lunes, 22 de febrero de 2016

Héctor Viel Temperley -Larga esquina de verano

Héctor Viel Temperley, Bs. As.,21 de mayo 1933 – Bs. As., 25 de junio 1987


Larga esquina de verano

¿Nunca morirá la sensación de que el demonio puede servirse de los
    cielos, y de las nubes y las aves, para observarme las entrañas?

Amigos muertos que caminan en las tardes grises hacia frontones de
    pelota solitarios: El rufián que me mira sonríe como si yo
    pudiera desearla todavía.

Se nubla y se desnubla. Me hundo en mi carne; me hundo en la iglesia
    de desagüe a cielo abierto en la que creo. Espero la resurrección
    -espero su estallido contra mis enemigos- en este cuerpo,
    en este día, en esta playa. Nada puede impedir que en su Pierna me azoten
    como cota de malla -y sin ninguna Historia ardan en mí-
    las cabezas de fósforos de todo el Tiempo.

Tengo las toses de los viejos fusiles de un Tiro Federal en los ojos. Mi
    vida es un desierto entre dos guerras. Necesito estar a oscuras.
    Necesito dormir, pero el sol me despierta. El sol, a través de mis
    párpados, como alas de gaviotas que echan cal sobre mi vida;
    el sol como una zona que me había olvidado; el sol como un golpe
    de espuma en mis confines; el sol como dos jóvenes vigías en una
    tempestad de luz que se ha tragado al mar, a las velas y al cielo.

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