravesaba con su ojo anular mujeres índices
fue el modo indicativo para un pretérito imperfecto maternal.
Mientras
todo ocurre mientras/(nunca digas mientras)
tu hermano leía a Pound a gritos
en la intemperie de la noche
y vos traducías a Cervantes, por si acaso.
Su mano sobre la tuya
su libro sobre tu libro y el poema
sementándose ahí abajo.
Sostengo las arcadas
por donde hemos pasado sabiendo que no cumpliríamos
las bodas de oro
y esa arcada previa a toda devolución o vómito
y los arqueos de nuestro encuentro
los corcoveos, las contabilizaciones
los puntos de vista
los puntos de divergencia
los puntos suspensivos.

“¿Por qué no nos preocupamos por el rocío?”

No iremos a Verona ni a Isladelba
pero aún me queda,
qué me queda de ti sino estos pocos
fulgores religándose en la presunción de una escritura.

El subrayado es mío.
Qué me queda de ti: amada metonimia del pasado.
Los textos son ajenos.

domingo, 19 de abril de 2020

Vedrino Lozano Achuy -Hombre pájaro

Vedrino Lozano Achuy, Tarapoto, Perú, 22 de noviembre 1981


Hombre pájaro

Observo un bosque de árboles secos y le prendo fuego.
Voraz lo consume todo, mas solo uno sobrevive.
En medio de la desolación se yergue impávido.
Trepo hasta la copa y contemplo la desolación,
la angustia de saber que soy un asesino.

Cubro mi rostro,
mi pecho con sus enormes hojas verdes.
Mi piel se tiñe de amarillo y mis manos de negro.
Atraído por el cielo azul levanto vuelo.
Recorro la piel del Amazonas.
De sus aguas veo surgir dinastías zoológicas,
voces extintas y hermosas guerreras.

¿Qué me has hecho árbol?
¿En qué me convertiste? ¿Soy un pájaro?
¿Seré tal vez un pájaro con cara de hombre?

Soy el pawkar.
La tierra repite mi voz,
una voz que imita el canto de todo cuanto habita en ella.

miércoles, 15 de abril de 2020

Marco Giovenale -salvo una pequeña diferencia

Marco Giovenale, Roma, 12 de febrero 1969 
Traducción Renato Sandoval Bacigalupo 


salvo una pequeña diferencia

es un viejo y está ahí adentro. se oye. o bien
en otro edificio, parte de otro edificio. espera. es la imagen que nunca antes has visto.
es el mismo hombre pero en un ambiente distinto. qué sientes, una sensación de miedo. una fuerte emoción que llega del pasado. un pequeño garaje donde se vende huevos fruta y leche. con hierba y plantas que crecen por doquier.
el 25 de julio era domingo. ayer era domingo. y esta barraca a donde ella ha llegado está abierta los domingos. ya se lo he dicho. está abierta a toda hora. todos los días de la semana. solo basta con tocar la puerta.
y pedirle al viejo que te sirva. como sea él siempre deja prendidas las luces. durante toda la noche hay una luz en cada cuarto.
mira el reloj. está adelantado diez minutos pero nuestros sentidos se han percatado de ello. ha interesado solo este sitio. hacia qué está avanzando. no lo sabemos creo. avanza hacia lo que sucederá aquí.
se ha parado de nuevo. cuatro minutos después de las nueve. también la radio. salvo una pequeña diferencia. o sea diez minutos. pero qué tráfico. así es. vaya los vehículos son distintos. pero es el mismo ruido. es repetido.
buscamos otros detalles sobre esos dos jóvenes amantes.
donde ha tomado el agua. me la he echado. la he encontrado atrás. hay que separarlos. podría darme las llaves del auto. y las de las maletas. no se habla de ello. no te prestes al juego. ha salido. pero ahí fuera no existe peligro siempre que ninguno de los dos
trate de irse de aquí.
no teníamos la intención de venir aquí. no violamos ninguna prohibición. en todo caso no hacemos parte de aquí. de esto.
gran hermoso auto. tiene todo el derecho de estar perturbado molesto ser protector en 1980. no tengo motivo de mentirle.
los relojes vuelven. es estrecho. muévete al otro eje. la estación está cerca. no salgas por ese lado del corredor. es peligroso. detente. creo que le puedo contar todo. ella nunca podrá volver atrás para hacer pesquisas, estupenda velada.
estamos acorralados.
acaso si volviésemos sobre nuestros pasos viajando en línea recta durante cincuenta sesenta quilómetros, se divierten a nuestras espaldas.
hay un ruido. viene del exterior. la mujer está quieta. estaba
cuando lo hemos interrumpido. todas las sombras deben detenerse frente a las puertas de vidrio. cómo te explicas las sombras. ese ruido. algo que batía. a lo mejor una ventana. no no era un ruido de objetos. alguien. no es posible. nadie puede entrar o salir de aquí. durante toda la noche hay una luz en cada cuarto.
era algo que vibraba al viento. tal vez un llamado no tenía una frecuencia más alta. más como los cémbalos o el triángulo.
es decir no ha sido casual, no el ruido ha sido producido por alguien. está escondido. alguien que quiere hacernos saber que está aquí.
nada. sea quien sea no está aquí. estaba aquí. más bien cerca. Quizás es algo que le concierne. es menos visible. has visto haber visto la imagen aquí. sí aquí. privado. nada. disculpa un momento. por qué está aquí. pero no veo trazas de daños. gente de 1940 que sale a pasear en 1980. no en esta fase. aún no. o todos los días de la semana. basta con tocar.
pero supón que ya se haya constatado. supón que no debemos descubrir nada. supón que nos esté esperando. cuatro minutos pasados las nueve. ya no es una imagen.
ya no es una imagen.
ellos deben echar gasolina. irse. no deben estar aquí. es privada esta parte del distribuidor. no pueden estar aquí. por qué se emociona. veo la casa es claro.
veo cómo debe ser y cómo es. las marquesinas. el pasadizo, los dos estantes. están como superpuestos, como si no estuvieran en su sitio. naturalmente en 1925. pero mentir con qué fin. es un plan demasiado bien diseñado. ha sido como una percepción.
también demasiado simple.
algo te decía venir aquí de cualquier modo. hay un sistema para verificarlo. no has tenido informaciones especiales. pero estabas aquí antes que nosotros. no sé por qué. en general los especialistas nunca entran a escena hasta que los investigadores
no han concluido su trabajo.
antes pero aquí el caso es distinto. recién hablamos de eso. no debemos hacer otra cosa que irnos de aquí. de nuevo veinte minutos añadidos. el tiempo ahí afuera. Ha sucedido de nuevo. también ella ha oído el ruido.
el sonido de. un instrumento musical. nosotros no lo oímos.
no me gusta ser el peón de un plan organizado.
escucha. es simplemente la lluvia. no. hay alguien que camina afuera. estoy segura de eso. hay alguien. parado. no cualquiera que sea llega a esta parte. está llegando aquí. tú no te muevas. llega alguien aquí. justo aquí afuera. cierra la puerta detrás de mí y bloquéala.
ha regresado por donde había pasado, entonces no. la lluvia ha pasado. había pasado. el temporal ha pasado. aquí me parece que nada ha cambiado. siempre las nueve. qué debo hacer. trata de buscarla. a quién. a la persona que ha pasado. quién era. ella se equivoca. Aquí el ruido.

