martes, 16 de octubre de 2018

Mary Oliver -Lluvia

Mary Oliver, Ohio, EEUU, 10 de septiembre 1935
Versión Sandra Toro


Lluvia

1.

Toda la tarde llovió, y después
semejante poder cayó de las nubes
en un hilo amarillo,
autoritario como se supone que es Dios.
Cuando golpeó al árbol, el cuerpo de ella
se abrió para siempre.


2. La ciénaga

Anoche, bajo la lluvia, unos hombres treparon
el alambrado del centro de detención.
En la oscuridad se preguntaban si lo iban a lograr
y supieron que tenían que intentarlo.
En la oscuridad treparon el alambre de púas, palmo
a palmo.
En la oscuridad, también, capturaron a la mayoría
y los mandaron de nuevo adentro.
Pero unos pocos todavía siguen trepando, o vadeando
la ciénaga azul del otro lado.

¿Cómo se sentirá agarrar el alambre de púas como
si fuera un pedazo de pan o un par de zapatos?
¿Cómo se sentirá agarrar el alambre de púas como
si fuese un plato y un tenedor, o un puñado de flores?
¿Cómo se sentirá agarrar el alambre de púas como
si fuese el picaporte de una puerta, papeles de trabajo o
una sábana limpia con la que te querés cubrir el cuerpo?


3.

O esto: un día de lluvia, mi tío
acostado en un lecho de flores,
frío y roto,
arrancado del auto inútil
con su tapa de trapo, y su manguera
larga y brillante. Mi padre
gritó,
después llegó la ambulancia,
después todos miramos a la muerte,
después la ambulancia se lo llevó.
Desde la puerta de calle
me di vuelta otra vez
buscando a mi padre, que se había quedado,
que todavía estaba parado entre las flores,
que era ese hombre embarrado e inmóvil,
que era esa figura diminuta bajo la lluvia.


4. A la mañana temprano, el día de mi cumpleaños

Los caracoles se mueven entre las campanillas
sobre el trineo rosado de su cuerpo.
La araña duerme entre los pulgares rojos
de las frambuesas.
¿Qué voy a hacer, qué voy a hacer?

La lluvia es lenta.
Bajo ella reviven los pajaritos.
Hasta los escarabajos.
Las hojas verdes se la toman a lengüetazos.
¿Qué voy a hacer, qué voy a hacer?

La avispa se sienta en el porche de su castillo de papel.
La garza azul sale de las nubes flotando.
El pez salta, todo arco iris y boca, del agua oscura.
Esta mañana los lirios de agua no son menos hermosos, creo,
que los lirios de Monet.
Y yo no quiero más ser útil, ser dócil,
guiar
a los chicos desde los campos hasta el texto
de la civilidad, enseñarles que ellos son (no son) mejores
que el pasto.


5. A la orilla del mar

Ya escuché esta música antes
dijo el cuerpo.



6. El jardín

La manga arrugada
del repollo,
la campana hueca
del pimiento,
la cebolla laqueada.

Remolachas, borraja, tomates.
Chauchas.

Entré y puse todo
sobre la mesa: cebollines, perejil, eneldo,
el zapallito como una luna pálida,
las arvejas con sus zapatos de seda, el maíz
hermoso que la lluvia empapó.


7. El bosque

De noche
bajo los árboles
la serpiente negra
avanza, gelatina,
frotando
áspera
los tallos de la sanguinaria,
las hojas amarillas,
los pedacitos de corteza,
para quitarse
la vida vieja.
Yo no sé
si sabe
lo que pasa.
No sé
si sabe
si va a funcionar.
A lo lejos
la luna y las estrellas
iluminan un poco.
A lo lejos
chilla la lechuza.

A lo lejos
chilla la lechuza.
La serpiente sabe
que este es el bosque de la lechuza,
que este es el bosque de la muerte,
que este es el bosque de la miseria
donde uno se arrastra y se arrastra,
donde se vive en la cáscara de los árboles,
donde se duerme sobre ramas silvestres
que no pueden soportar tu peso,
donde la vida no tiene un propósito
y no es civil ni inteligente.

Donde la vida no tiene un propósito,
y no es civil ni inteligente,
empieza
a llover,
empieza
a haber olor como a cadáveres
de flores.
Detrás de la nuca
la piel vieja se abre.
La serpiente tiembla
pero no vacila.
Avanza lentamente.
Debajo, empieza a sangrar
como si fuera seda.




                                                  en mi felicidad
                                                  en mi cuerpo blando,
                                                  en mi pelo largo y brillante –
                                                  
                                                  porque todo eso fue verdadero:
                                                  el milagro de mí misma,
                                                  sus sueños,
                                                  su desesperación.

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