jueves, 22 de octubre de 2015

Humberto Costantini -Admitamos

Humberto Costantini, Bs As, 8 de abril 1924 – Bs As, 7 de junio 1987


Admitamos

Admitamos
un aséptico bar,
con fórmicas, ventanas,
chaquetas, música ambiental,
tickets, etcétera.
En frente, un cine o un garage,
o un cartel luminoso,
o simplemente el tiempo T
(él es lento, sombrío, fatigado,
viscoso y previsible).
Ahora bien,
en el caso de que el cartel luminoso
golpee insistentemente hasta la náusea,
y si eliminamos por simplificación
(y por razones obvias) el garage y el cine,
nos quedan agrupados los siguientes recuerdos :
una calle de tierra,
una magnolia,
un perro al que uno amaba,
una zanja con yuyos donde estaba el asombro,
los huevitos de gallo
y la siesta.
Descomponiendo entonces siesta en sus usuales términos :
palomas, aguaciles, pereza
y patio con frescura,
podemos fácilmente admitir la existencia
de otro tiempo T'
particularmente azul
e idéntico al prodigio.
Pero como por definición
están los autos en la avenida Cabildo,
sumados al smog,
a la nostalgia,
al correr despiadado de los años,
y a lo que llamaremos provisoriamente X,
multiplicamos por neurosis,
dividimos por la constante 1954,
y queda por lo tanto :
X igual a miedo, igual a impenetrable cáscara,
igual a envenenada y perra soledad.
Que es justamente
lo que queríamos demostrar.


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