domingo, 22 de julio de 2018

Dahlia Ravikovitch -Con el viento a favor

Dahlia Ravikovitch, Ramat Gan, 10 de noviembre 1936 – Tel Aviv, 21 de agosto 2005
Traducción Gerardo Lewin


Con el viento a favor

Cuando un hombre está solo en su cuarto
¿qué saben de él los otros, allá afuera?
Quizás una palabra aúlle en sus oídos
las veinticuatro horas, día a día.
Hay gente que no entiende
hasta qué punto es dura la jornada.
La mañana no alumbra del modo en que debiera,
el rostro del sol es un disco aplastado.

Hace veinticinco años
hubo en el mundo una guerra atroz.
Entre las miles de casas de los vencidos
había personas con orgullo en el corazón.
El hombre que está solo en su cuarto
mira al sol aplastado
y comienza a pensar cosas maravillosas.

Como volar con el viento a favor.
Incluso hay quienes vuelan
sin necesidad de viento alguno.
Las ramas de los pinos se adhieren a sus mejillas
y vuelan con los húmedos labios abiertos.
Sin saberlo, una nube o una semilla aérea
besan, al pasar, sus bocas.
Con ojos brillantes, lacrimosos,
contemplan la celeste maravilla.
Si tropezara con él alguna partícula divina
no le provocaría daño alguno.

Volar significa que los pliegues del aire
te llevan, como el amor.
Uno vuela, uno aterriza
y es entonces cuando sobreviene la sorpresa:
Hay quienes vuelan con el viento a favor
y aun así se pierden, abruptamente, prematuros.

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