Seamus Heaney, Condado de Derry, 13 de abril 1939 – Dublín, 30 de agosto 2013
Traducción Andrés Piña
Cavando
Entre el pulgar y el índice
La pluma pesada descansa; ajustada como un arma.
Debajo de mi ventana, un limpio sonido áspero
Cuando la pala se hunde en el suelo lleno de grava:
Mi padre, cavando. Yo miro abajo
Hasta que la tirante grupa entre la cama de siembra
Inclinándose, emerge hace veinte años
Deteniéndose en el ritmo a través de los surcos de papa
Donde él estaba cavando.
La gruesa bota enclavada en la agarradera, el eje
Contra el interior de la rodilla fue apalancado con fuerza
Él arrancaba cimas altas, enterraba el brillante borde profundo
Esparciendo las nuevas papas que habíamos escogido
Amando su fría dureza en nuestras manos.
Por dios, el viejo podía cargar una pala
Tal y como su viejo.
Mi abuelo cortó tanta turba en un día
Que ningún otro hombre en el pantano de Toner lo igualó.
Una vez le llevé leche en una botella
Encorchada a la ligera con papel. Se enderezó
Para tomársela. Luego cayó inmediatamente
Cortando y rebanando pulcramente, césped pesado
Sobre su hombro, yendo abajo abajo
Por la buena turba. Cavando.
El frío olor del mantillo de papa, la aplastada y abofeteada
Turba empapada, los rápidos cortes de un borde
A través de raíces vivas despiertan en mi cabeza.
Porque no tengo pala para seguir a hombre como ellos.
Entre mi dedo y mi pulgar
La pluma pesada descansa.
Yo cavaré con ella.
Traducción Andrés Piña
Cavando
Entre el pulgar y el índice
La pluma pesada descansa; ajustada como un arma.
Debajo de mi ventana, un limpio sonido áspero
Cuando la pala se hunde en el suelo lleno de grava:
Mi padre, cavando. Yo miro abajo
Hasta que la tirante grupa entre la cama de siembra
Inclinándose, emerge hace veinte años
Deteniéndose en el ritmo a través de los surcos de papa
Donde él estaba cavando.
La gruesa bota enclavada en la agarradera, el eje
Contra el interior de la rodilla fue apalancado con fuerza
Él arrancaba cimas altas, enterraba el brillante borde profundo
Esparciendo las nuevas papas que habíamos escogido
Amando su fría dureza en nuestras manos.
Por dios, el viejo podía cargar una pala
Tal y como su viejo.
Mi abuelo cortó tanta turba en un día
Que ningún otro hombre en el pantano de Toner lo igualó.
Una vez le llevé leche en una botella
Encorchada a la ligera con papel. Se enderezó
Para tomársela. Luego cayó inmediatamente
Cortando y rebanando pulcramente, césped pesado
Sobre su hombro, yendo abajo abajo
Por la buena turba. Cavando.
El frío olor del mantillo de papa, la aplastada y abofeteada
Turba empapada, los rápidos cortes de un borde
A través de raíces vivas despiertan en mi cabeza.
Porque no tengo pala para seguir a hombre como ellos.
Entre mi dedo y mi pulgar
La pluma pesada descansa.
Yo cavaré con ella.
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