domingo, 12 de abril de 2020

Jim Jarmusch -Nature Mort

Jim Jarmusch, Ohio, 22 de enero 1953
Traducción Marina Kohon


Nature  Mort

la tarde ha dejado algo de sol
en el brazo de la silla de manila
me recuerda la casa, lo que albergaba
colores dispuestos por encargo
cortinas de mohair blanco atadas como sombras
a las paredes marrones
una ventana abierta que enmarca
una constante descarga de sonido
como un hombre que ha perdido su memoria

una vez se le habían dado corazones oxidados para guardar:
el aire alrededor del hombre sosteniendo
los corazones oxidados
sin trazo de matices
su cara áspera aún más áspera
por la plenitud del cielo
el cielo lleno de nubes y nubes
flotando como rosas blancas

una vez una pequeña nena rubia había entrado a la habitación:
“mira, ¿no es éste un caracol precioso?
es el caracol más grande del mundo entero”

una vez una mujer con cabello como chelos:
a través de brazos hábiles y abiertos
él rechazó aplastar las coronas de flores contra sí
porque las sospechaba envenenadas
los bordes del corazón de ella se destiñeron
el techo leyó su colección de nieve

pronto el sonido cambiará a violeta
ofrecerá un arreglo suave y vacío
la silla desdibujándose en puntos
la ventana en espejos
luego, cuando la quietud haya aquietado la casa
los sueños traerán
pequeños ramilletes para el cerebro del hombre.

miércoles, 8 de abril de 2020

Hannah Escobar -Infidencias

Hannah Escobar, Colombia, 20 de junio 1985


Infidencias

Me gusta ser un producto despreciable del capitalismo.
Desde el nudo en el cordón de mis Vandasl 2k,
edición limitada del año en que nací,
hasta la punta quemada
de mi pelo decolorado con Blondor.
Creo en la anarquía de los mercados,
en la masificación de la información.
Estoy convencida de que somos máquinas.
Que funcionamos a partir de algoritmos,
que no tenemos nada
más allá de nuestra triste obsolescencia.
Todas las cosas que hago a diario son mecánicas de comportamiento.
Incluso en la variación,
incluso en lo aparentemente no previsible.
Me gusta ser un producto despreciable del capitalismo.
También me gustan los conejos.
Me gustan mucho los conejos.
-


domingo, 5 de abril de 2020

Vizconde de Lascano Tegui -De la elegancia mientras se duerme

Vizconde de Lascano Tegui, Entre Ríos,19 mayo 1887-Bs As, 23 abril 1966


De la elegancia mientras se duerme

El primer día en que confié
mi mano a una manicura
fue porque iría en la noche
al “Moulin Rouge”.
La antigua enfermera
me recortó los padrastros
y esmeriló las uñas.
Luego les dio una forma lanceolada
y al concluir su tarea
las envolvió en barniz.
Mis manos no parecían pertenecerme.
Las coloqué sobre la mesa,
frente al espejo,
cambiando de postura y de luz.
Tomé una lapicera
con esa falta de soltura
con que se toman las cosas
ante un fotógrafo y escribí.
Así comencé este libro.
A la noche fui al “Moulin Rouge”
y oí decir en español
a una dama que tenía cerca,
refiriéndose a mis extremidades:
-Se ha cuidado las manos
como si fuera a cometer un asesinato

miércoles, 1 de abril de 2020

Josephine Jacobsen -El poema en sí mismo

Josephine Jacobsen, Canadá, 19 de agosto 1908–EEUU, 9 de julio 2003
Versión Jonio González


