Beatriz Schaefer Peña, CABA, 7 de junio 1938
Los fantasmas
Acuden a la convocatoria
de las ansias,
extienden sus manos invisibles
y me toman el corazón, el pulso,
la memoria.
Viajeros de esa región
ya intransitable,
se detienen en mi desolación
y como hostiles guardianes
se levantan para espantar
el prodigio de los sueños.
Debo aprender a convivir
con la extraña presencia;
besar los labios débiles,
cerrar sus ojos ciegos que guardan
tanto instante de amor ya sin mirada.
Pero a mi lado
nada ha de ser como fue.
Ellos lo saben y sin embargo
se yerguen como espejos sin luz
y recomienzan la visita implacable
cada día que resta de mis días.
Los fantasmas
Acuden a la convocatoria
de las ansias,
extienden sus manos invisibles
y me toman el corazón, el pulso,
la memoria.
Viajeros de esa región
ya intransitable,
se detienen en mi desolación
y como hostiles guardianes
se levantan para espantar
el prodigio de los sueños.
Debo aprender a convivir
con la extraña presencia;
besar los labios débiles,
cerrar sus ojos ciegos que guardan
tanto instante de amor ya sin mirada.
Pero a mi lado
nada ha de ser como fue.
Ellos lo saben y sin embargo
se yerguen como espejos sin luz
y recomienzan la visita implacable
cada día que resta de mis días.
Excelente poema.La ausencia es presencia multiplicada y con tus versos impecables la haces mágica. Mi admiración.
ResponderBorrarMaravilooso Poema Beatriz Mi admiración por tu palabra besos y abrazos desde el sur
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