La Payaso
Fue, desde pebeta, siempre cortejada
cuando requintada, cuando retrechera
cayó a aquel bailongo de la deschavada
su pinta debute con pilcha fulera.
Y obtuvo el requiebro de los gavilanes
y el grato floreo de los bailarines,
que le palpitaron ser con los bacanes
pebeta de carpa pa los berretines.
Y previo unos tangos de cuerpo presente
con púas cancheros en bailes mistongos,
pa los del asfalto se fue prepotente
y a las más corridas les bailó sin tongo.
Y olvidó, mareada por los copetines,
junto con sus viejos, todo el arrabal,
y entre la carnada de turros y afines
bebió hasta las heces la copa del mal.
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