El poema en sí mismo

Desde el silencio perfecto estalló silenciosamente.
Cuando los brillantes restos se aquietaron,
allí estaba.
Invisible, inaudible; sólo
los trazos de tinta lo delataban.
Delatar es la palabra.
Desde allí se desplazó hasta la miseria,
virgen regia en un prostíbulo,
improbablemente intacta.
Tuvo sus seguidores, proxenetas, incluso
sus amantes. El hombre responsable
murió, finalmente.
Cuando el polvo de su cerebro abandonó los huesos,
el vínculo se rompió. Escapó hacia sí mismo.
Ya no respondió.
En la estantería, junto al tictac del reloj, en los negros
rimeros de medianoche: ahí está. Una luna
para todas sus mareas.

domingo, 29 de marzo de 2020

Roberto Raschella -Poema

 Roberto Raschella, Bs As, 27 de septiembre 1930


Poema

Y fuera del tiempo, hay fiesta.
Ellos buscan sus cadáveres, ese tiempo.
La mujer en clausura
baja a los blancos patios.
Los espantajos no quieren levantarse, y se levantan.
En la brisa, en la líquida quietud,
un texto eterno el orden de la luz,
el grado de tristeza sobre la pestada sangre.
¿Por qué ocultaste hoy el temor al lamento?
Bulto de fabulosa Límina, bulto pleno
de un hombre solo. El hueso regresa al borboteo perdido.
Necesito la claridad de la sinovia estéril,
sus infi nitas variaciones, el arcano
de bisabuelos, que ya no tienen nombres.
Y rueda el sonido, la sanguina lenta.
Los coloquios mudos, las caricias de mente.
Atados, atados. Mi espejo carnal,
una desnuda paz de abandono.
El naranjo es hondo, la alegría ha muerto.
Ángeles arruinados se acuestan y arrastran
a siglos malados, a un rubio cafarnaum de pasiones,
a una ceguera violenta. El riacho corre,
el común telar está deshecho, yemas de ocaso
amenazante. Regular, asidua, entre ruinas,
la exhalación de las madres. Sentir frío, ser cubierto.
La duda que empieza y es silencio.
[Nos reconocemos. Ni siquiera entiendes la extrañeza
–¿pero no es así más extraño?–:
el pez nuevo y claro de la feria ignota. En los hornos,
junto al espíritu de las semillas]
Resplandecían las mañanas caprinas,
los ópalos de silbidos en las campañas.
La malva no envejece sobre los muros,
sobre los pálidos oráculos. El espectro se hunde por el
                                                                              catarrato.
Un mismo silencio, de desesperados; el círculo se interrumpe.
Las plantas despilfarran vida:
suelo de octubre es, madre. Tus gufos llegan
a la ciudad destruida. Persiguen trópicos marinos y carnados.
Hilan tejidos secretos y un hastiado escribir,
resurrecciones, lejanas. [Sonaba el gloria en el harmonio,
y voces de campesinos oscurecidos, piedras lanzadas que
ensordecen de odio. Después granaba la tarde, la plaza,
los hombres, y saturados olivares desangraban]
Roen graves.
Descubrimos la verdad, la nada
de siempre por siempre. Apenas he vivido las leyendas.
Y alguien confi nado recoge la obstinada pobreza.
Meditar no es hacer.

Hay un trigo batido, y un ocre,
y la niebla que cierra. La consangre.
Piénsanos, madre, hasta el alba final.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Dante Alighieri -Infierno Canto Primero

25 de marzo
DÍA DE DANTE



Dante Alighieri, Florencia, 29 de mayo 1265-Ravena, 14 de septiembre 1321

Verisión Jorge Aulicino


Infierno, Canto Primero

En el medio del camino de nuestra vida *
me encontré en una selva oscura:
la derecha senda había perdido.

¡Ah, cuánto el decir cómo era es cosa dura,
esta selva salvaje y áspera y fuerte
que en la mente renueva la pavura!

Es poco menos amarga que la muerte;
pero para tratar del bien que allí encontré
diré las otras cosas que allí he vislumbrado.

No sé bien decir cómo allí entré,
tan lleno de sueño estaba en aquel punto
en que la vía verdadera abandoné.

Pero después que a una colina hube llegado,
allá donde terminaba el valle aquel
que de pavura el corazón me había afligido,

miré a lo alto y vi su espalda
vestida con los rayos del planeta
que derecho lleva a cada uno por su senda.

Entonces el pavor se aquietó un poco
pero en el lago del pecho aún duraba
la noche que pasé con tanta lástima.

Y como quien, con afanoso hálito,
salido fuera del piélago a la ribera
se vuelve al agua peligrosa y mira,

así el ánimo mío, que aún huía,
se volvió atrás a mirar de nuevo el paso
que no dejó pasar jamás persona viva.

Después que reposó un poco el cuerpo fatigado.
retomé el camino por la subida desierta,
tal que el pie quieto siempre era el más bajo.

Y vi allí, casi al comenzar la cuesta,
una onza muy ligera y presta,
que de piel maculada era cubierta

y no se me corría de adelante,
antes bien impedía mi camino tanto,
que intenté más de una vez el dar la vuelta.

Tiempo era del principio de la mañana
y el sol se alazaba entre las estrellas
que eran con él cuando el amor divino

movió al comienzo aquellas cosas bellas;
tal que esperar el bien me era ocasión
de aquella fiera de la piel manchada

la hora del tiempo y la dulce estación;
pero no tanto que pavura no sintiese
cuando la vista de un león se perfiló.

