Traducción María Renata Segura
Desafío
¿Quién?
¿Quién se atreve con el abanico de un papayo
a cantar que tiene poder purificador
aun sobre el olor de esta isla
abierta
como una llaga
con el aliento cariado de los carnívoros?
Que se levante,
si se atreve,
el de la ruta ancestral
sin cruce
sin rodeos
rectilínea como la mira
de un pelotón de fusilamiento.
Que se levante
y diga:
“Yo soy libre en este pozo
de siglo en siglo elaborado,
de muerte en muerte más profundo,
pues en su noche se agotan los colores.
Yo soy el camino razonable
lleno de buenas intenciones
de los que me han dado la noche.
Así sea. Así será”.
¡Ah! Que levante la mano
el de la ruta ancestral.
¿Quién se atreve con la sombrilla de un flamboyán
a cantar que tiene poder atenuador
aun sobre la fealdad de esta isla
abierta
como una llaga
a los caninos agudos de los carnívoros?
Que se levante
si se atreve,
el de la conciencia limpia
sin remordimientos
sin nubes
lisa como el ojo único
de un pelotón de fusilamiento.
Que se levante
y diga:
“Yo soy libre en este pozo
de miedo en miedo elaborado
de peldaño en peldaño descendido,
pues astucia no es pecado.
Yo soy el camino indirecto
sembrado de presentes ignorados
de los que permanecen en la noche.
Sálvese quien pueda. Yo estoy salvado”.
¡Ah! Que levante la mano
el de la conciencia limpia.
¿Quién se atreve con la espuma del océano
a cantar que ella tiene poder curador
aun sobre la miseria de esta isla
abierta
como una llaga
a las garras aguerridas de los carnívoros?
Que se levante,
si se atreve,
el de la satisfacción
sin marea
sin tempestad
pura como la salva
de un pelotón de fusilamiento.
Que se levante
y diga:
“Yo soy libre en este pozo
de guerra en guerra más profundo,
de ley en ley asimilado,
pues nunca tendré luz más pura.
Soy el camino de la Historia,
triangular ayer,
desde entonces lineal sin una escala,
el camino que nos salva de la noche”.
¡Ah! Que levante la mano
el de la satisfacción.
¿Quién?
¿Quién se atreve a cantar que los andrajos
de esta isla
tienen poder protector
aun sobre su cuerpo
abierto
como una llaga
a la avidez de los carnívoros?
Que se levante aquel,
si se atreve.
Pero ¿quién retirará la guardia
de los que ven pasar el tiempo?
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