lunes, 4 de marzo de 2019

María Folatelli -Pedir la muerte

María Folatelli, Bs As, 7 de mayo 1988


Pedir la muerte

Cómo hablar de las veces que recé y pedí
que mamá muriera. La tarde
que se desvaneció en el baño
y con papá la recostamos
en la cama
con la colostomía abierta
y el líquido oscuro
de su abdomen chorreando
por la piel. Los nervios
de los tres tensados
por el estupor y la falta
de orientación.
O cuando la sangre bullía
por dentro, mamá arañaba
las sábanas entre espasmos. Nosotras
maniobrando con qué aplomo
la jeringa de morfina
regresándola
al amparo temporal del sueño.
Esos días corrían
como una hemorragia incontenible.
Mentiría si dijera que no tenía ganas de llorar.
Mentiría si dijera que no lloraba.
Su cuarto era un templo, un perfume
de otro mundo inundaba el aire
de un relente veraniego.
Hasta era dulce, casi.
Sentados en círculo a su alrededor
apenas si atinábamos
a despejarle el pelo, acariciarla.
Musitábamos algo parecido
a confesiones de despedida,
cuando mamá cantó con una voz heroica
su propio rezo. Así fue.

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