Éste parecía que contra mí venía,
alta la cabeza y con rabiosa hambre;
era como si el mismo aire le temiese.

Y una loba que toda la avidez
parecía cargar en su flacura
y a muchos hizo ya vivir sufrientes,

logró provocarme tanta pesadumbre
con el miedo que infundía su mirada,
que perdí la esperanza de la altura.

Y como aquel que con gusto adquiere
y llega el tiempo que perder lo hace,
y en todos sus pensamientos entristece,

así me hizo la bestia sin descanso,
que, viniendo a mi encuentro poco a poco,
me despeñaba allá donde el sol calla.

Mientras yo me precipitaba al bajo,
delante de los ojos se mostró
quien por su gran silencio parecía mudo.

Cuando vi a aquél en el gran desierto,
"Misericordia por mí", le grité a él,
"quien quiera seas, sombra u hombre cierto!"

Respondióme: "No hombre, hombre ya fui,
y mis padres lombardos fueron,
mantuanos los dos de nacimiento.

"Nací sub Julio, aunque tarde,
y viví en Roma bajo el buen Augusto,
en tiempos de dioses falsos y embusteros.

"Poeta fui, y canté del justo
hijo de Anquises, que llegó de Troya,
después que la soberbia Ilión quemaron.

"Mas tú, ¿por qué a tanta pena vas de vuelta,
por qué no subes el deleitoso monte
que es principio y ocasión de todo goce?

"¿Entonces tú eres el Virgilio y esa fuente
que difunde del hablar tan largo río?",
respondí yo a él con vergonzosa frente.

"Oh de los otros poetas honor y luz,
válgame el largo estudio y el gran amor
que me ha hecho buscar tu libro.

"Tú eres mi maestro y mi autor;
tú eres el único de quien tomé
el bello estilo que me ha dado honor.

"Mira la bestia por la que me vuelvo;
ayúdame de ella, famoso sabio,
que por ella tiemblan venas y latido."

"A ti conviene hacer otro camino",
repuso, después que lagrimear me vio,
"si quieres dejar este lugar salvaje:

"pues esta bestia por la que tú gritas,
no deja a nadie pasar por esta via,
y tanto lo detiene que lo mata;

y ha natura tan malvada y cruel
que nunca llena su ávido deseo
y después de comer tiene más hambre.

"Muchos son los animales con los que se ayunta
y más serán todavía, hasta que el Lebrel
llegue y la haga morir con sufrimiento.

"Éste no comerá tierra ni peltre **
sino sabiduría, virtud y amor,
y su nación estará entre Feltro y Feltro. ***

"De esta humilde Italia será salud
por la que murió Camila la doncella,
Euríalo, Turno y Niso herido.

"Lo arrojará de cada villa,
hasta que lo devuelva a los infiernos
de donde la envidia antes lo envío.

"De donde por ti pienso y discierno
que tú me sigas y yo seré tu guía,
y de aquí te llevaré por lugar eterno,

"dónde oirás los desesperados gritos,
verás los antiguos espíritus dolientes,
cada uno gritando por la segunda muerte;

"y verás a aquellos que son felices
en el fuego porque esperan llegar
cuando se pueda a los beatos.

"A los que después si deseas subir
alma habrá allí más que yo digna:
con ella te dejaré cuando me vaya;

"que el emperador que arriba reina
porque rebelde fui a sus leyes
no quiere que a su ciudad por mí se llegue.

"Impera en todas partes y allí rige;
allí está su ciudad y su alto asiento:
¡oh, feliz aquel a quien elige!"

Y yo a él: "Poeta, te demando
por aquel Dios que tú no conociste,
para que huya de este mal y peor,

que tú me lleves allá donde dijiste,
tal que vea la puerta de San Pedro
y a los que mencionas tan sufrientes".
Entonces se movió, y fui tras él.





* Preciso es poner en autos al lector sobre la situación temporal de la Comedia, a partir de este verso, ya que verdaderos continentes de libros han precisado no sólo año, sino también días y horas en los que discurre este relato ficticio, en una elevada muestra de decisión de no tomarlo como tal. Así pues: Dante tiene 35 años, porque ha dicho en su Convivio que esa es la mitad de la vida de un hombre de su tiempo, si antes no lo arrebata la guerra, el crimen, la enfermedad, etc. El año es pues el 1300. Ahora bien: en el Canto Vigesimoprimero, el demonio Malacoda dirá a Dante (o a su ersatz de ficción) que en el día anterior, cinco horas antes de la hora en que hablan, se cumplieron 1266 días desde que tembló el Infierno, agrietándolo y derrumbando puentes. Como tal sismo no puede ser otro que el que, según Mateo, se produjo exactamente cuando murió Cristo, a las tres de la tarde del viernes Santo, se puede delinear todo el esquema temporal de la Comedia. Dante, o su personaje, entra en la selva oscura la noche del jueves Santo de 1300 del calendario juliano vigente en su época. El amanecer al que alude en este canto sería el del viernes Santo (reforzado este presupuesto por la mención a la dolce stagione, es decir la primavera, en el hemisferio boreal: entonces, abril); Dante sale del Infierno en las últimas horas de la tarde del antiguo sábado de Gloria, es decir para las horas nonas de la Vigilia Pascual. Su viaje proseguirá cuando de inmediato entre al Purgatorio, y pase luego al Paraíso. En total, durará ocho días.

