De los saberes esenciales
Nada se entiende de la máscara cómica
si se la porta del revés.
El péndulo no ha variado en siglos
su perfecto trayecto de hemiciclos.
Un niño ha arrebato a otro niño
nuevamente el juguete más preciado,
y se han quedado solos en la habitación,
sordos por la explosión, instantáneos
de repente como seres sin pasado.
Puede suceder que pernoctando
en la morada de la palabra perdida
se asista a una especie de caza menor:
la que obtiene su presa en mitad
de la noche, y la libera sin alas
con las primeras horas del día.
Fotografía Héctor Rio
No hay comentarios.:
Publicar un comentario