Anna Ajmátova, Odesa, Ucrania, 23 de junio 1889 – Rusia, 5 de marzo 1966
Traducción Natalia Litvinova
Abedules
En primer lugar, nadie jamás vio abedules como esos. Ahora me aterra recordarlos. Son como una alucinación. Algo terrible, trágico, como el Altar de Pérgamo, magnífico e inconfundible. Y creo que ahí hay cuervos. No hay nada mejor en el mundo que esos abedules, enormes, potentes, tan antiguos como los druidas, y aun más antiguos que ellos. Ya pasaron tres meses y no puedo recuperarme, como antes, pero no quiero que sean un sueño. Yo los necesito reales.
Traducción Natalia Litvinova
Abedules
En primer lugar, nadie jamás vio abedules como esos. Ahora me aterra recordarlos. Son como una alucinación. Algo terrible, trágico, como el Altar de Pérgamo, magnífico e inconfundible. Y creo que ahí hay cuervos. No hay nada mejor en el mundo que esos abedules, enormes, potentes, tan antiguos como los druidas, y aun más antiguos que ellos. Ya pasaron tres meses y no puedo recuperarme, como antes, pero no quiero que sean un sueño. Yo los necesito reales.
Hoy he conocido el blog, gracias a Tatiana Oroño.
ResponderBorrarCelebro !!!
estemece la imágen y la imaginación corre hacia la segunda guerra mundial
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