** No querrá tierras ni monedas

*** Esta alusión ha sido objeto de polémica. Feltro se escribe con minúsculas en las versiones oficiales. Significa "paño", y se prefiere entender que Dante alude a una nación recién nacida, con lo que podría estar refiriendo tanto a la segunda Jerusalén como a una nueva Italia. En la primera opción, el Lebrel es claramente Cristo; en este caso, resulta llamativo que su acción liberadora se limite a Italia, como predican los versos siguientes. Pero Feltro con mayúscula puede mencionar a los montes Feltro. Si así se escribe, Dante podría estar aludiendo en el Lebrel muy precisamente a Ugoccione della Faggiolla, su valedor en un momento de su exilio, cuya familia era originaria de la Faltria, entre los montes Feltro. Aunque toda la Comedia es a la vez un relato político y religioso, algunos comentaristas insisten en que Dante no puede estar refiriendo a un personaje actuante en el 1300, ya que la acción del Lebrel se conjuga en un futuro que no parece cercano. En tren de señalar alegorías seculares, para algunos comentaristas la pantera es la lujuria o la incontinencia, el león la violencia, y la loba flaca, la avaricia; pero también, la pantera es Florencia lujuriosa; el león, el violento Carlos de Valois, y, la loba, el avaricioso poder de Roma que había defraudado a Dante -quien había sido partidario del papado contra el imperio germano-, en el momento en que escribe la Comedia, ya en el destierro. Se robustece esta interpretación en la medida que se considera que el Canto Primero es un portal que puede tener el mayor sentido alegórico, cual el de una iglesia gótica. Además, porque es Dante preciso cuando atribuye a la loba, cuya avidez es directamente proporcional a su flacura, el sufrimiento de mucha gente en el mundo. Significativamente, la loba y los animales con los que "se ayunta", impiden el paso de Dante hacia la cima de la virtud, y ha de volver a la superficie sólo cuando atraviese el infierno, el otro camino que le propone Virgilio, y luego el purgatorio y la visión del cielo. Es esta, pues, una imagen del autor en el desierto del exilio.





sábado, 21 de marzo de 2020

Fernando Pessoa -Ven a sentarte conmigo


21 de marzo
DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA


Fernando Pessoa, Lisboa, 13 de junio 1888–30 de noviembre 1935
Heterónimo Ricardo Reis
Versión Lino Mondino


Ven a sentarte conmigo, Lidia
a la orilla del río.
Con sosiego miremos su curso
y aprendamos que la vida pasa,
y no estamos tomados de la mano.
(Enlacemos las manos.)

Pensemos después, niños adultos,
que la vida pasa y no se queda,
nada deja y nunca regresa,
va hacia un mar muy lejano,
hacia el pie del Hado,
más lejos que los dioses.

Desenlacemos las manos,
que no vale la pena cansarnos.
Ya gocemos, ya no gocemos,
pasamos como el río.
Más vale que sepamos pasar
silenciosamente y sin desasosiegos.

Sin amores, ni odios, ni pasiones
que levanten la voz,
ni envidias que hagan a los ojos
moverse demasiado,
ni cuidados, porque si los tuviese
el río también correría,
y siempre acabaría en el mar.

Amémonos tranquilamente,
pensando que podríamos,
si quisiéramos,
cambiar besos y abrazos y caricias,
que más vale estar sentados
el uno junto al otro
oyendo correr al río y viéndolo.

juntemos flores, junta y déjalas
en tu regazo, y que su perfume suavice
este momento en que sosegadamente
no creemos en nada,
paganos inocentes de la decadencia.

Por lo menos, si yo fuera sombra antes,
te acordarás de mí
sin que mi recuerdo te queme
o te hiera o te mueva,
porque nunca enlazamos las manos,
ni nos besamos
ni fuimos más que niños.

Y si antes que yo llevases la moneda
al barquero sombrío,
no sufriré cuando de ti me acuerde,
a mi memoria has de ser suave
recordándote así, a la orilla del río,
pagana triste y con flores en el regazo.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Lucía Estrada -Clara Rilke

Lucía Estrada, Medellín, 11 de julio 1980


Clara Rilke 

Qué cercanas y distintas
las hojas de un mismo árbol.
Crecen silenciosas
en la contemplación de sí,
de sus bordes,
en el trabajo minucioso del insecto
que las hiere.
Apenas unidas por un hilo de savia
eternamente
a la corteza del mundo,
a su naturaleza vegetal.
El viento las obliga a inclinarse
sobre su propia sombra
y en el misterio único
de ser Sauce o Avellano,
se adhieren, se compenetran
sin perturbarse.
Así, recibirán a un tiempo
su gota de lluvia,
el beso ígneo del verano.
Caerán también bajo la misma luz,
rodearán como sílabas diversas
de un mismo alfabeto
la profundidad de las raíces,
la grieta oscura del tronco
que las vio levantarse
y permanecer.

domingo, 15 de marzo de 2020

Claudia Bernazza -Hungría

Claudia Bernazza, La Plata, 12 de junio 1960


Hungría

Después, viajé a la última fotografía.
A las palabras que nadie pronunciaba.
A la llanura. A la guerra.

Furias galopes tribus caballos alas
una polvareda de montañas
en la mañana de las tierras bajas.

Álmos, padre de Árpád.
Előd, padre de Szabolcs.
Kend, padre de Kurszán.
Ond, padre de Ete.
Tas, padre de Lehel.
Huba.
Töhötöm, padre de Horka.

