domingo, 12 de enero de 2020

Michael Benítez Ortíz -Los nadaístas

Michael Benítez Ortíz, Bogotá, 15 de mayo 1991


Los nadaístas


“¡Dios bendiga a estos jóvenes
que se están desnudando!”.
Fernando González

I

Gonzalo, borracho,
Con una rata disecada
Colgada al cuello
Se subía en una estatua y gritaba que esa era la razón.
La estatua no decía nada.

II

Amílkar se embriagaba de Ron Medellín Añejo
Pero vomitaba en francés,
Le gustaban las mujeres un poco menos
Que los hombres.
Aprendió karate para defender a sus “amigos”
De las extravagantes puñaleras gringas
Y éstas invitaron,
A la fiesta,
La policía.

III

María de Las Estrellas
La primera novia de Boris
El hijo del “Poeta Maní”...
¡Era la poesía misma!;
En todas sus vidas tuvo muchos
Padres
Pero sigue extrañando —¡cómo la extrañamos!
A sus preferidos:
Un Poeta y una Maga.

IV

Darío siempre estaba borracho
Y como su obra era su vida
Armaba los baretos en sus sagrados
Poemas,
Se angustiaba kilómetros
Y Alberto Escobar
Le traducía.

V

Cachifo escribía novelas
En las barras de los bares
Que ni él mismo entendía:
Por eso
Siempre fue el mejor novelista
De los nadaístas.

VI

Fanny Buitrago
Sólo se masturbaba con el nadaísmo
Porque quería ser la “grupie”
De algún movimiento literario.

VII

Mario Rivero negó el nadaísmo tres veces
Dos en un par de antologías
Y la otra
Antes de que sonara
El tango.

VIII

Jan Arb era experto en coquetería femenina,
Hacía el amor sobre vinos tibios,
Intuía orgasmos metafísicos
En la mirada
Que se le negaba.

IX

Del cielo de Bucaramanga
Bajaba un Gallinazo con guitarra
—¡han visto eso!—
Cantando que quería comer
De la fruta prohibida
Que se llamaba
Marihuana;
Aún no ha muerto de infarto
A go-go.

X

El-MONJE LOCO sigue siendo
EL-MOTOR del nadaísmo,
Que enfría con cerveza,
Con sus 86 años recorridos
Se niega a dejarse chatarrizar.

XI

De X-504
No sé nada
Sólo que se embriaga de poesía
Y que ahora usa como seudónimo:
Jaime Jaramillo Escobar.

XII

A Eduardo Escobar
Tampoco se lo lleva El Tiempo,
Como es un santo que extravió su aureola,
En una borrachera,
Aún sigue buscando a Dios
En el directorio telefónico
Para que se la devuelva.

XIII

Jotamario olvidó que se quería suicidar,
Tanto, que dice que nunca se ha querido suicidar,
Su poesía se ríe de él
Y de nosotros,
Es un profeta en chanclas
Pero con la barba y los condones en su sitio —listos
Para coquetearle a las jovencitas.




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