Ezequiel Zaidenwerg, Ciudad de Buenos Aires, 25 de marzo 1981
Alacrán
El alacrán carnal, el de la espalda
del brazo con puñal, ¿soy yo? ¿sos vos?
Dos alfileres romos en un cos-
turero es lo que somos. Al final, da
igual: si el mundo es un dedal, pañuelo
de metal, de batirse a duelo. A cada
cual su alacrán, su lacra nacarada,
pero la nada y su aguijón –sabelo–
son señuelo y carnada. Hacete fan
del alacrán –su don, su impar talento:
hipnotizar con la ficción del cuento
pendiente. Y no te miento: el alacrán
frente a los dos suspende nuestra historia,
vaivén del burro ante la zanahoria.
Alacrán
El alacrán carnal, el de la espalda
del brazo con puñal, ¿soy yo? ¿sos vos?
Dos alfileres romos en un cos-
turero es lo que somos. Al final, da
igual: si el mundo es un dedal, pañuelo
de metal, de batirse a duelo. A cada
cual su alacrán, su lacra nacarada,
pero la nada y su aguijón –sabelo–
son señuelo y carnada. Hacete fan
del alacrán –su don, su impar talento:
hipnotizar con la ficción del cuento
pendiente. Y no te miento: el alacrán
frente a los dos suspende nuestra historia,
vaivén del burro ante la zanahoria.
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