miércoles, 30 de enero de 2019

Giuseppe Napolitano -Tríptico para Mario Luzi

Giuseppe Napolitano, Minturno, Italia, 20 de septiembre 1949
Traducción Carlos Vitale


Tríptico para Mario Luzi
(Para su primer cumpleaños después)


I

Al herrero que mantuvo abierto el taller
para guardar la sabiduría de las herramientas –
pero se había vuelto más y más difícil
colocar en el mercado una honesta invención

hasta que extrema conservó la fuerza
de enfrentarse y la palabra contra
la apertura del dique opuso como escudo
cuando el proyecto se deshizo al fin


II

Saludable palabra alta vuela
vuela allende este espejo que me oprime
-en el ser incurable herida-
alta para rayar un cielo de pizarra

reflejada verdad qué precioso
fue decir tu sufrida empresa

En los contornos de lo verdadero un inciso
al que el ojo atento mire
                          y se equivoque
mira por poco apenas cargado
                                  deslumbrado
de niebla difundido en el recuerdo
alegre si la caza fue propicia

y el discurrir magma en el fuego
de una fiebre que sube voraz

Primicias trayendo a mi desierto
-en la reconquistada llana vía-
una lectura confidente abre
pacificada cumplida finitud


III

Nunca hay que hacerse demasiadas preguntas
si luego de través llegan respuestas
inesperadas inosadas indecibles –
nunca preguntes más allá de un encantamiento
si quieto en el nuevo riesgo no entiendes

no preguntes a quien no sabe responder
y junto a ti permanece apenas un instante
en la duda del existir suspendido
luego se va a recorrer otros caminos
para estar a la mayor distancia posible

en el rostro arrugado tienes dimensiones
ciertas reconocibles – si coses
en el presente para no perder el pasado
tienes ya en la esencia centrado un resultado
al que ya no vale pedir otros caminos

pero si vicisitud suspendida
en un momento vives es para que después
tú sepas cómo te has hecho escriba
nombrando a los herederos confiables
de una descarnada biblioteca existencial

e indagando y relacionando todo misterio
en la búsqueda de un posible resquicio
encontrando en la orilla del tiempo
la extrema perspectiva desde la que percibir
remotos pasos dentro de la huella que se desvanece

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