Javier A. Saleh, Boedo, 24 de abril 1976
“Siempre vence Quevedo sobre la verdad”
SEVERA SCHWAB
Epístola de Cicerón a Marco Antonio
Catarsis a metros del balcón
(Nunca poemas de amor en séptima persona)
Sé que el fútbol no es cultura. Cultura era quererte
esperarte era el ejemplo de la izquierda que nadie vota,
hoy que tu hijo no tiene mi apellido ni mis ojos
sigue habiendo en la pared la palabra amor
y un mono mirándola rascándose la cabeza.
Ciclotímico paso de la depresión a la depresión
si hasta cada vez que llueve
pienso que sos vos volviendo
y cada vez que sale el sol o está nublado.
Algunos ponen el saco en el respaldo de la silla
yo mojé el pan siempre en el plato.
Me parezco a individualistas como Mitre y Roca
que siempre pregonaron por sus intereses,
como autocrítica, creo que no deberías haberte ido
yo en cambio, dejé de lado los estereotipos,
fui el hombre equivocado en la mujer correcta.
Vos criticabas todo, criticabas mi poesía
hasta al que te daba la bolsita blanca para llevártela
estabas orgullosa de mi pelo largo
como yo estoy orgulloso del clima de mi país.
Pero por equis o menos equis cuestión
las maquinitas de afeitar descartables
me recuerdan a mí en tu portazo final.
Desde niño te enseñan a jugar al "pan y queso”
el que pisaba primero el pie del otro,
se quedaba con el mejor jugador.
Juguemos a lo que juguemos sabemos que va a doler.
Te miro a los ojos sin leer nada incombustible,
al lado tuyo está lo que hubiera sido yo
si no me hubieras recortado en la foto.
Ahora sí, me pareció todo un símbolo de lo que vendría
el hecho de que fueras vos quien me cobijara bajo un paraguas
(en nuestro último abrazo)
como Rucci a Perón cuando vino a la Argentina.
Ya no te amo, un buen título para una novela,
después de todo, ya esta, ya pasó
por ahí no era tu momento histórico
pero ya no te espero
y te extraño
hasta para hacer pis.*
*El poema original terminaba: “y te extraño hasta para ser yo”. Pero esa frase ya estaba en otro libro del propio autor y por temor a autoplagio decidió modificarla.
“Siempre vence Quevedo sobre la verdad”
SEVERA SCHWAB
Epístola de Cicerón a Marco Antonio
Sé que el fútbol no es cultura. Cultura era quererte
esperarte era el ejemplo de la izquierda que nadie vota,
hoy que tu hijo no tiene mi apellido ni mis ojos
sigue habiendo en la pared la palabra amor
y un mono mirándola rascándose la cabeza.
Ciclotímico paso de la depresión a la depresión
si hasta cada vez que llueve
pienso que sos vos volviendo
y cada vez que sale el sol o está nublado.
Algunos ponen el saco en el respaldo de la silla
yo mojé el pan siempre en el plato.
Me parezco a individualistas como Mitre y Roca
que siempre pregonaron por sus intereses,
como autocrítica, creo que no deberías haberte ido
yo en cambio, dejé de lado los estereotipos,
fui el hombre equivocado en la mujer correcta.
Vos criticabas todo, criticabas mi poesía
hasta al que te daba la bolsita blanca para llevártela
estabas orgullosa de mi pelo largo
como yo estoy orgulloso del clima de mi país.
Pero por equis o menos equis cuestión
las maquinitas de afeitar descartables
me recuerdan a mí en tu portazo final.
Desde niño te enseñan a jugar al "pan y queso”
el que pisaba primero el pie del otro,
se quedaba con el mejor jugador.
Juguemos a lo que juguemos sabemos que va a doler.
Te miro a los ojos sin leer nada incombustible,
al lado tuyo está lo que hubiera sido yo
si no me hubieras recortado en la foto.
Ahora sí, me pareció todo un símbolo de lo que vendría
el hecho de que fueras vos quien me cobijara bajo un paraguas
(en nuestro último abrazo)
como Rucci a Perón cuando vino a la Argentina.
Ya no te amo, un buen título para una novela,
después de todo, ya esta, ya pasó
por ahí no era tu momento histórico
pero ya no te espero
y te extraño
hasta para hacer pis.*
*El poema original terminaba: “y te extraño hasta para ser yo”. Pero esa frase ya estaba en otro libro del propio autor y por temor a autoplagio decidió modificarla.
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