Ellos guardan en su boca
el nombre de los montes
lo protegen del olvido
del viento en la cara y de este viaje.

Sobreviene
una planicie
una fogata
un cansancio sin bordes.

Se abandona el viento
al costado del camino
se aceptan las rutinas.

Dicen que para ser Europa hay que pedir permiso.
Esteban negocia dioses a orillas del Danubio.

Reyes espadas turcos guerras cuchillos
La furia es un galope
que no cesa.
En el corazón del continente
extranjeros.
Los gitanos los eligen:
esta es nuestra gente.

Inventores de lenguas y palabras
han imaginado un río.
En su orilla
fundan dos ciudades
frente a frente.

Austria los necesita mansos.
Alemania más obedientes.
Rusia más disciplinados.
Estados Unidos más capitalistas.
Ningún bombardeo los detiene.
Detrás de la bruma y la ceniza, crece un puente.

Si les preguntan quiénes son
ellos responden:
Álmos, padre de Árpád.
Előd, padre de Szabolcs.
Kend, padre de Kurszán.
Ond, padre de Ete.
Tas, padre de Lehel.
Huba.
Töhötöm, padre de Horka.

Somos el huracán de esta llanura
somos dos ciudades y sus puentes.
Somos magiares en el sitio equivocado
somos Budapest
galopando eternamente a los Urales.


martes, 10 de marzo de 2020

César Calvo -Ciudad de los reyes

César Calvo, Perú, 26 de julio 1940 – Lima, 18 de agosto 2000 


Ciudad de los reyes 

Pero esta noche Clayton es tan solo una carta,
entre cuyos renglones deambulan tres o cuatro carajos,
referencias más o menos precisas al porqué y para qué,
y la sueco rumana descarada que hizo de mi vida
el paraíso más negro de que tengo memoria.
Ingenuamente Clayton quema sus naves en la quinta página,
y habla de la vida que puede terminar en el amor,
aunque supone que hemos de estar en pie toda la noche
para alcanzar esa aurora.
Carta la suya que no leí antes debido me imagino
a un sorprendente instinto de conservación
y también, aceptémoslo, a que ignoro el inglés
Ya que se insiste en ella sobre lo que subyace debajo de los muertos,
el arte no es el mar sino tan solo lo que sostiene al mar y flota en él,
y me pregunta Clayton, se pregunta,
¿porqué nos es tan duro vivir en este mundo?
y luego de maldecir la reputación Maidenform de las limeñas
a fin de cuentas, que sentido tiene, porqué debo morir.
Entre tanto, es de noche, no hace frío y han pasado tres años.
Puedo decir que vivo, que he vivido como un condenado,
que escribí dos poemas aceptables
y mandé traducir el postergado y largo mensaje del buen Clayton.
Tres años han pasado, se han pedido refuerzos,
distintos personajes dicen las mismas cosas,
la sueco rumana fornica en la platea,
alguien grita y se arroja desde un palco, llueve en el escenario,
el público cansado de aplaudir y pifiar
se entretiene en desvestirse mutuamente, como quien no quiere la cosa
y yo dale que dale, impenitente, cubierto de basura,
preguntando porqué debo morir.
Cosa grave dirás, cuando ya no se busca el famoso sentido de la vida
y se rastrea en cambio una razón para irse al otro mundo
de allí que esto no sea sino una piedra para romper semáforos,
una señal de alarma, nada de soluciones,
aunque alguna palabra por su cuenta se lance a quitar hierbas del camino
puesto que no hay camino, puesto que mi camino son mis pies
y tus pies son el tuyo.
Aquí entiendo porque te hablé al comienzo de Clayton y su carta,
todo este ansioso tiempo que pase sin leerla
he caminado sobre el mismo sitio,
como suele decirse, estuve cavando mi propia tumba,
y la inmovilidad no es precisamente la razón que buscaba.
Tú podrás explicarme
como fue que concebimos la peregrina idea de vivir,
la pendejada del amor eterno, toda esa gran fachada de cartón,
con destinos reducidos más tarde a tu saliva.
Séame permitido recordar ya en escena,
la platea colmada de verdugos oír sus manos rotas aplaudiendo
la caída del telón sobre nuestras cabezas, la triunfal seda de la Guillotina.
Séame permitido recordarte antes de ello,
largo gemido de oro en hoteles cubiertos por la nieve
y recordarme, verme, zapato desconfiado dibujando tu nombre
entre las hojas de la Place de Pepluie.
Creía, entonces, cosas, buscaba una palabra para sobrevivir.
Era Paris entonces un altillo del Hotel des Nations
y el amor como un pozo que cavamos a golpes en las noches feroces
sin saber que la vida requiere de la muerte, muriendo sin morir.
O es que una sola vez, bajo mi cuerpo
me viste tras de un vidrio humedecido, ordenaste llorando mis cabellos.
Si alguien ahora nos preguntara que cosa es un altillo, una moneda,
Frank Sinatra cantando por un franco en la Gallerie de L´Odeon
sonara tu memoria como una casa sola
y yo envejecería estoy seguro en algún aeropuerto de esta tierra, esperándome.
Clayton tiene razón,
las únicas estrellas nos aguardan en el fondo del pozo
y solo son posibles cuando ya no lo son.
Nadie durmió jamás en un altillo,
Paris no existió nunca.
¿Que cosa es una noche frente al mar?
No hay mas ciudad que esta ciudad vacía
ni más sueño dorado que el insomnio,
estos papeles húmedos y vanos.
En las Casas de Cita, a estas alturas del verano
se insiste mas que nunca, hay buenos tragos.
Y si no hacemos el amor este año,
al menos, mirando hacia otro lado, haremos el amor.
No estaremos en pie toda la noche esperando la aurora
no por ello, querida, seremos más amargos,
no por ello seremos menos ágiles,
acaso así encontremos una buena razón para morir
y dejemos de ser, como dice Clayton
el cuerpo solitario en la ribera,
para ser la ribera, el río mismo,
dos cuerpos abrazados que al hundirse, se salvan.

