Hilda Hilst, Sao Paulo, 21 de abril 1930 – Sao Paulo, 4 de febrero 2004
Traducción Roberto Amézquita
Cuerpo de luz
I
Caminas en dirección al Sur. Lo que te mueve
es alfa, Adonai, Clarísima Morada.
Tu pecho es transparencia en plenitud alada
y no te veo en la distancia y en el tiempo.
Sé que la memoria es límpida cancela
y que viaja a solas, eterna.
Y siendo así, a ti te reconozco.
II
Tú no estás conmigo. Ni en tu noche
de antes, de granito. Ni tu voz
es voz entre murallas. Estás ahora más allá:
Arco del infinito.
III
Tu sueño no es el sueño vulgar.
Entiendes la vigilia
y aprehendes a través de la opacidad.
También así
reposa el mar.
IV
Se cerró para lo efímero de las cosas
lo inconmensurable de la retina.
Así sedimentes la Verdad:
Frente de opalina.
V
Poeta, los hombres manipulan la materia.
Artífices del gran sueño se dan las manos
y es mí canto el fruto de esa espera.
Canto como quien talla la piedra. Te celebro
en la más alta metamorfosis de mi época.
No cantaré en vano.
VI
Hay un espacio finito donde mi canto vuela.
Y en lo multidimensional, en la estructura
donde la realidad se rehace, tú te demoras.
Pastor, lo que parecía tangible se evapora.
Y sobre nosotros, la grande noche
en una etérea nada, yace.
VII
¿Sabías de otro tiempo? El universo
Ahora se parece a un gran pensamiento.
Tú cantaste el espanto, ala de silencio.
Yo canto el espíritu
que penetró en el reino de la materia:
Ala de espanto del conocimiento.
Traducción Roberto Amézquita
Cuerpo de luz
I
Caminas en dirección al Sur. Lo que te mueve
es alfa, Adonai, Clarísima Morada.
Tu pecho es transparencia en plenitud alada
y no te veo en la distancia y en el tiempo.
Sé que la memoria es límpida cancela
y que viaja a solas, eterna.
Y siendo así, a ti te reconozco.
II
Tú no estás conmigo. Ni en tu noche
de antes, de granito. Ni tu voz
es voz entre murallas. Estás ahora más allá:
Arco del infinito.
III
Tu sueño no es el sueño vulgar.
Entiendes la vigilia
y aprehendes a través de la opacidad.
También así
reposa el mar.
IV
Se cerró para lo efímero de las cosas
lo inconmensurable de la retina.
Así sedimentes la Verdad:
Frente de opalina.
V
Poeta, los hombres manipulan la materia.
Artífices del gran sueño se dan las manos
y es mí canto el fruto de esa espera.
Canto como quien talla la piedra. Te celebro
en la más alta metamorfosis de mi época.
No cantaré en vano.
VI
Hay un espacio finito donde mi canto vuela.
Y en lo multidimensional, en la estructura
donde la realidad se rehace, tú te demoras.
Pastor, lo que parecía tangible se evapora.
Y sobre nosotros, la grande noche
en una etérea nada, yace.
VII
¿Sabías de otro tiempo? El universo
Ahora se parece a un gran pensamiento.
Tú cantaste el espanto, ala de silencio.
Yo canto el espíritu
que penetró en el reino de la materia:
Ala de espanto del conocimiento.
Y surgió este canto, materia de poeta ,bello. Gracias
ResponderBorrar