María Ester Chapp, Buenos Aires, 6 de abril 1950
Vuelvo al mar
a los silenciados de mi generación
I
dos monjas adormecidas
sus pechos estallados
en amarga placenta
puérperas de lacios cabellos
por atroces columpios
arrojadas al más hondo
grito yugular que nadie escucha
tajeados vientres
ciego luto umbilical
gigantes hormigas reptan
por el brazo desnudo de la noche
cada ola se extingue inevitable
huellas de abandono
brotan del yodo sediento
el horizonte viene a mí
con memorias de cuerpos
roídos por albatros
vandálicas piedras
asedian conciencias
perforan la historia
con blancos pañuelos
II
irradio calor
la espuma trepa a mi verbo
se me calcinan los pies
en esta arena
llevo más azul al cuadro
más sol más guijarros quemantes
abro sus puertas
entrego rugidos
es hora de partir
entrar en el aire
con otros cuerpos
en esta gaviota
me dejo mecer
hasta el incendio
ellas beben gotitas de almizcle
dispuestas en las frentes
cada temblor abraza
desamparos
escribo con las yemas abiertas
amamanto en sueños
(los sueños amamantan)
cada reino provee su alimento
no iré al muelle
persisto en la comisura
el ojo incierto va
por hilos de luz
a velados confines
vidas de navegación
recuerdo
acantilados bahías
mis brazos remos
de intemperies
las quillas acunan libros
por nacer
fuego sobre agua pintaba Turner
poesía a babor
a estribor
III
día gris arden las bocas
salitrosos vapores
el animal rodea la playa
relampaguean ellos
en danza con Alfonsina
llanto del océano
una tonina muerta
en la costa
a la vista de los ciegos
el costado sangra
tal vez nylon
en su adentro
corchos de tu vino
protección de tu placer
y el fútbol
no se detiene
me ahondo con criaturas marinas
tonadas de amor de los delfines
el aullido final inagotable
y en las ballenas
el ojo de Dios
Vuelvo al mar
a los silenciados de mi generación
I
dos monjas adormecidas
sus pechos estallados
en amarga placenta
puérperas de lacios cabellos
por atroces columpios
arrojadas al más hondo
grito yugular que nadie escucha
tajeados vientres
ciego luto umbilical
gigantes hormigas reptan
por el brazo desnudo de la noche
cada ola se extingue inevitable
huellas de abandono
brotan del yodo sediento
el horizonte viene a mí
con memorias de cuerpos
roídos por albatros
vandálicas piedras
asedian conciencias
perforan la historia
con blancos pañuelos
II
irradio calor
la espuma trepa a mi verbo
se me calcinan los pies
en esta arena
llevo más azul al cuadro
más sol más guijarros quemantes
abro sus puertas
entrego rugidos
es hora de partir
entrar en el aire
con otros cuerpos
en esta gaviota
me dejo mecer
hasta el incendio
ellas beben gotitas de almizcle
dispuestas en las frentes
cada temblor abraza
desamparos
escribo con las yemas abiertas
amamanto en sueños
(los sueños amamantan)
cada reino provee su alimento
no iré al muelle
persisto en la comisura
el ojo incierto va
por hilos de luz
a velados confines
vidas de navegación
recuerdo
acantilados bahías
mis brazos remos
de intemperies
las quillas acunan libros
por nacer
fuego sobre agua pintaba Turner
poesía a babor
a estribor
III
día gris arden las bocas
salitrosos vapores
el animal rodea la playa
relampaguean ellos
en danza con Alfonsina
llanto del océano
una tonina muerta
en la costa
a la vista de los ciegos
el costado sangra
tal vez nylon
en su adentro
corchos de tu vino
protección de tu placer
y el fútbol
no se detiene
me ahondo con criaturas marinas
tonadas de amor de los delfines
el aullido final inagotable
y en las ballenas
el ojo de Dios
un gusto siempre ler a María, gracias Jorge, siempre gracias por tu trabajo, alicia b. pastore,
ResponderBorrarCasi milimétrico, un registro exhaustivo, que parece incluir sin jerarquías, sensaciones, imaginación, proyecciones , configurando un todo peculiar, como si estuviese frente a la "corriente de conciencia", hasta que una ola gigantesca, su humanidad, una vigilanca ética toma protagonismo por la palabra silenciada.
ResponderBorrarnteresante y apasionado poema. Muchas gracias .
fe de erratas : quise decir : Interesante y apasionado poema
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