sábado, 10 de septiembre de 2016

James Weldon Johnson -La creación

James Weldon Johnson, Florida 17 de junio 1871 – Maine, 26 de junio 1939
Versión Lino Mondino


La creación
                                                            (Sermón Negro) 
                                                            Y Dios salió al espacio, 
                                                            miró a su alrededor y dijo: 
                                                           Estoy solo 
                                                           Voy a hacer un mundo. 


Y hasta donde el ojo de Dios podía ver
las tinieblas cubrían todas las cosas,
más negras que cien medias noches
allá abajo en un pantano de cipreses.

Entonces Dios sonrió
y la luz brotó
y las tinieblas se enrollaron por un lado,
y la luz quedó brillando por el otro lado,
y Dios dijo: Está muy bueno.

Entonces Dios alargó un brazo y tomó la luz con la mano,
y Dios le dio vueltas a la luz con las dos manos
hasta que hizo el sol,
y puso ese sol lanzando rayos en el cielo.
Y la luz que sobró después de hacer el sol
Dios la amasó en una bola brillante
y la arrojó a las tinieblas,
laminando el cielo con la luna y las estrellas.

Entonces allá abajo
entre las tinieblas y la luz
arrojó el mundo;
y Dios dijo: Está muy bueno.

Entonces el propio Dios vino bajando
Y el sol estaba en su mano derecha,
y la luna estaba en su mano izquierda;
y las estrellas en ronda alrededor de su cabeza,
y la tierra estaba debajo de sus pies.
Y Dios caminaba y donde quiera que pisaba
sus pisadas iban hundiendo los valles
y levantando las montañas.

Entonces Él se paró y miró y vio
y la tierra estaba caliente y vacía.
Y Dios caminó hasta el borde de la tierra
y escupió los siete mares;
y parpadeó y resplandeció el relámpago;
y golpeó las manos y retumbó el trueno
y las aguas cayeron encima de la tierra,
las refrescantes aguas cayeron.

Entonces la verde hierba brotó,
y las florcitas rojas florecieron,
el pino señaló al cielo con su dedo,
y el palo borracho abrió sus brazos,
los lagos se acurrucaron en los huecos de la tierra
y los ríos corrieron hasta el mar;

y Dios sonrió otra vez
y el arco iris apareció
y se le enrolló en los hombros.

Entonces Dios levantó el brazo y agitó su mano
sobre el mar y sobre la tierra
y dijo: ¡Produzcan! ¡Produzcan!
y antes que Dios bajara la mano,
peces y aves
y bestias y pájaros
nadaron en los ríos y en los mares,
vagaron en las selvas y en los bosques,
y rompieron el aire con sus alas.
Y Dios dijo: Está muy bueno.

Entonces Dios caminó alrededor,
y Dios miró alrededor
sobre todo lo que había hecho.
Miró su sol,
y miró su luna,
y miró sus estrellitas;
miró todo su mundo
con todas sus criaturas vivientes
y Dios dijo: Todavía estoy solo.

Entonces Dios se sentó
en el borde de un cerro donde podía pensar;
junto a un río ancho, profundo, se sentó;
con su cabeza entre las manos,

Dios pensó y pensó,
hasta que pensó: ¡Me voy a hacer un hombre!

Y de la ribera del río
Dios extrajo el barro
y en la orilla del río

Dios se puso de rodillas
y allí el gran Dios Todopoderoso,
el que encendió el sol y lo colgó en el cielo,
el que arrojó las estrellas hasta el último rincón de la noche,
el que redondeó la tierra en el hueco de sus manos
este gran Dios,
como una mamá agachada sobre su nene,
se arrodilló en el polvo
sudando sobre una pelota de barro
hasta que la formó a su propia imagen;
entonces le sopló el aliento de la vida,
y el hombre se volvió un alma viviente.

Amén. Amén.

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