jueves, 26 de marzo de 2015

Gerardo Lewin -Diálogo informal en el andén con mi amiga, la bella suicida

Gerardo Lewin, CABA, 20 de diciembre 1955


Diálogo informal en el andén con mi amiga, la bella suicida
                                                                               a DP

Mira, querida amiga, – dije –
ya ves que la locomotora avanza.
Enfrentas decisiones cruciales e inmediatas
y no hemos podido hablar aún
del dolor ni del sentido de la vida.

Es verdad – replicó
mientras un aire rubio la obligaba a guiñar –
pero, ¿cómo fue que llegamos aquí?
¿es cierto que este tren nos llevaría
a antípodas ciudades, ignorantes
de la moderna tristeza que adoptamos,
donde es posible contraer sacras nupcias con árboles
y envejecer petrificados
hasta que las pupilas se nos llenen de astillas?

No creo que todo eso exista
sino como un ejemplo otro
de la desilusión del yo,
de la disolución del yo,
de la desolación del yo.
– suspiré –
¿Por qué no vamos a bailar,
a comer algo, a tomar un café?

Nada me queda claro de lo dicho.
Todo se me ha borrado
como una certidumbre despeñada.
¿Es que hubo una vez amor entre nosotros
– dijo –
o éramos personajes
de una aplaudida telenovela vespertina,
en la que yo vestía un trajecito gris
y caía la lluvia?

El suelo tiembla – comprobé turbado –
Mira: la muerte ya está sobre nosotros.
¿Qué palabras debo decirte ahora
en esta nueva noche que se cierne?

Sólo di: ¡resucita!

1 comentario:

  1. Creo , creo, que el asunto es encontrar los lazos, diríamos, las hipótesis intermedias entre el café, hablar, bailar y la desilusión -disolución del yo , las petrificaciones varias, el trajecito gris, las calidades de la lluvia...
    Y aún así, en el supuesto caso de encontrarlas, confiar en las palabras, en los rayos x de la propia mirada, no sirve.

    Nada sirve.

    Lo que vale es el poeta.

    Poetazo.

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