domingo, 8 de marzo de 2020

Zabuzhko Oksana -Carta desde la casa de verano

Zabuzhko Oksana, Ucrania, 12 de agosto 1960
Traducción Azucena Calletini


Carta desde la casa de verano

Querido:
La tierra esta ocre de nuevo
lluvia ácida: nuestras enredaderas de pepino ennegrecidas,
sobresaliendo de la tierra como un cable chamuscado.
No sé que va a pasar con la orquídea este año
le hace falta una buena limpieza.
Pero tengo miedo de esos árboles. Cuando camino
entre ellos parece que voy a pisar
algún cadáver pudriéndose en los pastizales,
algo cubierto de gusanos, algo que sonríe
enfermizo al calor del sol
me ponen nerviosa los sonidos:
anteayer, en los matorrales, maullando
el crujir monótono de un árbol,
el parloteo contenido de los gansos: todos esforzándose,
constantemente para alcanzar la misma nota. ¿Te acuerdas
del olmo seco, al que un rayo transformó
en un gigante hueso carbonizado el verano anterior?
A veces creo que señorea
el jardín infectando todo con rabiosa locura
¿Cómo actúan los árboles locos?
Tal vez corren en todas direcciones,
como tranvías descarrilados
Igual,
guardo un hacha bajo la cama, por si acaso,
Al menos las mariposas se aparean: tendremos
orugas pronto. Oh si, la hija del vecino,
dio a luz: un varón, un poco pasado de fecha. Tenía pelo y dientes ya y podría ser un mutante
porque ayer, con solo nueve días, grito
"¡Apaguen el cielo"!,y no ha dicho una palabra desde entonces
Mas allá de eso, es un bebe sano.
asi que bueno. Si puedes escaparte
el fin de semana tráeme algo para leer
preferentemente en un idioma que no conozca
los que digo que son míos están agotados
Besos y abrazos. O.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Antonio Requeni -El vaso de agua

Antonio Requeni, Bs As, 8 de septiembre 1930


El vaso de agua

Cuando me acuesto, desde que era niño,
pongo a mi lado un vaso de agua.
Al apagar la luz, si lo contemplo
brillar en la penumbra, me imagino
que el agua es otro nombre de mi madre
y estoy seguro de que, ya dormido,
alumbrará el acuario de mis sueños.
Sombra, misterio, música nocturna
que bebo a lentos sorbos o me bebe.
¿Eres tú quien me sueña en ese extraño
país donde algún día nos veremos?
¿Dormir es un ensayo de la muerte?
Por las mañanas, cuando me recuerdo,
muchas veces el vaso está vacío.
Y vuelvo, desganado, a la rutina
de calles y de rostros, mientras llega
la oscuridad, el rito silencioso
de llenar nuevamente el vaso de agua
para ponerlo al lado de mis sueños
y saber que allí estás, que me proteges,
que hay algo puro en medio de la noche.



domingo, 1 de marzo de 2020

Iris Kiya -a lo dijo mi padre

Iris Kiya, La Paz, Bolivia, 20 de enero 1990


a lo dijo mi padre
la soledad me permite habitar un grano de mostaza
mi soledad es la gula
-q-u-e- siento por aquellas semillas.
Cada mañana recojo un puñado,
saludo el retrato de Williams Carlos Williams
o el que imagino que es Williams Carlos Williams
(quien quiera que sea el hombre de la foto)
y pienso en la carretilla roja
en la pestilencia plumífera de las gallinas.
Todo cambió hasta hace un par de meses,
me condicionaron un personaje
un b-o-x-e-a-d-o-r-
un f-r-e-a-k-
un g-i-g-a-n-t-e-
pero a mí no me importa el susodicho personaje
solo deseo habitar los granos de mostaza
              mirar la foto de Williams Carlos Williams
                                          rezar(le),
pedir(le) que cuide a las gallinas
y la irrisoria figura de Evelyn
ella me ignora cada vez que arrojo puñados de mostaza al criadero de gallinas
y pienso en la lejanía de su cuerpo,
de su mente.
La noche me sirve para enredarle a Evelyn (la pendenciera)
granos de mostaza en sus cabellos almidonados de estiércol
Ella se dejaba caer en la noche,
como un sembradío de mostaza.
Me gustaba verla en aquella cama carcomida por los abetos
empapada en sudor por la cantidad de mantas viejas
-q-u-e- cubrían su cuerpo
Evelyn,
la mujer más irrisoria,
más que todas las gallinas de aquella finca
más que todos los pedazos de colillas que escondía bajo su almohada.
Odiaba la mostaza.
Odiaba la foto de Williams Carlos Williams.
Odiaba mi carretilla roja.
El olor que despedían las gallinas
y todas las veces que la gente me condicionaba un personaje
un b-o-x-e-a-d-o-r-
un f-r-e-a-k-
un g-i-g-a-n-t-e-
Ya lo dijo mi padre
la soledad me permite habitar un grano de mostaza
y olvidar la irrisoria sonrisa
de Evelyn combatiendo con las gallinas
en el estiércol.








