Pablo Montanaro, Bs As, 3 de julio 1964
Una de las tantas maneras irremediables de escribir poemas
A Miguel Russo
una respiración profunda nace
junto al viento fresco del verano
contemplo cómo se alzan
los restos de lo perdido
y como se desplazan todas las soledades
en alguna noche
podría decir
que algo brilla o se ilumina
después de haber regresado
volviendo del incendio o de la niebla,
o quizás, de la realidad
la poesía es asunto serio –pensé en voz alta-
como una ráfaga de aliento clavándose en los diálogos,
en las lágrimas del adiós,
en lo desconocido, en algún significado…
qué nos espera al fin de todo,
al final del temor de la muerte,
al final del cansancio, del último vaso de whisky
al final de la espera final,
acaso ¿dar vueltas para apoyar la cabeza en un vidrio?
¿ver cómo la luna queda descubierta?
¿pesar el viento en cada mano?
no pensar
en una fuga para sobrevivir
en cada poema, en cada latido.
Una de las tantas maneras irremediables de escribir poemas
A Miguel Russo
una respiración profunda nace
junto al viento fresco del verano
contemplo cómo se alzan
los restos de lo perdido
y como se desplazan todas las soledades
en alguna noche
podría decir
que algo brilla o se ilumina
después de haber regresado
volviendo del incendio o de la niebla,
o quizás, de la realidad
la poesía es asunto serio –pensé en voz alta-
como una ráfaga de aliento clavándose en los diálogos,
en las lágrimas del adiós,
en lo desconocido, en algún significado…
qué nos espera al fin de todo,
al final del temor de la muerte,
al final del cansancio, del último vaso de whisky
al final de la espera final,
acaso ¿dar vueltas para apoyar la cabeza en un vidrio?
¿ver cómo la luna queda descubierta?
¿pesar el viento en cada mano?
no pensar
en una fuga para sobrevivir
en cada poema, en cada latido.
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