domingo, 10 de abril de 2016

Alejandro Mendez Casariego -El Enemigo

Alejandro Mendez Casariego, CABA, 19 de diciembre 1952


El Enemigo

Este hogar fue arrasado algunas veces
y otras tantas  lo hemos reconstruido.
Era la guerra: el  enemigo era real y mensurable,
nos dejaba su nombre, para que no olvidáramos.

En esas ocasiones te vi inclinado
como en reverencia ante alguien importante
tratando de unir los pedazos del cuenco del té
con devoción untuosa
indiferente a tus heridas.
El vapor de la infusión derramada subía
desde las esterillas desgarradas, los jirones
del papel de la pared
se abrían como pétalos hacia el cielo en llamas.
Algo terrible pero hermoso
sobrevivía en aquella destrucción.

Amé a aquel hombre que cuidaba su hogar.

Entonces vino la paz, y recordé las palabras de mi madre
“ No hay paz para el guerrero, solo sombras”
Así fue que este hogar fue profanado, con el tiempo
por enemigos invisibles
que se escondían  tras los biombos
susurrando los misterios del mal
con voz tan dulce, que llegaste a creerles
como le creías a las máscaras airadas de demonios
clavadas en los muros, a los duendes
tallados en ébano o marfil, y a tu perfecta colección
de bushis, alineados y alertas
sobre los anaqueles del altar
de los antepasados.

Este enemigo sopló venenos intangibles
que me inoculaste en cada gesto
hasta que fuimos cenizas sin memoria
y ningún nombre quedó entre aquellas ruinas
para poderlo recordar.

O tal vez solo el tuyo, que también olvidé.

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