Susana Cella, CABA, 18 de marzo 1959
Para inútilmente fingir
Dando vueltas en seco,
por la costa de las arenas oscurecidas
se quedaron tus pies inermes
en el cuantioso resumen de la resaca
y en ella rebuscaste
el tesoro escondido
que no supo ni quiso revelarse
para vos, para nadie,
esa tarde mustia espantada
de los pasos a tientas
por donde en seguro
había que pisar
no fuera que un enterrado
se alzara como engañoso monstruo
a denunciar prevenciones
para tu mal desmedidas.
Si el curso no calculaste
no otra la vuelta había de ser
que pura sequía lisa
dando contra un agua
que no ibas a tocar
por oscura y por temida.
Para inútilmente fingir
Dando vueltas en seco,
por la costa de las arenas oscurecidas
se quedaron tus pies inermes
en el cuantioso resumen de la resaca
y en ella rebuscaste
el tesoro escondido
que no supo ni quiso revelarse
para vos, para nadie,
esa tarde mustia espantada
de los pasos a tientas
por donde en seguro
había que pisar
no fuera que un enterrado
se alzara como engañoso monstruo
a denunciar prevenciones
para tu mal desmedidas.
Si el curso no calculaste
no otra la vuelta había de ser
que pura sequía lisa
dando contra un agua
que no ibas a tocar
por oscura y por temida.
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