miércoles, 26 de febrero de 2020

Daniel Salzano -Ultima nota

Daniel Salzano, Córdoba, 22 de mayo 1941 – 24 de diciembre 2014
 
 
Última nota

Si esta fuera la última nota / la final / la escribiría lo más larga que pudiese / ocuparía la página de los taxistas / los colectiveros / el Suoem / la página de Mafalda / y saldría a la calle con la fuerza de un Scania Vabis / ahí viene la última nota de Salzano / buáááááámmmmmmmm.
Si esta fuera la última nota / la haría brillar como una cucharita / aullaría como un perro / una nota curtida como un poste de la luz / una nota tan vieja como los sueños / un mensaje para los vivos / otro mensaje para los muertos / mi última nota será suave como el cachete de un bebé / una nota de luna llena / una nota –como mi mamá– con la cabeza envuelta en un pañuelo / que su corazón lata rápido / una nota sobrada de óvulos y espermatozoides / fecunda / ¿quieren un dulce clamor? / ahí lo tienen / ¿se acuerdan cuando murió Mestre / el padre de Mestre / y la gente salió a la calle para despedirlo? / bueno / me gustaría que a mi última nota la saludaran como a él.
Quienes no olvidan a los muertos / no necesitan que se los recuerden.
Si esta nota fuera la final / la del abismo / antes de entregarla me detendría a rezar delante del finado cine Novedades / iría al Observatorio para darle una última ojeada a Saturno / volvería a Grimoldi para preguntar si recibieron los zapatos de gamuza azul / abriría la boca frente al sol poniente para tener una dentadura de oro / y a la noche pasearía hasta el Coniferal / donde está la estatua de José Gervasio Artigas / vengo a despedirme / cuídeme la luna, general.
A la última nota / la llevaría sujeta entre los dientes / como a un cachorro / y antes de entregarla le pasaría la lengua por el lomo / por las orejas / y le rascaría el morro / como a ellas le gustan / con la yema del meñique.
Si esta fuera la última nota / emplearía palabras de 800 gramos para arriba / por ejemplo: narizgargantayoídos / pondría pocos puntos / pocas comas / algunas letras rojas / el polen de la literatura es más viejo que el de las flores / la última nota que escriba medirá 50 de alto por 30 por 26 centímetros / lo mismo que el corazón de los osos.
Si esta fuera la última nota / la dejaría para después / para más adelante / faltando dos líneas para terminarla me detendría / no la escribiría / ahí viene la última nota de Salzano / dirían / tranquilos / no es nada más que el rugido de un camión Scania Vabis.





domingo, 23 de febrero de 2020

Noémia de Sousa -Súplica

Noémia de Sousa, Mozambique, 20 septiembre 1926-Potugal, 4 diciembre 2002
Traducción Renato Sandoval Bacigalupo


Súplica

¡Quítennos todo,
pero déjennos la música!
¡Quítennos la tierra en que nacimos,
donde crecimos
y donde descubrimos por primera vez
que el mundo es así:
un tablero de ajedrez…
Quítennos la luz del sol que nos calienta,
su lírica de xingombela*
en las noches mulatas
de la selva mozambicana
(esa luna que nos sembró en el corazón
la poesía que encontramos en la vida),
quítennos la choza – la humilde barraca
donde vivimos y amamos,
quítennos la machamba** que nos da el pan,
quítennos el calor del fuego
(que nos es casi todo)
-pero no nos quiten la música!
Vendernos como mercancía, encadenarnos
a la tierra, de sol a luna y de luna a sol,
¡pero siempre seremos libres
si nos dejaran la música!
¡Allí donde estuviera nuestra canción
aun esclavos, señores seremos;
y aun muertos, viviremos,
y en nuestro lamento esclavo
estará la tierra donde nacimos,
la luz de nuestro sol,
la luna de los xingombelas,
el calor de fuego,
la choza que vivimos,
la machamba que nos da el pan!
Y todo de nuevo será nuestro,
aun con cadenas en los pies
y aun azotes en la espalda…
¡Y nuestra queja
será una liberación
derramada en nuestro canto!
-Por eso pedimos,
de rodillas pedimos:
¡Quítennos todo…
pero no nos quiten la vida,
no se lleven nuestra música!



* “xingombela”: danza tradicional para jóvenes, originaria de Mozambique.
** “machamba”: campo de cultivo.


miércoles, 19 de febrero de 2020

Felicia Fuster -No me desnudéis

Felicia Fuster, Barcelona, 7 de enero 1921 - París, 4 de marzo 2012
Traducción Carlos Vitale


No me desnudéis

Antes
de que el gran compás me paralice
con la geometría de la muerte
no me desnudéis.
No me desnudéis del tiempo
ni de aquellas palabras
que, incluso escarchadas, yo hacía cálidas.
Sé que mi canto
hoy
no llegará
ni a las órbitas bajas
y el mundo me pesará. Tanto da.
Dejadme.
Dejadme el hormigueo
de esta cabeza llena de fiesta
y las alas de los puentes. Dejadme blanca,
cal apagada, encendida, poca cosa,
nada,
con los pies desnudos.
Sé caminar descalza. Y más.
Y también sé:
solo lo que se borra
tiene importancia.