sábado, 14 de julio de 2018

Roberto Daniel Malatesta -El ojo de la muerte

Roberto Daniel Malatesta, Sta. Fe, 27 de diciembre 1961


El ojo de la muerte

La siesta guiña con el ojo de la muerte
en la autopista, la inundación
ciñéndola como un trapo sucio.
No vimos serpientes ni oímos chistidos,
sólo en la curva, que no vi, oí tu voz
pronunciando mi nombre, el volantazo,
podría haber asustando a una bandada,
la bandada salió de tu boca y el auto
siguió firme su rumbo, más allá,
al destino que nos quería juntos.
Nos detuvimos a tomar café en la estación,
todas las paradas, en largos viajes, son iguales,
se parecen a una feria y uno no sabe
cual es el que lleva la marca en la frente,
ni la chica que expende café,
ni el hombre que carga combustible lo saben,
aunque conviven con el que pasa y la lleva,
aunque se huela algo más que nafta.
Bebimos, volvimos al auto y ensayamos
un corto sueño, ni más ni menos,
un corto sueño como la vida.
Volvimos por la carretera, ahora vos
conducías, y yo custodiaba, pobres armas,
pero nuestras, endebles, pero conformando
un solo cuerpo. Debíamos arribar, y lo hicimos.

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