Portuaria
ausentes marineros
desnudan
el pecho de la mujer aquella
(cómo se llena
el río de chatarra
y de vino caliente)
esa tela de blanco espesor
se llama espuma pero no existe
aquí donde se hacinan
pordioseros de cartón
despojos y miradas
sin rumbo
verdadero pecado son las grúas
como barba geométrica
de un dios
que pone y deja
sobre unos hombros
sus tambores de aceite
y por cada taberna
una pupila de petróleo
nos mira perder
el último arenero
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